La exhibición exitosa en Estados Unidos del documental Derrota de las fuerzas alemanas en Moscú, bajo el título Moscú contrataca, hizo posible el primer Premio Óscar de la cinematografía soviética.

La idea de la realización partió de Iósif Stalin en un momento crítico del conflicto bélico, tras el avance de las tropas alemanas y la pérdida de un millón de efectivos, con el propósito de mostrar audiovisuales que elevaran la moral de las tropas y del pueblo, desgarrados por la contienda militar. Las imágenes fueron tomadas en el frente de guerra por 30 camarógrafos bajo el impacto de la metralla y en condiciones climáticas de hasta -35 grados bajo cero. 

Según historiadores del cine, la película fue reeditada. La versión norteamericana resultó 14 minutos más corta que el original, se eliminaron los mensajes propagandísticos, se agregó la narración del actor Edward G. Robinson y alcanzó una audiencia de 16 millones de personas en Estados Unidos y Reino Unido.

Imagen del documental Derrota de las fuerzas alemanas en Moscú, presentado en Estados Unidos bajo el título Moscú contrataca.

El filme captó la atención del público internacional hacia la invasión nazi, mostró el rostro humano del pueblo ruso y convenció a los contribuyentes estadounidenses sobre la necesidad de apoyar la causa antihitleriana, en el marco de la Ley de Préstamo y Arriendo aprobada en 1941. Al reconocimiento de la producción contribuyeron la entrega del Premio National Board of Rewiew y la aprobación del New York Times.

Con motivo del 80 aniversario de la Victoria contra el fascismo, la Embajada de la Federación Rusa en Cuba, la Casa Rusa en La Habana y el Instituto de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) ofrecieron la exhibición del filme El primer Óscar en la capital cubana.

El largometraje realizado en 2022 por el director Sergey Mokritskiy y la productora Natalia Mokritskaya narra la historia de los jóvenes cineastas que filmaron Derrota de las fuerzas alemanas en Moscú en 1941. De forma paralela la acción transcurre un año después en Estados Unidos con el estreno del documental, el desacuerdo derivado de la inclusión del género en los Premios Óscar y el otorgamiento de la estatuilla.

“Estremece revivir en pantalla la devastación causada por la agresión fascista, mientras conocemos de los daños humanos derivados de la actual confrontación fratricida ruso-ucraniana (…)”.

La parte filmada en suelo norteamericano recrea libérrimamente la figura del productor David O. Selznick, quien ya en 1940 había ganado dos Óscar y el Premio Irving G. Thalberg, y su relación con Louis B. Meyer.

En El primer Óscar, los guionistas Maxim Budarin y Yuri Nenev desarrollan la trama a partir del antagonismo de un triángulo amoroso, y la contraposición entre la elaboración creativa y la representación edulcorada de la realidad en la creación artística. Además de dilaciones en la estructura dramatúrgica, que persiguen justificar la motivación psicológica de los personajes, en el filme se observan desaciertos en varios renglones de la dirección. No obstante, El primer Óscar logra la conmoción de los espectadores, gracias a la intensidad gradual del conflicto, la inclusión de planos del documental, y por visibilizar la entereza y el sacrificio del pueblo ruso en la Gran Guerra Patria.

Estremece revivir en pantalla la devastación causada por la agresión fascista, mientras conocemos de los daños humanos derivados de la actual confrontación fratricida ruso-ucraniana, la cual, debido a la injerencia de otras fuerzas, amenaza con el estallido de una tercera guerra mundial. La humanidad repite los mismos errores.