Es imposible contar la historia de la décima en Cuba sin destacar la presencia de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, prodigioso hijo de la cultura cubana nacido el 30 de septiembre de 1922 en el municipio capitalino San Miguel del Padrón. Precisamente a su centenario y a la vigencia de su intensa obra creadora en las actuales generaciones de poetas y repentistas, se dedica el primer Congreso Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, inaugurado el 5 de octubre en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Dedicado también a conmemorar el décimo aniversario de la declaración del repentismo como patrimonio cultural inmaterial de la nación, y el quinto de la declaración del punto cubano como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, el cónclave, que se extenderá hasta el 7 de octubre, contó con el auspicio del Ministerio de Cultura, que “desde el principio se impregnó de nuestro entusiasmo”, dijo durante el acto inaugural Luis Paz Esquivel, presidente de su Comité Organizador.
Más adelante destacó el apoyo ofrecido por “varias instituciones culturales, el Ministerio de la Agricultura, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la FAO, el Instituto Cubano de la Música” y, por supuesto, la participación del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, que junto a la Oficina de Investigación y Promoción Cultural Indio Naborí fueron los principales promotores de este evento, el cual tiene entre sus principales propósitos reunir alrededor de la décima a “practicantes, promotores culturales, improvisadores, músicos, escritores, investigadores y estudiosos en general” de esta manifestación de nuestra música, generalmente exenta de estudios académicos, a pesar de su gran arraigo y aceptación popular.
En aras de ese loable empeño, el programa del Congreso propiciará el intercambio de conocimientos y experiencias que redundarán en el desarrollo y consolidación de esta expresión genuina de la cultura cubana. Incluye, además, la realización de un evento teórico donde se presentarán varias ponencias, resultado de investigaciones llevadas a cabo por reconocidos especialistas.
Enmarcado asimismo en los desafíos que enfrentan la décima y el punto cubano, el certamen abordará igualmente diferentes temáticas relacionadas con la práctica de esta tradición por parte de los jóvenes y la incorporación a la misma de una mayor presencia femenina, a partir de la exposición y análisis de los resultados de los proyectos Oralitura Habana, Décima cuerda de Ciego de Ávila y la Casa de la Décima en la provincia de Mayabeque.
El programa del Congreso propiciará el intercambio de conocimientos y experiencias que redundarán en el desarrollo y consolidación de la décima, expresión genuina de la cultura cubana.
El programa de este primer Congreso tiene previsto también un recorrido por el Centro Histórico de la Habana Vieja, que culminará en el sitio donde reposan los restos del Indio Naborí en el Convento San Francisco de Asís. Tampoco podía faltar, en el contexto de un evento organizado en honor a uno de los máximos exponentes de la décima y el verso improvisado, una fiesta otrora identitaria de los campos de Cuba, llamada guateque, y concebida en esta ocasión en el parque donde en 1982 el Indio dijera, en su barrio natal, sus décimas públicamente por última vez.
Un momento de especial significación durante el acto inaugural del Congreso fue la entrega por vez primera del Premio Iberoamericano de la Décima Indio Naborí a cuatro personalidades de las letras de Cuba, una de Puerto Rico y otra de México, merecedoras de tan alto reconocimiento por la obra de la vida.
En opinión de algunos asistentes a la inauguración de este certamen, que contó además con la presencia de invitados de México y Argentina, la perdurabilidad de la décima en Cuba, tanto en su variante escrita como oral, es una realidad. Sustentan su afirmación en el trabajo realizado por los jóvenes integrantes de los proyectos Oralitura Habana y Décima cuerda, y principalmente por la Casa de la Décima de Mayabeque, cuyos resultados en la formación de niños, adolescentes y jóvenes resulta relevante. Muestra de ello fue el hermoso espectáculo presentado al final de este encuentro, que quedó impregnado de la magia de la décima y el olor a guateque que dejó a su paso por el escenario del teatro Claudia Rojas Leyva de solo tres años de edad acompañada por otros estudiantes de la Casa de la Décima.