Censura al pasado: Por qué todos contra EcuRed y una frase de Kennedy
13/2/2021
Sin matices, todo el entramado mediático financiado desde Estados Unidos contra Cuba, se lanza en masa contra la enciclopedia colaborativa cubana EcuRed. Es de agradecer, aunque no haya nada nuevo bajo el sol en ver cómo se borran las fronteras entre quienes trabajan desde la extrema derecha por más bloqueo y violencia, como Diario de Cuba (1) y CiberCuba (2), la emisora gubernamental estadounidense Radio Televisión Martí (3) y la revista miamense OnCuba (4), para lavarle la cara —y el pasado— a los remanentes del fracasado “corrimiento al centro” (5) que bajo el nombre de Cuba Posible intentara sin éxito concretar la “alternativa moderada y centrista” (6) del multimillonario Carlos Saladrigas.
Leandro Estupiñán, desde las páginas de OnCuba, es el más reciente de la ya larga lista de aburridos cronistas que nos hablan de censura y estalinismo en EcuRed, sin detenerse un segundo en sí mismos. Acude el Sr Estupiñán a un Diccionario del Instituto de Literatura y Lingüística publicado hace 40 años para hablar de omisiones y censuras, pero en acto nada censor le omite a sus lectores que hace casi dos décadas sus señalamientos están resueltos en nuevas ediciones de esa obra. Es el mismo Estupiñán que en la misma revista hace menos de un año escribía sobre Hubert Matos (7) omitiendo sus notorias actividades terroristas al servicio de la CIA en un texto cuya anunciada segunda parte nos quedamos esperando: ¿lo habrán censurado?
Pero por qué esa obsesión. Recientemente se cumplieron diez años de que se presentara públicamente esa enciclopedia colaborativa, que es un pujante proyecto de conocimiento colectivo al que han aportado más de sesenta mil personas y que, sin tregua, la maquinaria de guerra mediática contra Cuba ha atacado desde su mismo nacimiento. Primero, poniendo en duda su viabilidad, y cuando ya fue indiscutible su preeminencia —ocupa el lugar 106 entre las publicaciones de divulgación científica en internet en todo el mundo a pesar de que sólo existe en idioma español—, entonces se ha atacado la calidad de sus contenidos con las más sucias maniobras que han llegado hasta insertar errores en sus páginas para después convertirlos en noticia.
Mucho pudiera hacerse aún desde nuestras instituciones de todo tipo para hacer crecer EcuRed en cantidad y calidad. Hoy cuenta con casi 225 000 artículos de las más diversas temáticas, pero es indiscutible que en los contenidos sobre Cuba supera en calidad y profundidad otros espacios existentes en las redes y es muy consultado desde otros países que comparten nuestra lengua. Por más que duela a algunos y enorgullezca a muchos, EcuRed, sin pagarle un centavo a Google, ha sido y es hegemónica en los temas de Cuba en la red y eso molesta, molesta a Diario de Cuba, a CiberCuba, a Radio Televisión Martí, a OnCuba, que sí pagan para posicionarse en la red.
A pesar de la leyenda negra contra ella y acusaciones de “estalinista”, la enciclopedia es abierta y puede modificarse por cualquier internauta, algo que quienes la acusan de censura le han ocultado a sus lectores en el ciento por ciento de las publicaciones de estos días, para facilitarle la tarea a quien quiere victimizarse y presentarse como alguien sobre cuya cabeza pende una pica en la mano criminal del estalinismo tropical del que nos habla sin pruebas demasiado a menudo la propaganda anticubana.
Las enciclopedias colaborativas, por su carácter abierto, siempre están bajo el riesgo del error. Por eso tienen curadores o moderadores, pero no siempre funcionan con inmediatez y hay quienes se aprovechan de ello en su guerra contra Cuba. El año pasado se utilizó contra Raúl Capote y el periódico Granma (8) la introducción, a propósito, de información errónea en un artículo en Wikipedia sobre la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, entonces solo hubo silencio en todo el espectro mediático que ahora apunta contra un blanco llamado EcuRed.
También es normal que ocurran discrepancias entre quienes en ellas colaboran honestamente. Cuando existen diferencias entre editores o vandalización de artículos en las enciclopedias colaborativas, se protegen las páginas para que sólo los moderadores puedan efectuar cambios. Pero lo que es normal, o silenciado, cuando ocurre en Wikipedia, es utilizado de manera concertada para hablar de privatización y violaciones de la Constitución si sucede en EcuRed.
El trabajo callado y anónimo de construir tiene menos rédito que escandalizar, sobre todo cuando, como ocurrió con los “cocineros” de Playa Girón, se quiere borrar cualquier dato que exponga los vínculos con proyectos que, como el fracasado Cuba Posible, prometieron “una Cuba pluripartidista” y un “transitional change” (9) con dinero extranjero y fracasaron en su propósito.
En una práctica nada estalinista, Cuba Posible, cuyos remanentes y aliados hablan todo el tiempo de transparencia y revisan con lupa los historiales de artículos de EcuRed, borró todos sus contenidos de la red de redes, pero al no parecerles suficiente, ahora quieren borrarla de su pasado y que nadie hable de los cargos que ¿gratuitamente? ocuparon, los eventos del Norte revuelto y brutal a los que asistieron y las fotos en las que posaron con el logo de la Open Society de George Soros detrás.
Es comprensible. Kennedy, que, como Cuba Posible, también tiene su ficha en EcuRed, se lo explicó contundentemente a los “cocineros” de Girón cuando los recibió en la Florida después de rescatarlos con compotas: “La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana”.