De la mano de Cantón, con Martí, en la forja y defensa de la nación cubana
22/1/2021
En medio del drama terrible que vive hoy la humanidad, con un orden económico y social insostenible e incapaz de dar respuesta a los problemas globales, es preciso dedicar unos minutos a meditar, a pensar, proponernos un momento de filosofía como nos convidó el fecundo intelectual Armando Hart Dávalos en no pocas ocasiones. Ir a las esencias, hurgar en las raíces, salvaguardar nuestra cultura e identidad, defender la nación de cualquier ataque e intento de socavar sus bases ideológicas y culturales, mantener a buen resguardo la patria, hace parte indispensable del deber generacional que tenemos.
La patria necesita sacrificios, y ha de servírsele y nunca tomarla para servirse de ella; de ahí que ante los peligros que corre, los que emanan de la postura agresora y despiadada del gobierno estadounidense contra nuestro pueblo, y los que le vienen de sí, esos que solo los cubanos podemos resolver sin injerencias ni amenazas foráneas, es vital un ejercicio de pensamiento y un corrimiento hacia el estudio cada vez más consciente y coherente de los postulados teóricos y las experiencias prácticas de la Revolución. Vivir la Revolución desde el conocimiento, la cultura que continuamente creamos, la asimilación crítica de la obra humana que nos ha antecedido y se ha depositado en nosotros, demanda de una constante lectura y un diálogo permanente con la historia, el presente y la mirada futura de nuestra existencia como nación.
Para ello se hace imprescindible la lectura de textos que ayudan a crecer intelectualmente, a conocer los elementos que nos definen, a realzar y defender la cubanidad. Textos y autores que sirven de punto de partida para un encuentro con las raíces identitarias, con el espíritu creador de los padres de la nación, con los valores que fundamentan nuestra historia de lucha revolucionaria. Y este es el caso de la obra de José Cantón Navarro, que en su conjunto aporta una significativa interpretación de lo que ha sido Cuba a lo largo de su historia, el significado de la Revolución y sus figuras más prominentes. Parte de esa obra la encontramos en José Martí en la forja y defensa de la nación cubana, una compilación de artículos y conferencias del profesor Cantón Navarro que nos llega de manos de la Editorial José Martí en 2016; y que hoy revisitamos por su vigencia y actualidad.
En ese empeño anduvo siempre el eminente historiador que supo adentrarse en el fenómeno histórico, con una base científica, desde una concepción dialéctico-materialista, como buen marxista que fue, y sobre todo, desde una entrañable identificación teórica y práctica con el pensamiento fundacional y programático de José Martí. Hablo del destacado intelectual José Cantón Navarro, uno de nuestros más prolíferos historiadores e intérpretes de lo que se ha llamado la forja de la nación. Bien supo Cantón Navarro desentrañar las sólidas bases éticas, culturales e ideológicas de la nación cubana, de su proceso revolucionario por la independencia y soberanía, de su heroica construcción del socialismo. Bien supo Cantón Navarro hurgar en las esencias fundacionales de la Patria.
Es así como va en busca —y esto lo vemos en el conjunto de su obra— de la palabra de Martí, del ideario del Apóstol de la Independencia, del hombre cuyo pensamiento descolonizador y emancipatorio mantiene una actualidad y universalidad impresionantes. Asirnos al pensamiento de José Martí es una necesidad, máxime cuando enfrentamos una amenaza imperialista que se agudiza cada día y sobre el pueblo cubano se disparan balas ominosas con el fin de derrocar la Revolución. Se ensayan y aplican los más funestos métodos de guerra no convencional, se apela impúdicamente a ataques a nuestra cultura e identidad. Socavar las plataformas que sustentan la ideología de la Revolución es el fin del enemigo histórico y sus aliados neoplattistas y neoanexionistas. Martí se convierte en brújula orientadora de esta resistencia heroica, de esta batalla cultural, de pensamiento; en referente ético de nuestra praxis revolucionaria.
Los textos que integran José Martí en la forja y defensa de la nación cubana invitan a una necesaria lectura hoy, por los contenidos abordados y, sobre todo, por las luces que brinda volver sobre el concepto de Patria de José Martí, la república en Martí, el sentido de su frase “Con todos, y para el bien de todos”, sus reflexiones sobre la cultura cubana, su influencia en revolucionarios como Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena, su legado ético, humanista y antimperialista, y su presencia en la obra de pensamiento y acción de Fidel. Estos y otros temas son resultado de conferencias impartidas y artículos escritos por José Cantón Navarro que, en adecuada selección, conforman una obra digna para el combate de hoy, para la batalla por la defensa de la patria, la Revolución y el socialismo en Cuba.
Resulta de vital importancia esclarecer conceptos e ideas que están en la obra martiana, que han sido tergiversados y manipulados por los detractores de la Revolución. Se descontextualiza a Martí, se le tribuyen frases, se atenta contra el sentido de las que ciertamente dijo, con el único fin de desacreditarnos como martianos y sustentar la tesis de la antimartianidad en los defensores de la Revolución, en la Revolución en sí misma. Es por ello que el profesor Cantón Navarro va a las honduras del pensamiento de Martí, y nos esclarece el sentido, por ejemplo, de la frase “Con todos, y para el bien de todos”, partiendo del alcance del término todos en la obra martiana, exponiendo que este:
(…) está referido siempre y solamente a cierto tipo de hombres: a los hombres honrados, trabajadores y dignos, a los patriotas; y que se utiliza para englobar a esos hombres sin distingos de sexo, raza, nacionalidad, militancia política, corriente ideológica o credo religioso. Ese es el espíritu del término todos utilizado por el Maestro, del que excluyó tajantemente a los representantes del colonialismo, a los oportunistas, a los vendepatrias, a los intrigantes; a todos los que se oponían, abierta o solapadamente, a la causa de la independencia.[1]
Como hace un tiempo expusimos, el “Con todos…”, de Martí no admite cualquier cosa, ni neofascistas, ni neoanexionistas, ni buscadores de protagonismo mediático desde la práctica del mercenarismo del siglo XXI. Estos empleados del imperialismo se autoexcluyen por sí mismos. No son capaces de hacer por la patria, porque lo primero que albergan es el egoísmo, el individualismo, la mentira, lo denigrante de la condición humana; porque, volviendo a Cantón Navarro: “(…) cuando Martí habla de todos, se refiere a los hombres y mujeres de todas las procedencias sociales, de todas las nacionalidades, de todos los colores, de todas las ideas, que abracen con sinceridad y decisión la causa de emancipar a Cuba y construir una patria justa”.[2]
Se advierte entonces que no hay en Martí un pensamiento excluyente para quienes acudieran al llamado de la unidad, la defensa de la patria, la lucha por una causa común. “(…) Martí no excluyó a ningún elemento activo y útil, a nadie que acudiera sin estar manchado por la sangre, la corrupción o el deshonor. Si algunos declinaban finalmente el llamado, eran ellos los que se excluían: no era la Revolución quien los rechazaba”[3]. En resumen este medular concepto teórico martiano es base esencial para su ideal de república, la que tenía una concepción profundamente democrática, alejada fundamentalmente del modelo estadounidense, el que fue rechazado por Martí desde una edad temprana como los 18 años, en que escribe en su cuaderno de apuntes:
Los norteamericanos posponen a la utilidad el sentimiento. Nosotros posponemos al sentimiento la utilidad (…), si ellos vendían mientras nosotros llorábamos, si nosotros reemplazamos su cabeza fría y calculadora por nuestra cabeza imaginativa, y su corazón de algodón y de buques por un corazón tan especial, tan sensible, tan nuevo que solo puede llamarse corazón cubano, ¿cómo queréis que nosotros nos legislemos por las leyes con que ellos se legislan? (…) Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa![4]
Muchos son los textos en los que Martí va sentando las bases de lo que debía ser la república fundada en Cuba una vez alcanzada la independencia. La lectura de esta obra de José Cantón Navarro nos aporta mucho en este sentido por cuanto uno de sus artículos expone con mucha claridad y profundidad los rasgos de la república soñada y pensada por Martí. De igual forma resulta clave el tratamiento que hace el autor al concepto de patria del Maestro; exponiendo aquellas ideas que ilustran su carácter integrador y cualitativamente superior a las definiciones o “(…) posiciones del nacionalismo burgués, que enarbola hipócritamente la bandera del exclusivismo y la superioridad nacional y que reduce la concepción de patria a la defensa de los intereses de la burguesía”, sosteniendo que “mucho menos coincide Martí con la aberración chovinista, que contrapone los intereses de una nación a los de las demás naciones”[5].
Esto se convierte en otro concepto teórico de Martí publicado en el periódico Patria, en la sección En Casa:
(…) Patria es humanidad, es aquella porción de humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer; —y ni se ha de permitir que con el engaño del santo nombre se defienda a monarquías inútiles, religiones ventrudas o políticas descaradas y hambronas, ni porque a estos pecados se dé a menudo el nombre de la patria, ha de negarse el hombre a cumplir su deber de humanidad, en la porción de ella que tiene más cerca (…)[6]
Hoy, cuando la patria está siendo amenazada y agredida denigrantemente por el imperio estadounidense, con un criminal bloqueo que constituye un acto de guerra económica y de genocidio; cuando nuestra cultura es atacada por neoplattistas; hoy, ante los desafíos que nos impone el contexto global y enfrentando la difícil pandemia, es necesario salvaguardar los valores de la nación, defender la soberanía de la patria y, con unidad, seguir construyendo el socialismo. Para todo ello nos hace falta José Martí; de ahí la pertinencia de volver sobre un texto orgánico y actual. De la mano de Cantón, con Martí, en la forja y defensa de la nación cubana.