Carpentier desde la fotografía
Un capitel de estilo neoclásico sirve de alegoría para remitirnos a La ciudad de las columnas, según nos revela la invitación digital a la muestra de fotografía documental Alejo Carpentier. El hombre en su tiempo, recientemente inaugurada en la capitalina galería Espacio Abierto, con curaduría de Enrique Ubieta y Denys San Jorge, junto a la colaboración de Armando Raggi.
La exposición ―gestada entre el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, la Revista Revolución y Cultura y la Fundación Alejo Carpentier― se enmarca dentro de las actividades por la Jornada de la Cultura Cubana del 10 al 20 de octubre del presente año y rinde homenaje al 120 aniversario del natalicio del insigne escritor, próximo a celebrarse el día 26 de diciembre.
“La imagen de Carpentier queda inmortalizada en cada una de estas instantáneas, testimonios visuales de su prolífera vida intelectual y su responsabilidad cultural y política”.
En su recorrido por las salas de la galería los espectadores podrán apreciar en casi medio centenar de obras fragmentos significativos en la vida de Carpentier, algunos íntimos, absorto en sus pensamientos o familiares junto a su esposa Lilia Esteban, rodeado de amigos y personalidades de su tiempo, entre ellas Fernando Ortiz, Juan Marinello, Félix Pita Rodríguez, Nicolás Guillén, Jorge Mañach, artistas de la talla de Agustín Cárdenas y Wifredo Lam, jóvenes músicos en quienes se reconoce a Silvio Rodríguez, Sara González y Leo Brower, el documentalista Santiago Álvarez, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, Gabriel García Márquez y el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro. El vínculo institucional también cobra relevancia al descubrir su presencia en Casa de las Américas, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí o el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).
No en todas las fotografías se vislumbra un ojo entrenado detrás del encuadre, la mayoría parecen haber sido tomadas mientras formaba parte de eventos sociales o de corte periodístico para luego ilustrar los medios de la época; sin embargo, existen aquellas donde se impone una mirada de autor y por tanto un valor artístico, como la que lo representa sentado de piernas cruzadas con un inmenso retrato del Che Guevara de fondo, otra con sus espejuelos en la mano detrás de una montaña de documentos o la de sus honras fúnebres en 1980 con Fidel en primer plano custodiando el féretro durante la última guardia de honor.
La imagen de Carpentier queda inmortalizada en cada una de estas instantáneas, testimonios visuales de su prolífera vida intelectual y su responsabilidad cultural y política. Al decir de Enrique Ubieta, director de Revolución y Cultura, en sus palabras inaugurales de la exposición: “Las fotos no lo dicen todo, son ventanas al pasado, pequeñas hendijas por las que nos asomamos a un instante, que puede ser solemne, íntimo o divertido, tras el cual hay una historia, una toma de posición, un compromiso”.
Alejo Carpentier. El hombre en su tiempo nos revela a través de las fotografías la existencia sustancial del autor de El siglo de las luces, Los pasos perdidos o El reino de este mundo ―entre otros tantos ensayos y novelas― en la historia de su país más allá de fronteras geográficas y espacio-temporales. La dimensión carpenteriana adquirirá nuevos niveles connotativos al disfrutar de esta muestra. Un ser corpóreo, hecho a la medida de “lo real maravilloso”, concepción estética latinoamericanista que lo definiría en su tiempo y para todos los tiempos.[1]
Notas:
[1] “Lo real maravilloso carpenteriano consiste en ‘saber ver’ la realidad concreta y subjetiva que nos rodea, en la lucidez y destreza individual para discernir lo que escapa a nuestra vista por obra de lo rutinario. No es, por tanto, invención fantástica, sino lo maravilloso y trascendente de la realidad”. Enmanuel Tornés: “De lo real maravilloso y el realismo mágico”, periódico Granma (digital), 20 de junio de 2023.