El anuncio de que BlackRock coordinaría la reconstrucción de Ucrania, es una suerte de pulso de una situación que va más allá de esa coyuntura, o más bien es un indicio adicional de la coligación entre los poderes corporativos y el proyecto estadounidense de control del mundo. Es un hecho que devela que ese episodio bélico es apenas un eslabón de un proyecto estratégico mayor: el “gran asalto al poder mundial” pues, como señalaba Hinkelammert en un episodio análogo, no se trata solo de la guerra, ni de todos los recursos del mundo, sino del mismo mundo.[1]
Desde los inicios de la globalización, Estados Unidos exhibe su aspiración de instituirse en la potencia hegemónica de esta fase del capitalismo; con ese fin se ha constituido en base del mercado total, enclave del capital financiero, sede corporativa transnacional y su complejo industrial-militar abriga sofisticados proyectos bélicos y de vigilancia, con una proyección de negocios capaz de sostener la guerra infinita. En su propia contextura interna, las corporaciones y el capital financiero son el nicho más influyente, con alcances en todos los proyectos estratégicos, las instituciones políticas, el sistema educativo, la salud y otros. Su proyecto internacional y de control del mundo reposa en la simbiosis entre el Estado y el capital privado, que es la ligazón medular de su capitalismo.
Por su parte BlackRock, un fondo de inversión privado con sede estadounidense, con 9.5 trillones, ha llegado a ser considerado como la tercera potencia financiera del mundo luego de Estados Unidos y China.[2] Esta corporación, conjuntamente con la Vanguard y State Street, llamadas como las Big Three, ya controlan hasta las más insólitas fronteras del mercado global. Las Big Three disponen del 25 % de los derechos de voto del S&P 500 y acaparan inversiones que van desde los fondos de pensiones hasta los servicios, como sucede por ejemplo con la electricidad de España o fondos de pensiones chilenos. Pero, además de moverse en el sector de las inversiones, asesoran a gobiernos, a instancias internacionales e intervienen directamente en procesos globales. Juntos podrían convertirse en los principales propietarios del mundo o reforzar su actual posición de “señores de la tierra”, señala el economista italiano Ricardo Petrella.[3]
Así, es ineludible interrogarnos no solo sobre sus recursos, sino también sobre sus planes, sus modos de gestionar el poder, sus geografías, y claro, sobre su lugar y alianzas en el tablero global. BlakcRock se ha involucrado, entre otros, en asuntos relativos al calentamiento del planeta; en el marco de la COP26, propuso y logró convertir el 30 % del mundo natural en “áreas naturales protegidas” gestionadas por el capital financiero privado, lo que representa el mayor operativo de acaparamiento de tierra del planeta. Días antes del inicio de la mencionada Cumbre, los gestores de la bolsa de Wall Street lanzaron una nueva categoría de activos financieros sobre todos los elementos de la naturaleza,[4] de modo que “en pocas décadas, el gran capital podría reducir todo el mundo natural a capital financiero”, agrega Petrella.
En esa misma línea, Elon Musk, actual propietario de Twitter, a más de encontrar convergencias políticas de extrema derecha, profundizó las relaciones de negocios en la Amazonía con el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Oficialmente los negocios eran relativos al “monitoreo” satelital ofrecido por Space X; pero distintas fuentes alertaron sobre movidas que tienen que ver con minerales, especialmente con el níquel,[5] hasta se llegó a conjeturar sobre unos presuntos planes del magnate de comprar una parte de la Amazonía brasileña. El nombre de Musk ha sonado también en el caso del litio boliviano, más aún si ante interpelaciones sobre su involucramiento en el golpe de estado en Bolivia (2019) ha anunciado que seguirá golpeando en donde sea necesario[6]
Volviendo a Ucrania, donde la participación del sector corporativo y militar estadounidense es presentada como una obligación moral, en palabras del sociólogo Volodymyr Ishchenko:
Hasta ahora, la “descolonización” de Ucrania no ha llevado a políticas económicas intervencionistas estatales más sólidas, sino casi exactamente lo contrario. Paradójicamente, a pesar de los imperativos objetivos de la guerra, Ucrania está procediendo con privatizaciones, bajando los impuestos, eliminando la legislación laboral protectora y favoreciendo a las corporaciones internacionales “transparentes” sobre las empresas nacionales “corruptas”. Los planes para la reconstrucción de la posguerra no se leen como un programa para construir un estado soberano más fuerte sino como una apertura a los inversores extranjeros.[7]
Con estos ejemplos quiero ilustrar algunas de las dinámicas que caracterizan al capitalismo del siglo XXI, en un momento en el que la disputa por la consecución del mercado total viene liderada por el sector coorporativo privado, que tiene como enclave político principal a Estados Unidos, con quien comparte un proyecto que tiene al mundo como escenario. Para su consecución, ellos han declarado obsoletos a los estados, excepto al copromotor de esta propuesta; estiman también que están de más todos los proyectos colectivos públicos y, sobre todo, que estorba el afianzamiento real de un mundo multipolar.
“Desde los inicios de la globalización, Estados Unidos exhibe su aspiración de instituirse en la potencia hegemónica de esta fase del capitalismo”.
Antony Blinken, secretario de Estado de Estados Unidos, sustenta la unipolaridad; en reiterados argumentos enfatiza que su país es “llamado” a liderar el mundo, incluso por el riesgo de que China se le adelante:
Tenemos una elección básica, porque nos encontramos, y creo que esto ha sido evidente desde la Segunda Guerra Mundial, con que el mundo no se organiza por sí mismo. Y para los Estados Unidos, la elección es esta: si no participamos en la organización, si no asumimos un papel de liderazgo en ella, entonces una de dos cosas: o bien alguien lo hace, y puede que sea China, y allí, de nuevo, probablemente no de una manera que refleje plenamente nuestros intereses y valores; o tal vez, igual de malo, nadie lo hace, y entonces se tiende a tener vacíos que se llenan con cosas malas antes de que se llenen con cosas buenas (…) China también quiere un orden, pero uno profundamente antiliberal. El orden que nosotros buscamos (…) es uno más liberal, y sobre eso es la competencia.[8]
En Estados Unidos, el sector privado es más que influyente en todo: los sectores estratégicos, la defensa y la seguridad, los sistemas comunicacionales, la política y su institucionalidad, el sistema electoral, la producción y todo lo demás. Bajo ese régimen privado los márgenes de exclusión de quienes no pueden comprar servicios o acceso a la educación, salud o vivienda son asombrosos, como lo son los índices de violencia sostenidos por el negocio de las armas. No obstante, demoniza todo lo que no es su espejo y pretende imponer su modelo al mundo, ahora con un mayor sentido de urgencia, antes que el mundo multipolar se posicione como irreversible.
Esto nos lleva a evocar el panorama que esbozó Pablo González Casanova en el discurso inaugural de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad:
El capitalismo organizado y el imperialismo tecnocientífico están produciendo millones de pobres, agotando las reservas energéticas no renovables, armando una guerra total contra los países pobres y los pobres de los países ricos, redistribuyendo en forma cada vez más injusta el ingreso global y el ingreso en el interior de las naciones, aumentando la “deuda social” y la “deuda con la naturaleza”. Su nueva invasión de la tierra y su lucha por el reparto del botín global está, inexorablemente, sentando las bases para una guerra entre los poderosos.[9]
Y con ese panorama, enfatizamos en que pensar en la humanidad es un imperativo de estos tiempos, en los que las dinámicas del capital no solo han llevado a la mundialización de descomunales sistemas de explotación, sino que la concreción del mercado total, liderada por el poder corporativo en simbiosis con el proyecto estratégico estadounidense de control global, han conducido al mundo a extremos que colocan en el centro la disyuntiva entre el capital o la vida, en una dimensión en la que esta última ya no alude solo a la vida humana sino a la misma vida planetaria.
“Urge transformar el pensamiento en acción, en comunicación y en cambios estructurales y cotidianos para colocar la vida en el centro del futuro”.
Es un contexto en el que “La humanidad necesita encontrar el camino del diálogo y la cooperación antes que el abismo de la confrontación global se instaure (…) se hace necesario repensar el conjunto de los elementos que forman el sistema mundial y las formas de acción que permiten incidir sobre él”, señalaba Theotonio dos Santos[10] también con motivo de la puesta en marcha de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, que cumple 20 años y que es la ocasión que concita las reflexiones que compartimos aquí, a la vez que subrayamos el papel de Cuba y su Revolución en esta motivación intelectual y política.
Las cuestiones que más han preocupado en esta larga lucha por la independencia, contra el colonialismo, contra el neocolonialismo, contra el imperialismo; la lucha de los pueblos por la igualdad, por la justicia, por el desarrollo, por la soberanía nunca tan amenazada como hoy; la lucha por la justicia social, la lucha contra la explotación, la lucha contra la pobreza, la lucha contra la ignorancia, la lucha contra las enfermedades, la lucha en favor de todos aquellos desprotegidos, desposeídos; la lucha por la dignidad; la lucha por el respeto a la mujer; la lucha por la hermandad entre todos… por la paz (…).[11]
En otras palabras, si hace 20 años era importante pensar en la humanidad, ahora es ineludible y tenemos que hacerlo desde las mentes creativas y constructivas, que son muchas: las de miles de pueblos y culturas, las de las mujeres y el feminismo, las de artistas y pensadoras/es, las de las economías y modos de producir diversos, y tantos otros. En fin, urge transformar el pensamiento en acción, en comunicación y en cambios estructurales y cotidianos para colocar la vida en el centro del futuro. En esa misma línea, rubricamos nuevamente que
Nosotros solo poseemos nuestra autoridad moral y desde ella hacemos un llamado a la conciencia del mundo para evitar un nuevo atropello… con el acoso del que es objeto Cuba. Frente a esto, oponemos los principios universales de soberanía nacional, de respeto a la integridad territorial y el derecho a la autodeterminación, imprescindibles para la justa convivencia de las naciones.[12]
La vida antes que el capital.
Notas:
[1]Franz Hinkelammert. La violencia sagrada del imperio: el asalto al poder mundial, 2003, Colombia. Ed. Proyecto Justicia y Vida, p 36.
[2] Ellen Brown. Wall Street’s Latest Sheme Is Monetizing Nature Itself. Scheerpost. 2021/11/4 https://scheerpost.com/2021/11/04/wall-streets-latest-scheme-is-monetizing-nature-itself/
[3]Ricardo Petrella. “La nueva conquista colonial de la vida ha comenzado”. Other News 2021/11/18, https://www.other-news.info/noticias/la-nueva-conquista-colonial-de-la-vida-ha-comenzado/
[4] Whitney Webb. Wall Street’s Takeover of Nature Advances with Launch of New Asset Class. Unlimited Hangout, 2021/10/13 https://unlimitedhangout.com/2021/10/investigative-reports/wall-streets-takeover-of-nature-advances-with-launch-of-new-asset-class/
[5]Manuella Libardi. “¿Qué quiere Musk en Brasil?”. Open Democracy. 2022/05/27 https://www.opendemocracy.net/es/elon-musk-reales-intereses-amazonia-america-latina/
[6]Público. “Daremos un golpe de estado a quien queramos”. 2020/07 https://www.publico.es/tremending/2020/07/26/twitter-daremos-un-golpe-de-estado-a-quien-queramos-las-palabras-de-musk-sobre-el-golpe-en-bolivia-que-levantan-ampollas/
[7] Citado por Inna Afingenova en “Fondo de Inversión BlackRock coordinará la reconstrucción de Ucrania”. 2022/12/29 https://t.me/s/inafinogenova
[8] Sputnik Mundo. “China o Estados Unidos: Blinken reconoce el interés que tiene Washington en liderar el orden mundial”. 2022/10/18
[9] Pablo González Casanova. “En defensa de la humanidad: la organización de los muchos”. 2003-10. Cubadebate
[10] Theotonio dos Santos. “Los caminos de la sobrevivencia de la humanidad”, 2004, Cuadernos del CENDES. Venezuela. http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-25082004000300011
[11] Fidel Castro, citado por Nuria Barbosa León. “Patria es humanidad”. Granma 2021/11/23
[12] REDH. Llamamiento a la conciencia del mundo, México, 2003. https://redh-cuba.org/