Cuatro miradas femeninas a la escena cubana
Cuatro creadoras con sobrado talento para captar cuanto acontece en y tras una escena y reproducirlo en hermosas imágenes, son las autoras del volumen Concepto sentido. Miradas femeninas a la escena cubana, que fue presentado en la sala Adolfo Llauradó el 23 de febrero en el contexto de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Publicado por la Casa Editora Laia, de Argentina, el texto, demostrativo de lo que pueden hacer las mujeres en el mundo de la fotografía, incluye cuarenta instantáneas, todas resultado de la creatividad de Sonia Almaguer, Alina Morante, Buby Bode y Maite Fernández.
Con Sonia Almaguer, curadora y quien tuvo a su cargo la compilación de las fotografías que conforman el texto, conversamos en exclusiva.
¿Cómo surge la idea de crear el proyecto “Concepto sentido, miradas femeninas a la escena cubana”?
“‘Concepto sentido, miradas femeninas a la escena cubana’ es un proyecto de exposición que nace hace alrededor de un año, a partir de una invitación que nos hizo la teatróloga y dramaturga Marilyn Garbey para participar con alguna exposición fotográfica en el Festival Internacional de Teatro de La Habana, celebrado en noviembre de 2023.
“Asumí la curaduría de esa exposición. Hacía ya un tiempo tenía en mente un proyecto que vinculara a otras mujeres fotógrafas que hubieran realizado fotografías de escena, lo mismo en teatro que en danza. Mi aspiración era reunir a todas aquellas mujeres, especialmente las que tuvieran por lo menos diez años de experiencia o más.
“Para mi gran sorpresa, porque creía que había muchas más al menos en La Habana, solo cuatro tenían una trayectoria bastante amplia dentro del género de fotografía de teatro. Ellas fueron Buby Bode, Alina Morante, Maite Fernández y yo.
“(…) desde que inicié la curaduría me percaté de que las mujeres tenemos una mirada mucho más dedicada al detalle”.
“Entonces me di a la tarea de buscar un motivo y se me ocurrió que más que buscar un tema en específico, un hilo en común, era mejor vernos a nosotras mismas desde el punto de vista de nuestra labor como fotógrafas, cuáles eran nuestras inclinaciones, cómo eran nuestras miradas y sobre todo si en realidad existe algún tipo de diferencia entre las fotografías que hacemos las mujeres y las que hacen los hombres, relacionadas con todo cuanto sucede en una escena.
“Y efectivamente, desde que inicié la curaduría me percaté de que las mujeres tenemos una mirada mucho más dedicada al detalle, más de acercarnos a los actores, más de acercarnos a cuestiones específicas de la escena, luces, escenografía, vestuario, maquillaje…
“Este estudio me permitió arribar a la conclusión de que la diferencia que existe entre la fotografía que hacen nuestros colegas los hombres y las que hacemos las mujeres es que ellos miran la escena en toda su plenitud, en todo su espectro y nosotras, en cambio, vamos un poco más al detalle de lo que está sucediendo sobre las tablas.
“Somos cuatro mujeres caracterizadas por todo lo que implica ser mujer en nuestro país, entiéndase cuidadoras de hijos, de padres, de enfrentarnos constantemente con lo cotidiano, pero ello no nos ha quitado la sensibilidad de hacer este trabajo fotográfico y dedicarnos durante largas jornadas a la fotografía. Solo así dejamos constancia de lo que sucede en y tras un escenario”.
¿Por qué precisamente el teatro, la escena y no otra manifestación artística, la música, por ejemplo?
“En primer lugar porque el teatro es también una género que parece ser simple, pero en realidad es bien complejo. Fotografiar teatro es una labor que requiere de mucha habilidad técnica dentro de la fotografía. En la presentación de una obra hay momentos en que se utilizan bajas luces, o suceden movimientos muy rápidos. El fotógrafo de teatro no puede circular por la sala, no puede utilizar flash, no puede hacer ruido. En fin, no puede hacer nada que perturbe al público o lo que están haciendo los actores.
“Somos cuatro mujeres caracterizadas por todo lo que implica ser mujer en nuestro país, entiéndase cuidadoras de hijos, de padres, de enfrentarnos constantemente con lo cotidiano, pero ello no nos ha quitado la sensibilidad de hacer este trabajo fotográfico y dedicarnos durante largas jornadas a la fotografía”.
“De manera que hay que tener en cuenta de que estás fotografiando un arte hecho en sí mismo. Es decir, te estás aprovechando de algo que han hecho otras personas, pero además dependes mucho de la concertación de los actores y de uno poder seguir con la cámara, con el lente, todo lo que está sucediendo”.
Con tantos inconvenientes, ¿podrá haber satisfacciones?
“Sí las hay. Una de las mayores satisfacciones de este trabajo es que por primera vez nos juntamos un grupo, aunque pequeño, de mujeres y se nos ha dado la posibilidad de darle continuidad a un proyecto. O sea, hemos descubierto de que hay mucho más trabajo por hacer y que solo somos servidoras del teatro.
“Nosotras servimos al teatro porque dejamos el testimonio gráfico de lo que sucede. El teatro es un arte efímero por naturaleza. Hoy tienes una obra, mañana, sin embargo, tendrás otra con un nuevo elenco. Transcurridos dos o tres días se estrena una nueva puesta. Y así sucesivamente. De manera que lo único que queda de lo que ha sucedido en esas puestas en escena es el registro fotográfico, documental.
“Pero si bien el teatro se aprovecha de nosotras y somos sus servidoras porque le dejamos el testimonio gráfico, nosotras nos aprovechamos del teatro. En él encontramos la posibilidad de hacer nuestra propia obra de autor, nuestras propias fotografías. Y con esas fotografías hemos conformado un amplio portafolio, un gran portafolio con obras de teatro, que facilita la labor curatorial para cualquiera de nuestras exposiciones y también para emprender una serie de acciones.
“El teatro es un arte efímero por naturaleza (…) De manera que lo único que queda de lo que ha sucedido en esas puestas en escena es el registro fotográfico, documental”.
“Una de esas acciones, por ejemplo, es el propósito de sumar a nuestro proyecto a aquellas fotógrafas que vayan surgiendo, especialmente a las más jóvenes, acercarlas a este tipo de trabajo fotográfico y que después de un proceso instructivo sean capaces de comprender que aun cuando es complicado puede hacerse, se puede aprender. Esto nos permitirá dejar una cantidad mayor de registros fotográficos de la escena cubana, de lo que ocurre sobre y detrás de un escenario ya sea de danza, de teatro de figuras o de las artes circenses”.
El libro Concepto sentido. Miradas femeninas a la escena cubana es resultado de un proceso creativo protagonizado por ustedes cuatro. ¿Cómo fue su preparación?
“Este texto es, en efecto, el resultado de todo este trabajo. Laia Editora, una editorial sin fines de lucro, conoció nuestro trabajo por las redes sociales. Con esta casa editorial ya yo tenía un trabajo anterior. Habían ilustrado con fotografías mías un libro de poemas de una escritora también cubana.
“A partir de esos conocimientos, nos invitaron para que hiciéramos el libro catálogo de la exposición. Fue una oportunidad maravillosa porque nos dio la posibilidad de crear este libro digital, donde se recogen, además de las fotos, los detalles de cada realizadora, su currículo artístico. De mucho agrado nos resulta la presentación y prólogo a cargo de Marilyn Garbey quien, desde su propia mirada femenina, destaca la importancia de las mujeres dentro de este trabajo de fotografía actual contemporánea.
“Este es un proyecto que continúa. Además de realizar otras exposiciones, nos hemos propuesto convertir a ‘Concepto sentido…’ en una exposición itinerante”.
“Aparecen asimismo las palabras de elogio a nuestro trabajo de Omar Valiño, reconocido crítico de arte cubano y, por supuesto, algo que a nuestro juicio era imprescindible: los agradecimientos. En primer lugar, a Laia Editora que asumió el encargo de hacer el libro y seguidamente aprovechamos, porque no siempre es posible hacerlo, para expresar nuestro agradecimiento a los actores, directores y a nuestras familias por su comprensión. Fue la oportunidad para agradecer con total sinceridad y amor a todas las personas que nos han permitido llegar hasta este importante momento de nuestras vidas”.
¿Perspectivas futuras?
“Este es un proyecto que continúa. Además de realizar otras exposiciones, nos hemos propuesto convertir a ‘Concepto sentido…’ en una exposición itinerante. Si bien tuvo su estreno en la galería del teatro Bertolt Brecht, en el mes de enero, a propósito de la Jornada por el Día del Teatro Cubano, se exhibe por estos días en el Instituto Superior de Arte, donde también se presentó el libro. Aspiramos igualmente a exhibirla en otras salas de teatro de La Habana y nuestro mayor sueño es llevarla a otras salas del país.
“Queremos que la presentación no se limite solamente a la inauguración, sino que se nos permita a nosotras, sus autoras, interactuar con los estudiantes, con el personal del propio teatro, para que ellos también conozcan y comprendan qué tipo de trabajo realizamos. Para explicar la importancia del trabajo de los fotógrafos.
“Todo ello sin olvidar que nos interesa mucho sumar fotógrafas a nuestro proyecto, de toda la Isla, y lo ideal sería lograr la incorporación de mujeres fotógrafas de otros países.
“La idea central de la exposición, del proyecto en general, es saber si las mujeres tenemos, gracias a nuestro sexto sentido, otras perspectivas, otras miradas para ver lo mismo que ven los demás”.
“Nos interesa mucho sumar fotógrafas a nuestro proyecto, de toda la Isla, y lo ideal sería lograr la incorporación de mujeres fotógrafas de otros países”.
Comoquiera que Sonia Almaguer fue realmente explícita en sus declaraciones y le agradecemos sinceramente, no podíamos desestimar la presencia en la sala Adolfo Llauradó de Maite Fernández, otra integrante de este fabuloso y no menos prometedor proyecto, a quien hicimos algunas preguntas:
¿Qué representa para ti, para tu carrera profesional, formar parte de “Concepto sentido…”?
“Ante todo me gustaría decir que me siento muy feliz por ser una de las integrantes del proyecto. En realidad, no son muchas las mujeres capaces de captar imágenes fidedignas de una escena y ser una de ellas es motivo de orgullo como también integrar el proyecto.
“Desde hace ya un tiempo vengo desarrollando de manera individual la fotografía de escena, ya sea de teatro o de danza y además de música. Justamente de esta última manifestación artística estoy preparando una exposición relacionada con el jazz, que aspiro sea inaugurada este año, aunque en realidad la que más me satisface es la fotografía de escena, explorar toda esa gama de emociones desde la acción o un gesto minimalista hasta la máxima expresión de dolor, alegría o felicidad.
“El teatro es mucho más de lo que se ve en la escena. Detrás de ella están el diseño de vestuario, de luces y eso es un propósito esencial de nuestro trabajo: sacar a la luz esa parte subyacente del teatro. Es indiscutiblemente una forma de reconocer la labor de ese grupo de personas, casi siempre numeroso, que el público no ve”.
¿De quién o de quiénes heredaste la maestría para captar “al vuelo” tantas y tantas realidades?
“La fotografía me apasiona y no concibo mi vida sin ella. Literalmente puedo decir que de mi padre lo aprendí. Él era mecánico de cámaras fotográficas y equipos de cine, y de niña yo visitaba frecuentemente su taller. Esas visitas eran para mí una gran aventura porque cada día descubría y aprendía más de cámaras fotográficas. Así comencé a relacionarme con la magia del revelado y la fotografía.
“Tengo una formación empírica y, por tanto, me falta todavía mucho por aprender, por descubrir. Por suerte he tenido la dicha inmensa de encontrar en el proyecto mis principales fuentes de aprendizaje, que son mis colegas, de las cuales aprendo todos los días. Hemos logrado formar un equipo maravilloso, un espacio vital de retroalimentación. De manera que esta integración al proyecto es una especie de consolidación de mi carrera profesional”.
Obviamente ellas pudieron y aún les esperan muchos éxitos por celebrar. De momento, han sido capaces de combinar sus labores domésticas con el difícil arte de la fotografía. Por ello, al decir de Yui Paz, director de Laia Argentina, “este libro, que inmortaliza la escena cubana, tiene un especial significado. Necesitábamos de esas miradas femeninas al teatro cubano, para seguir profundizando en la obtención de derechos de la mujer en toda la humanidad”.