La celebración por las seis décadas de vida de la Cinemateca de Cuba comenzó desde el propio 1ro. de enero, fecha en que inició un amplio ciclo con la obra del gran cineasta italiano Federico Fellini (1920-1993), celebrando también el centenario del importante director.
Este ciclo, que tuvo lugar durante todo enero, ha sido el antecedente al momento justo en que se cumple el aniversario de la prestigiosa institución cultural, adscrita al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) y cuya creación se debió al trabajo del incansable Héctor García Mesa.
Uno de los objetivos fue: “La Cinemateca de Cuba se encargará de traer al país, y de divulgar ampliamente, las obras maestras del cine de todos los tiempos, así como de aquellos materiales informativos y didácticos que hasta ahora nos habían sido vedados”, escribía García Mesa.
El actual director de la institución, el crítico e investigador Luciano Castillo, subrayó en conferencia de prensa realizada en el C.C.C. Fresa y Chocolate que: “La razón fundamental de una Cinemateca constituye la preservación del patrimonio fílmico nacional”.
En sus palabras, también abordó el conjunto de actividades que se realizarán durante todo el año para celebrar este aniversario. Lo más próximo será la exhibición, el día 6 de febrero a las 6:00 p.m., en el cine 23 y 12, de la versión más completa de El viaje a la luna, de Georges Méliés, coloreada y sonorizada; y la copia definitiva de L´Atalante, de Jean Vigo, también restaurada, junto a la edición número 1215 del Noticiero ICAIC Latinoamericano.
De igual forma, dos obras restauradas dentro de la filmografía de Tomás Gutiérrez Alea: La muerte de un burócrata y el documental El arte del tabaco, también formarán parte de las opciones diseñadas por la Cinemateca de Cuba en el mes de febrero.
La institución cultural desarrollará una variada programación durante todo el 2020, que incluye la realización de ciclos temáticos, homenajes a directores, exposiciones de carteles y presentaciones especiales.
Pero la Cinemateca de Cuba ha sido, sobre todo, un espacio de encuentro, un motivo para reunir a los cinéfilos interesados en descubrir las pasiones de los grandes directores de todos los tiempos. Por esa misma razón, muchos han abordado su importancia desde la función orientadora que ejerce.
“La Cinemateca de Cuba es un reducto de la cultura cinematográfica que es necesario conservar para la formación general y de los estudiantes de cine en particular, que significativamente son los que menos asisten a ella. La Cinemateca es un instrumento formativo de primer orden, pero es necesario acercarse a ella y borrar ese criterio de que es el cine donde se exhiben películas viejas”, respondió Manuel Herrera en reciente entrevista concedida al autor de este texto, a propósito de sus años como director de la institución.
Estas seis décadas de trabajo han consolidado su presencia como uno de los escenarios fundamentales en el campo cultural cubano y en el diseño de una programación de altísima calidad para fomentar en el público el gusto y la capacidad crítica en el ámbito audiovisual y cinematográfico.