Hay mucha especulación sobre el desarrollo del mundo digital en Cuba. Realmente la Isla no está de espaldas a la dinámica internacional en este particular. El Instituto Cubano del Libro, como parte de una política cultural, creó en el año 2000 la Editorial Electrónica Cubaliteraria para visibilizar la literatura cubana a través de su Portal, donde se publican columnas de autores, secciones literarias y noticias de carácter nacional e internacional sobre el acontecer literario cubano. Creada desde la revolución de las nuevas tecnologías de la información, Cubaliteraria se abre al mundo y es muestra, desde su fundación, de cómo con la voluntad puede hacer realidad los sueños.

A lo largo de sus 16 años de vida, la editorial ha expandido su campo de producción. En 2010 comenzó a realizar sus primeros ebooks y ya hoy produce multimedia, sitios web y ebooks. Sus editores bien conocen las nuevas formas de lectura y escritura que se generan en los espacios anteriormente mencionados, entre los que se encuentran: el hipertexto, la multimedia, la hipermedia y la interactividad, elementos que desde ya forman parte de la industria editorial, y por consiguiente mantienen como premisa que en tales circunstancias, cambia la relación autor-editor, la superficie sobre la cual se escribe y el soporte físico en el que se publica.

Portal de literatura cubana Cubaliteraria.

Sumado a ello, en 2018 la editorial Cubaliteraria crea el proyecto Cuba Digital en el contexto de la Feria Internacional del Libro de La Habana. Desde sus orígenes el objetivo era aglutinar en un área expositiva y comercial a las diferentes empresas e instituciones que producen servicios y bienes que fomentan la lectura y el libro sobre bases tecnológicas. Es necesario recordar que el valor de la cultura está en la producción y consumo de bienes, servicios y actividades culturales, y en el conocimiento que nos transmitimos unos a otros a través de símbolos que comprendemos e interiorizamos, para luego transformarlos e innovar. Esos símbolos compartidos dan un sentimiento de pertenencia colectiva y de identidad, una cohesión social necesaria para establecer relaciones, sean comerciales, profesionales o personales.

Hasta su tercera edición el proyecto ha defendido entre sus metas: consolidar un espacio expositivo y comercial para la producción digital existente en diversas empresas, instituciones y organismos nacionales; desarrollar el comercio electrónico de libros digitales; fomentar el hábito de lectura a partir de la descarga gratuita de productos digitales; potenciar los estudios de consumo digital a través de encuestas de demanda insatisfecha y valoración del producto, realizadas por el Observatorio Cubano del Libro; propiciar la participación de niños y jóvenes a través de atractivas ofertas, servicios y programas intencionados.

“(…) Hoy somos testigos de una transformación sin precedentes, desde la aparición de la imprenta hace más de quinientos años, que está generando alentadoras posibilidades para la democratización de la lectura en la era digital”.

Entre los participantes de Cuba Digital se citan: el Joven Club de Computación y Electrónica, el Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones (GEIC) y la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), del Ministerio de las Comunicaciones; Citmatel, del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente; la Editorial UH, el Proyecto de Humanidades Digitales de Ciencias de la Información (HDCI) de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), la Universidad Tecnológica (Cujae), del Ministerio de Educación Superior; la Empresa de Audiovisuales educativos (Cinesoft), del Ministerio de Educación; la Biblioteca Nacional y Cubarte, del Ministerio de Cultura; las editoriales provinciales de Pinar del Río, Artemisa, Camagüey; el Ministerio de Justicia; la empresa extranjera Isoltec; y la Unión de Informáticos de Cuba (UIC).

En la pasada edición, el evento estuvo dedicado al 70 aniversario de la Constitución de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en La Habana, al 27 aniversario del primer libro digital cubano y al 20 aniversario del Sistema de Ediciones Territoriales, bajo el lema: “Leer + Digital: por un desarrollo sostenible”.

La Unesco, en su segundo artículo del Acta Constitutiva, confirma: “contribuir a la paz y al respeto universal de los derechos humanos mediante el fomento del conocimiento y la comprensión mutua, el impulso a la educación popular y a la difusión de la cultura, y la conservación, el progreso y la difusión del saber”. Nada de esto es posible sin la lectura, sin la escritura y sin el acceso a los libros. Hoy somos testigos de una transformación sin precedentes, desde la aparición de la imprenta hace más de quinientos años, que está generando alentadoras posibilidades para la democratización de la lectura en la era digital.

En este contexto, el libro y lectura generan sociedades del conocimiento integradoras, el acceso universal a la información y al conocimiento, el respeto a la diversidad cultural y lingüística, y una educación de calidad para todos. Por ello, en correspondencia con los ejes temáticos de la Unesco, el objetivo del programa Cuba Digital es promover el libro y la lectura a través de la “apertura” del contenido y la tecnología durante la Feria Internacional del Libro de La Habana.

Las temáticas del evento teórico fueron:

•El libro digital y la democratización de la lectura.

•Estrategias digitales para el desarrollo del sector editorial.

•La literatura y la cultura como contenido en el área del conocimiento de la Interfaz Hombre-Máquina (IHC).

•Papel de la tecnología en la transformación de la sociedad cubana.

•Aporte de las instituciones culturales al desarrollo sostenible.

Durante ocho días, desde las 9 am y hasta las 5 pm, se desarrollaron paneles, presentaciones de ebooks, multimedia, softwares educativos y APK; además de ponencias relacionadas con la promoción y producción de libros digitales en nuestro país, destacándose entre ellas la referida al primer libro digital en la Isla, que data de 1994, por parte de su creador Víctor Fernández.

Uno de los momentos que generó mayor expectativa y aceptación por parte de los participantes fue el taller que desarrolló nuestro invitado internacional Daniel Benchimol, de Argentina, SEO del proyecto editorial 451. Benchimol hizo un análisis de la situación mundial y latinoamericana de la industria del libro, donde destacó la importancia del editor como figura clave para el ascendente desarrollo de la misma, justo en la actualidad cuando se ha comprobado que el libro digital no es un producto acabado sino vivo, y que se va construyendo en conjunto con los lectores. El taller sesionó durante dos días y tuvo un total de 38 participantes.

De igual manera, Benchimol impartió una conferencia en el salón Profesional, sobre las plataformas de promoción del libro, y se refirió a asuntos vitales como el derecho de autor y los formatos en los que hoy priman la comercialización de ebooks a nivel mundial.

“(…) el libro digital no es un producto acabado sino vivo, y que se va construyendo en conjunto con los lectores (…)”.

El evento contó con el patrocinio de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), EBM, Grupo Empresarial de las Informáticas y las Comunicaciones (GEIC), Artex, Flores Secretas, Copincha y la obra del artista de la plástica Michel Moro, estos tres últimos del sector privado.

Por primera vez se convocó al concurso Leer+digital para estimular y reconocer la producción de libros digitales en nuestro país. De un total de 13 obras presentadas, se alzó con el premio la editorial Temas.

En balance final, puede decirse que el evento teórico de la III edición de Cuba Digital arrojó como tesis fundamental que el ecosistema del libro ha experimentado un cambio radical de manera que en esta nueva era digital se cuestionan los eslabones tradicionales de la cadena editorial. En los momentos actuales, el editor juega un papel fundamental como garante de la calidad formal y conceptual de los contenidos, se habla sobre los derechos asociados a la función del autor y su dimensión económica, en tanto la situación del copyright y la propiedad intelectual, pero sobre todo nos sigue afectando el hecho de que aún no garantizamos el comercio electrónico del libro digital en Cuba. Este es el reto principal que afrontamos y constituye la meta a alcanzar para la venidera cita, cuando la situación epidemiológica de la covid-19 lo permita.

Proyecto Cuba Digital.

Faltaría que Cuba Digital ganara toda la autonomía que debiera tener para encaminar bien su ruta, sobre la base de los intereses bien definidos de la editorial Cubaliteraria, pero aunque el camino es largo, somos optimistas.

Siguiendo esta misma línea de proyección, para Cuba Digital queda claro que una de las maneras de disminuir la brecha digital es implementar políticas de accesibilidad web para que todas las personas, independientemente de sus limitaciones físicas o sociales, puedan usar de forma satisfactoria la tecnología en función de su crecimiento sociocultural. En estos momentos, puede decirse que la realización de Cuba Digital en nuestro país es un hecho meritorio, toda vez que se puede considerar un servicio inclusivo y amigable, pues entre la gama de productos a los que contribuye en su promoción, prima la presencia de tecnologías digitales accesibles, productos perceptibles por la información y los componentes de la interfaz, hablamos de la integración de texto, audio, video o imágenes. Son productos operables, pues los componentes de la interfaz de usuario y la navegación deben ser fácilmente manejables por los usuarios. Esto conduce a que en tiempos de la lectura en dispositivos móviles, de pantalla pequeña, el formato ePub es más accesible que el formato PDF. Otro ejemplo de operabilidad se observa en los botones de las interfaces de las aplicaciones móviles, que deben estar en colores contrastantes y ser de un tamaño adecuado para su cliqueo.

Nuestro gobierno ha desarrollado planes encaminados a la transformación digital de la sociedad cubana, de manera que se ha planteado la necesidad de estimular, no solo el acceso, sino también el uso y apropiación de las nuevas tecnologías pues sostiene que estas efectivamente pueden influir en los propios procesos de desarrollo, combatiendo asimismo todas las demás brechas que subyacen a la digital, dentro de lo cual Cuba Digital se propone ser referente para combatir desigualdades en el acceso a la información, el libro y la lectura en digital, en nuestro país.

Sin embargo, aún nos queda por avanzar en cuanto a las relaciones entre sectores y a la hora de llevar a cabo las proyecciones, un proyecto como Cuba Digital aún adolece de todo el respaldo institucional que debiera tener y ello afecta cuantiosamente el resultado de sus objetivos, hablamos específicamente del tema comercio electrónico de libros digitales.

“(…) el ecosistema del libro ha experimentado un cambio radical de manera que en esta nueva era digital se cuestionan los eslabones tradicionales de la cadena editorial (…)”.

A su vez, es menester reconocer que un proyecto como Cuba Digital pondera la tecnología como aliada para atraer niños lectores. Los niños y jóvenes leerán en digital si les ofrecemos buenos productos, si no, utilizarán dispositivos simplemente para jugar o ver videos. La promoción, dinamización, animación y difusión son factores vitales para conseguir la necesaria apropiación de dispositivos y contenidos, en función de la lectura.

En el caso concreto de Cuba Digital, las competencias esenciales para combatir desigualdades, y como alternativa para superar la disparidad tecnológica y mostrar soluciones inclusivas a las profundas afectaciones que ha dejado la pandemia son:

Sin duda, una iniciativa como la nuestra también puede contribuir a que nuestro país avance hacia esta estrategia de transformación social hacia lo digital, que se pretende. Nuestro mundo es digital y Cuba Digital puede liderar el cambio porque sus profesionales están preparados para ello.

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