Discurso de clausura de la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana
Compañero Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico.
Compañero Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura.
Dirigentes del Partido, el Gobierno, y las organizaciones políticas.
Premios nacionales, escritores, editores, diseñadores y profesionales del libro.
Estimados invitados:
En nombre del Comité Organizador de la 32 Feria internacional del Libro de La Habana deseo transmitirles nuestra satisfacción por habernos acompañado en estas intensas y emocionantes jornadas de la cultura teniendo al libro como su motivación central. Las complejas circunstancias en que vive el mundo y especialmente nuestro país bajo un cruel bloqueo económico, comercial y financiero ejercido por el gobierno de los Estados Unidos no han podido impedir que esta Feria tenga lugar con una amplia programación y la asistencia del pueblo, principal destinatario de este enorme esfuerzo.
“Se vendieron en estos diez días 725 933 ejemplares de libros físicos, lo que representa 15 478 más que en igual etapa del pasado año”.
Una vez más, muchos actores han trabajado duro por propiciar una estancia provechosa a todos los que han concurrido al recinto ferial de La Cabaña, a las diecisiete subsedes, centros de estudio, de trabajo y barrios de la capital donde destacó la siempre especial presencia de niños, adolescentes y jóvenes. Sería imposible mencionar a los múltiples factores que han animado y hecho realidad la Feria, pero queremos que a todos llegue nuestro mensaje de agradecimiento, admiración y respeto. En especial deseamos reconocer al Partido y al Gobierno del país y de la capital, al Ministerio de Cultura con sus Institutos, Consejos y Empresas, a los Ministerios de Educación, de Industria, de Comunicaciones, de la Industria Alimentaria, de la Agricultura, de Transporte y de Relaciones Exteriores junto a otros, que codo a codo con el Comité Organizador han enfrentado todos los obstáculos como expresión de la voluntad de un país para regalarle este evento a la familia cubana.
Gracias a los medios de prensa nacionales y extranjeros la Feria ha viajado por toda Cuba y por él reportándose sus actividades en más de cien países.
Saludamos al sistema editorial cubano en sus sesenta y cinco años de fundado, a los escritores, editores, libreros, diseñadores, traductores, promotores, impresores, a los visitantes extranjeros y la activa presencia de todos los Centros Provinciales del Libro y la Literatura, así como del Centro Municipal de la Isla de la Juventud. Un merecido homenaje hemos brindado en estos días, y de seguro lo hará cada territorio, a dos grandes personalidades de la cultura cubana: a la filósofa, investigadora y Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas, Isabel Monal y al narrador ensayista y crítico de arte, Francisco López Sacha.
“Las complejas circunstancias en que vive el mundo y especialmente nuestro país bajo un cruel bloqueo económico, comercial y financiero ejercido por el gobierno de los Estados Unidos no han podido impedir que esta Feria tenga lugar con una amplia programación y la asistencia del pueblo, principal destinatario de este enorme esfuerzo”.
Brasil como país invitado de honor nos ha regalado un programa artístico y literario altamente representativo de sus culturas, sus artes y sus saberes. Su presencia en todos los escenarios de esta fiesta será recordada como un trascendente momento de las relaciones entre nuestros países. En la sede del evento, en subsedes, en los municipios y barrios, sus escritores y artistas han sido como entrañables hermanos. A los ministerios de Cultura y de Relaciones Exteriores de esa querida tierra, a las embajadas de Brasil en Cuba y de Cuba en Brasil, a todos los que han hecho posible este sueño convertido en realidad, un agradecimiento infinito y nuestra invitación a mantener activos estos sólidos puentes de amistad, solidaridad e indestructible hermandad.
Como hemos informado, la etapa que hoy cerramos solo es el comienzo del evento que recorrerá el país hasta su conclusión el 24 de marzo en la heroica Santiago de Cuba.
En la participación de 435 representantes de 56 países —cifras que representan un récord—, destaca la presencia de expositores, escritores, artistas y funcionarios; lo que interpretamos como una muestra de solidaridad y confianza en nuestro aguerrido pueblo.
Se desarrollaron más de 2200 acciones literarias y artísticas. Se presentaron más de 800 títulos físicos y digitales. Se entregaron los premios literarios más importantes del país y se realizaron decenas de conciertos, exposiciones, puestas en escena y proyecciones cinematográficas.
El protagonismo de los estudiantes de todos los niveles del sistema de la enseñanza artística aportó un colorido especial a esta fiesta de la cultura cubana. El Salón Profesional, el Proyecto Nuestra Historia, la Sala-Museo Hugo Chávez, las Publicaciones Seriadas, el Pabellón Infantil “Tesoro de papel” con sus novedosas aulas de lectura y sus múltiples espacios, el Encuentro de Jóvenes Escritores, la Gran librería, el Pabellón Cuba, la Universidad de las Artes, más otras 15 subsedes destacaron con sus intensos y bien concedidos programas.
“Se desarrollaron más de 2 200 acciones literarias y artísticas. Se presentaron más de 800 títulos físicos y digitales”.
El proyecto Cuba Digital en su sexta edición, diseñado especialmente para niños y jóvenes con el concurso de 97 entidades cubanas y extranjeras, representa una avanzada que se consolida en el uso de las nuevas tecnologías para el bien de la cultura en general y especialmente para el libro y la literatura.
Por primera vez la oferta del libro en papel y digital estuvo presente en cada stand de nuestras editoriales. En ello jugó un papel decisivo la estrecha colaboración de Ruth Casa Editorial, Citmatel y la tienda virtual del Instituto Cubano del Libro, a los que reconocemos especialmente.
El Foro de Negocios centró la participación de visitantes y nacionales. Dos días de intensas labores demostraron cuánto se puede hacer por el libro desde la colaboración, la ayuda intencionada a múltiples proyectos y en materia de negocios mutuamente beneficiosos para todas las partes.
La presencia del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, auspiciado por la Unesco, desarrolló una abarcadora y sustanciosa agenda de trabajo en estas diez jornadas con talleres, conferencias, visitas a barrios e instituciones, intercambio con escritores, editores, libreros, bibliotecarios y otros actores del Programa Nacional por la Lectura.
Se vendieron en estos diez días 725 933 ejemplares de libros físicos, lo que representa 15 478 más que en igual etapa del pasado año.
La oferta de libros cubanos se realizó, como siempre, a precios subsidiados por el estado, que como promedio osciló en los veintitrés pesos como expresión de la voluntad del estado socialista de continuar subsidiando su producción editorial. La asistencia a la sede y subsedes de la capital fue de más de 450 000 personas —a pesar de las limitaciones objetivas existentes—, lo que demuestra qué sigue sintiendo nuestro pueblo, especialmente niños y jóvenes, por el libro y la literatura.
A los premiados y reconocidos en la tarde de hoy nuestra felicitación y agradecimiento por su significativo aporte a la cultura cubana.
Al dejar clausurada la primera etapa de la 32 Feria Internacional del Libro, reafirmamos nuestro empeño en lograr que este inmenso esfuerzo del país permita que cada territorio replique con creces esta fiesta de las artes, voluntad infinita de la actual dirección del país como expresión genuina de la continuidad del pensamiento y la acción de nuestro invicto Comandante en Jefe, Fidel.
Muchas gracias.
*Palabras pronunciadas por Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro, en la ceremonia de clausura del capítulo habanero de la 32 Feria Internacional del Libro, celebrada en la Sala Nicolás Guillén de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña.