“Ser modernos es vivir una vida de
paradojas y contradicciones…”
Marshall Berman
Todo lo sólido se desvanece en el aire

Justo a un costado de La Catedral católica de La Habana, en la esquina de San Ignacio y Empedrado, se acaba de levantar otra catedral. Su espíritu absolutamente moderno está flanqueado por paredes de aire que acogen, no encierran, sus espacios infinitos. Recorriéndola, el visitante siente que, dentro de veinte años, contar la experiencia, más que narrativa, será privilegio. La Bauhaus —aquella empresa que, primero, en Weimar, luego, en Dessau y, finalmente, en Berlín, reunió, desde 1919 hasta 1933 y bajo la batuta sucesiva de Walter Gropius, Hannes Meyer y Ludwig Mies, a una constelación de artistas y soñadores— está en La Habana.

“¿Qué fue la Bauhaus? Fue una estética que devino experimento, un experimento que se convirtió en escuela, una escuela que se transformó en industria”.

Hecha con la tradicional exquisitez alemana, la exposición El mundo entero es una Bauhaus aúna los esfuerzos del Centro Wifredo Lam, el Instituto para las Relaciones Culturales Internacionales de la República Federal Alemana y el Goethe-Institut.

El visitante tiene a su alcance los dibujos y los utensilios, los documentos y los libros, las maquetas y los muebles, los ejercicios de clase y los programas de estudio, las grabaciones y las fotografías, todo en una profusión tal de elementos que, sin embargo, no abruma por el tremendo interés que despierta. En la inauguración, llamaba la atención la cantidad de jóvenes, muchos de ellos estudiantes de Diseño y de carreras afines a las artes visuales, que se agolpaba en los salones del Lam.

“En sus antípodas estaban lo bello y lo utilitario, lo formal y lo funcional, el arte que nace y la artesanía que se hace…”. Fotos: Leonor Menes

¿Qué fue la Bauhaus? Fue una estética que devino experimento, un experimento que se convirtió en escuela, una escuela que se transformó en industria. En sus antípodas estaban lo bello y lo utilitario, lo formal y lo funcional, el arte que nace y la artesanía que se hace, lo que eleva el espíritu y lo que alimenta el cuerpo. En la intimidad de la Bauhaus, por tanto, latía una saludable tensión dinámica entre las “bellas artes” y las “artes aplicadas”, contradicción personificada por Kandinsky y Gropius, respectivamente, la cual quedó zanjada, en la práctica, por un estilo híbrido que pudiésemos definir, sin pretensión conceptual alguna, como bellas artes aplicadas.

Los tanteos teóricos de Kandinsky y los aciertos visuales de Klee, las ideas de Moholy-Nagy y las arquitecturas de Gropius, la tetera de Bogler y la silla de listones de Breuer, la lámpara Bauhaus de Jucker y Bagenfeld y las fotografías de Umbehr, los dibujos de Schlemmer y los tejidos de Oestreicher, así como ejercicios brillantes de equilibrio y bocetos de estudiantes de aquella época, todo eso y más está aquí, organizado en ocho ejes temáticos: la obra de arte total; el arte, la artesanía y la técnica; la pedagogía radical; la comunidad; los cuerpos suspendidos; los encuentros; el hombre nuevo; el experimento.

“Por desgracia, el mundo entero no es una Bauhaus, aunque debería serlo”.

La Bauhaus nació con la República de Weimar y murió con el nazismo, que llegó a acusarla de “bolchevismo cultural”. Apenas catorce años (1919-1933) bastaron para que dejara una huella indeleble. Concebida por la luz de la razón y el espíritu democrático e internacional, sólo podían suprimirla la estupidez humana y la bestialidad de la dictadura.

No obstante, el espíritu Bauhaus sigue vivo, incluso en La Habana, en edificios como el “Solimar”, que es de 1944, o en el Hotel Deauville, que es de 1956-1958, sitos ambos en la calle San Lázaro, o en la Casa Gómez, que se construyó en 1947.

En la intimidad de la Bauhaus latía una saludable tensión dinámica entre las “bellas artes” y las “artes aplicadas”.

Inteligentemente, la exposición El mundo entero es una Bauhaus estará viva durante los meses de marzo, abril y mayo. Por ejemplo, el documental MUNDObauhaus se proyectará en tres partes sucesivas los días 30 de marzo, así como 13 y 27 de abril. También habrán conferencias y debates en torno a la Bauhaus en el diseño y la arquitectura cubana (6 de abril), los maestros de la Bauhaus en Cuba (20 de abril), los desafíos y oportunidades en la gestión del movimiento moderno cubano (4 de mayo), la Bauhaus, como escuela revolucionaria (11 de mayo) y la Bauhaus en La Habana: un tour en bici (18 de mayo).

“Mientras la civilización prevalezca sobre la barbarie, habrá Bauhaus”.

En alemán, “bauhaus” significa “casa de la construcción”, vocablo que recuerda otro de resonancias arcaicas: “bauhütte”, que quiere decir “cabaña de los constructores de catedrales”.[1] La humanidad ha oscilado históricamente entre una tendencia constructiva y otra destructiva. Por desgracia, el mundo entero no es una Bauhaus, aunque debería serlo. Y es sobre este telón de fondo que puede apreciarse mejor el impacto de la Bauhaus en la era moderna, ya que esta suerte de estética-experimento-escuela-industria, insertada en el paréntesis de dos Guerras Mundiales altamente destructivas, apostó siempre por CONSTRUIR. Por eso, mientras la civilización prevalezca sobre la barbarie, habrá Bauhaus.


Notas:

[1] Cf. Claude Schnaidt, “Un arte para un mundo mejor”, El Correo de la UNESCO, abril de 1980, p. 18.

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