Compromiso y responsabilidad para preservar la historia

Raquel Marrero Yanes
31/7/2018

“Felicitaciones en el Día del Historiador Cubano, este 1ro. de julio. Les deseo éxitos en sus proyectos profesionales y en su vida personal. Continuaremos buscando las vías para llegar a todos, para que estén informados y para que su trabajo, a partir de su calidad, se conozca y reconozca”, expresó en entrevista a La Jiribilla, el MSc. Jorge Luis Aneiros Alonso, electo Presidente de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic) en su más reciente Asamblea General de Miembros (7 y 8 de junio 2018), luego de ser propuesto a la candidatura en algunas provincias y asociaciones de base.

 Jorge Luis Aneiros Alonso
Foto: Cortesía del entrevistado

 

Es costumbre verlo en los quehaceres del trabajo de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, pero múltiples han sido las responsabilidades que en el orden político, académico e investigativo ha  asumido este historiador, quien sin evadir respuestas contestó las interrogantes, con el sano orgullo de pertenecer a la Unhic.

¿Compromiso ante la responsabilidad que acabas de asumir?  

A pesar de la complejidad de mi trabajo como subdirector de la Oficina de Asuntos Históricos, tengo sentido de pertenencia por la organización y la responsabilidad que asumo como presidente. Agradezco la confianza depositada en mí y, a su vez, asumo el compromiso de trabajar porque se cumplan los objetivos de trabajo aprobados, en aras de que la Unhic obtenga nuevos logros, mayor reconocimiento y visibilidad social. Para ello, espero contar con el apoyo del nuevo Secretariado electo, renovado en más del 50 %; de los Presidentes Provinciales y de los afiliados que son más de 4000 en toda la Isla.

¿Fortalezas y debilidades de la Unhic?  

Consciente de la responsabilidad que acabo de asumir, a priori reconozco entre las fortalezas, la historia y la tradición de una organización que ya tiene 36 años, pues fue fundada el 7 de diciembre de 1981; las estructuras creadas en todas las provincias y en la mayoría de los municipios del país; la existencia de un sistema de estímulos morales, que incluye el Premio Nacional de Historia, los premios de la crítica histórica a los mejores libros de esa temática publicados en el año y el premio de investigación histórica, además de diplomas de reconocimientos nacionales atendiendo a la diversidad de perfiles profesionales que integran la Unión.

A ello se suma un mejor reconocimiento y apoyo del órgano de relación, que es el Ministerio de Cultura; y la conformación de un programa de trabajo, con objetivos muy precisos para la etapa que da inicio. 

Asimismo reconozco entre las debilidades la poca proyección hacia la sociedad cubana, donde aún la Unhic es poco visible; debilitamiento de los aparatos auxiliares, sobre todo en la sede central y en algunas provincias, incluyendo el área económico-administrativa; la falta de proyectos concretos —en primer lugar a partir de nuestro propio trabajo—, que se le puedan plantear a las instituciones con las que nos relacionamos; así como dificultades de recursos para emprender tareas de mayor complejidad. 

¿Principales retos de la organización? 

Los retos son enormes, hay ideas, aspiraciones y expectativas. Nos corresponde al nuevo secretariado lograr que se concrete una política estatal con objetivos claros y estratégicos hacia la historia y los historiadores en medio de una gran hostilidad en el plano de las ideas hacia la Revolución cubana, su historia, sus próceres y dirigentes, ya que se pretende cambiar la historia y determinados símbolos, revalorizar determinadas figuras, así como producir un adormecimiento y una desideologización en el tratamiento de determinados temas y periodos, sobre todo en los más contemporáneos. Esto requiere una respuesta coherente e intencionada, determinados recursos y mucha racionalidad, para hacer más con lo que tenemos o con lo que pueda asignarse. 

Además, se necesita definir el sistema de eventos de la Unhic, donde se definan las jerarquías de alcance nacional y se logre el impacto de los mismos; que la revista El Historiador se conozca, llegue a la membrecía y sea realmente un aporte historiográfico, desde su posición de publicación seriada. 

Tampoco puede olvidarse la necesidad de consolidar la membrecía, crecer donde sea posible y que se cumplan los requisitos; potenciar la creación de capítulos de historiadores por ramas o temáticas de la Ciencia Histórica y otras ciencias afines; apoyar y desempeñar un rol más activo en el apoyo a la preservación del patrimonio histórico de la nación, y lograr la necesaria articulación de proyectos conjuntos con instituciones y organizaciones afines, porque la Unhic puede llegar a todos. 

¿Cómo valora la Asamblea General de Miembros de la Unhic?  

Ella en sí misma fue el colofón del proceso orgánico realizado desde la base. A partir de los documentos elaborados, analizados y debatidos, de las informaciones recibidas y la propia celebración de la Asamblea, considero que los resultados fueron favorables.

Reconocemos a la directiva que concluyó su mandato, la cual hizo un gran esfuerzo, pues el Presidente electo renunció al cargo y la vicepresidenta primera, Elda Cento Gómez, residente en Camagüey, asumió la conducción de la Unhic y apoyada por el secretariado y los presidentes de Filiales, fue capaz de encauzar el trabajo y lograr una exitosa Asamblea. A ellos nuestro reconocimiento por legarnos objetivos de trabajo, resumen de planteamientos, acuerdos y recomendaciones que guiarán el desempeño futuro con el acompañamiento del Ministerio de Cultura y otros organismos e instituciones, y sobre todo, los dirigentes y los afiliados de la Unhic. 

¿Qué se espera del XXIII Congreso Nacional de Historia? 

El Congreso Nacional de Historia es el máximo evento científico de la Unhic, que debe realizarse cada dos años en una provincia del país. La edición XXIII del Congreso será en Bayamo del 16 al 18 de abril de 2019, en conmemoración al 200 aniversario del natalicio del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes.  

En la cita estarán representados las ponencias y trabajos investigativos que se presenten en eventos de base a realizarse entre octubre y noviembre del actual año, y se preseleccionen para que un comité de selección nacional determine los que cumplen las bases del Congreso y tengan calidad para asistir al cónclave. Sin dudas, será un evento de trascendencia y aporte historiográfico.

¿Cómo llegas a la Uhnic? 

Con la UNHIC estoy vinculado desde fines de la década del 80 del siglo pasado, cuando era profesor de Historia en el Instituto Superior Pedagógico de Sancti Spíritus. Al crearse la primera sección de base en la Filial Provincial, que fue en el Pedagógico, me eligen Presidente.  

Posteriormente, a inicios de los años 90, me eligen Presidente de la Filial Provincial, donde estuve más de una década. Aquellos fueron años muy difíciles, en pleno Período Especial y con una Unhic Nacional poco reconocida, pero con varias filiales con un trabajo sólido.

Recuerdo al Dr. Julio Le Riverend y algunos otros destacados investigadores que físicamente ya no nos acompañan. Fueron años intensos, con una voluntad fuerte de trabajo y el apoyo de las autoridades de la provincia y de los miembros de la organización. 

A partir de 1995 la Unhic comenzó a refundarse. Se realizó el III Congreso en el Capitolio en La Habana, donde el Dr. Eusebio Leal fue electo Presidente, y se acordó reactivar los Congresos Nacionales de Historia fundados por Emilio Roig y que no se hacían desde el inicio de la Revolución.  

En este mandato se realizaron el XIV Congreso Nacional de Historia en el Museo de la Revolución, en 1997 y el XV en Sancti Spíritus, coincidiendo con el 485 aniversario de la ciudad. Por única vez se hicieron en la misma fecha el congreso científico y el IV Congreso orgánico.

A partir de ese momento se eligió al Dr.C. Raúl Izquierdo Canosa como Presidente y yo integré el Secretariado Nacional como segundo vicepresidente para atender la enseñanza de la historia. Leal fue electo Presidente de Honor y dejó la organización con los nuevos Estatutos y el Código de Ética, además de un local para la Unhic nacional en la calle Muralla, en La Habana Vieja. 

Recuerdo con especial cariño el Taller realizado en el 2000 en el Palacio de Convenciones, que contó con la presencia del líder Fidel Castro. Allí el Comandante en Jefe señaló varias tareas y objetivos a la Unhic, y se emprendieron varios proyectos en beneficio del gremio como la continuidad de los Congresos Nacionales de Historia, que tuvieron como sede a Santiago de Cuba (2001), Cienfuegos (2003), Matanzas (2005), Ciego de Ávila (2009) —en el 2011 se hizo a nivel de provincias—, Camagüey (2014) y Holguín (2016); así como la continuidad al Premio Nacional de Historia. También se creció en afiliados, comenzaron a crearse  las casas del historiador en las provincias y se dotó a la organización de un aparato administrativo profesional tanto en la sede nacional como en las provincias, además de aprobarse una subvención estatal que se mantiene hasta el presente. 

Para este  historiador y pedagogo, quien además es Máster en Administración Pública, le resulta fácil rodearse de colegas, comentar un hecho histórico, visitar un monumento o leer un libro; pero al igual que otros historiadores no le agrada hablar de su historia de vida, porque prefiere continuar en el empeño de investigar, promover, conservar y enseñar la historia de la nación cubana.