Trinidad, la ciudad que vive en el tiempo
Ninguna ciudad, tan añeja como pudiera ser, disfrutaría el encanto del título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, si las miradas se posaran solo en su arquitectura, con tejas francesas y criollas, con sus adoquines, sus calles empedradas, sus casonas de puntal alto y sus inspiradores patios interiores.