De todo coro son
14/3/2018
Lamentablemente, los sellos discográficos existentes en Cuba no han resuelto hasta la actualidad, el necesario equilibrio en sus producciones en cuanto a géneros y estilos se refiere. Una de las manifestaciones que más brilla por su ausencia cuando se hace el recuento de los fonogramas editados, resulta sin discusión alguna la música académica y que algunos gustan denominar de concierto. Es por dicha razón que son escasos entre nosotros los álbumes que recojan el quehacer de formaciones corales, por lo que siempre que se edite uno, ese solo hecho ya constituye noticia.
Foto: La Demajagua, diario digital de la provincia de Granma, Cuba
Entre las agrupaciones cubanas que pueden enseñar discos contentivos de su trabajo vocal se destaca el Coro Nacional de Cuba, colectivo que desde hace años está dirigido por Digna Guerra, alguien que de inicio se formó musicalmente en la especialidad de piano, pero que tiempo después comprendió que lo suyo eran las formaciones corales y en dicho terreno se preparó con los ilustres profesores Gisela Hernández y Manuel Ochoa, para graduarse de la escuela coral del Conservatorio Municipal de Música de La Habana y más tarde, del centro Hochschule fur Musik Hanns Eisler de Berlín, República Democrática Alemana.
En una de las pasadas ediciones de Cubadisco, en virtud de la calidad sonora y el grado depuradísimo de la interpretación de obras de complejas y diferentes facturas y texturas sonoras, el Coro Nacional de Cuba se alzó con uno de los premios del certamen, gracias al fonograma titulado De todo coro son, una producción llevada a cabo por Colibrí, sello discográfico creado por el Instituto Cubano de la Música.
Uno de los aspectos que sobresale en este CD es la variedad de la propuesta aquí registrada. Tal concepción al elegir el repertorio del álbum tuvo como objetivo principal ofrecer una muestra de las disímiles aristas abordadas en su labor por el Coro Nacional, que asume en su repertorio múltiples estilos vocales, siempre interpretados a partir del principio de la fidelidad e intencionalidad en el montaje de las partituras, las cuales pueden moverse con idéntica soltura tanto en el terreno de las canciones populares, como en el de las composiciones cultas o académicas. A tenor con tales presupuestos, encontraremos una diversidad de géneros musicales en la grabación y que van desde negros spirituals, fragmentos de la “Misa de Réquiem”, original de Calixto Álvarez, hasta piezas de la música tradicional de nuestro país como, por ejemplo, “Pare cochero”, tema escrito por Marcelino Guerra.
Una segunda cuestión que me interesa resaltar, es que el fonograma en su conjunto nos permite apreciar la madurez interpretativa del Coro Nacional como formación vocal y que le hace figurar a la vanguardia del muy activo movimiento coral cubano. En ello, sin la menor discusión, ha desempeñado un rol fundamental el trabajo llevado a cabo por la maestra Digna Guerra, alguien que, dicho sea de paso, además de ser una excelente directora de coros, es una formidable cantante.
Igualmente, hay que señalar que este disco perteneciente al sello Colibrí, sobresale por no establecer distingos entre las denominadas música académica y popular, con lo que una vez más se comprueba que las supuestas fronteras que separan a esos dos modos de asumir lo musical son artificiales y no responden a la realidad.
Por último, cuando uno concluye la audición íntegra del álbum De todo coro son, no puede menos que lamentarse porque entre nosotros no aparezcan con mayor asiduidad en el mercado fonogramas que, como éste, evidencian que la música solo se divide en buena y mala y que todo lo demás, obedece simple y llanamente a estrategias comerciales en función de los niveles de venta.