Capitalia: El violinista y la ciudad
10/7/2019
William Roblejo es un joven músico que irrumpe en Cuba de manera relevante con el violín en el latin jazz. Al finalizar sus estudios creó su propia agrupación musical: William Roblejo´s Trio. En esta se hace acompañar de excelentes músicos (bajo, guitarra y violín). Entre sus reconocimientos se encuentran: Ganador del primer Premio del Concurso de Jóvenes Jazzistas, Jojazz 2010; primer Premio de Cuerda Viva en el año 2011, y estuvo nominado al Cubadisco 2013, por su disco Dreaming.
y Julio César González (bajista). Fotos: Cortesía del entrevistado
Después del preámbulo obligatorio, de quien comienza una entrevista, me referiré al día que los conocí. Recuerdo que me los crucé —a él y a su trío- en una extenuante jornada del Jazz Plaza. Quedé impresionada por la maestría y el virtuosismo, no solo de Roblejo, sino de los músicos que le acompañaban. Sinceramente, nunca los había escuchado en vivo, y la experiencia fue maravillosa, altamente adictiva.
Desde ese entonces, el trío estuvo vinculado a la revista La Jiribilla: formó parte del elenco de artistas en el Patio de Baldovina —espacio habitual de conciertos— del mes de febrero de este año, y ha entablado una relación de amistad que perdura aun más allá de la música. William Roblejo tiene una singular forma de ejecutar su instrumento musical, por lo que atrae al público más exigente, como luciérnagas a la luz.
De manera exclusiva, a propósito de su más reciente producción discográfica, William conversa con La Jiribilla.
“Capitalia es un disco bastante deseado, que se ha demorado un poco en salir. Digo bastante deseado, porque de la primera producción a esta han pasado seis años. Obviamente se nota diferencia, madurez, en muchos sentidos: a la hora de la improvisación, de la creación como tal, de tocar, de interpretar el instrumento.
Este disco lo comenzamos a grabar nosotros mismos en Abdala de forma independiente, y luego a la dirección de la disquera le gustó lo que estábamos haciendo. La idea principal fue hacerlo bajo el sello Unicornio, pero por motivos ajenos a nuestra voluntad hubo que cambiar de disquera, y lo hicimos con la Egrem. Infinitamente agradecidos con su personal no solo por aceptarnos, sino por acogernos en su discográfica como en casa.
¿Cuándo es la fecha de lanzamiento?
Supuestamente debe salir este verano, a partir de la segunda mitad de julio, en las plataformas digitales que Egrem maneja; pero el disco físico debe estar entre octubre y noviembre.
El disco tiene nueve temas. ¿Todos pertenecen al mismo género o William va variando de un género a otro en dependencia de la inspiración?
Es un disco un poco más maduro y por supuesto ninguno de los temas va sobre la misma línea. Hay cambios, por ejemplo: hay un tema que es muy irlandés, asociado directamente con la música celta; otro brasileño totalmente; hay danzón, jazz, bluegrass, baladas y música cubana, por supuesto.
Es cierto que hay una diversidad, pero para mí, lo más importante de este disco es que en todos los temas se toca a trío (guitarra/banjo, bajo, violín).
Las composiciones y los arreglos musicales. ¿Cómo manejaste esto? ¿Todas las canciones son tuyas, o compartiste autoría y arreglos con algún otro músico?
En este disco, excepto “Amor de loca juventud”, los demás temas son compuestos y arreglados por mí. El danzón es en coautoría con un violinista amigo: Jelien Baso. Pero en especial en este disco, Roberto Luis Gómez (guitarrista) hizo varios arreglos en las canciones “Cuando ya no estés” y “Capitalia”.
¿Qué es más fácil para William, componer o interpretar?
Sinceramente, es mucho más fácil tocar. Yo estudio el violín desde los siete años y vengo haciendo la carrera como instrumentista hace bastante tiempo, es lo único que sé hacer. Aprendí a componer en la escuela, por los temas que escuchaba, por querer interactuar con los compañeros, pero no considero que sea más compositor que violinista. Soy un violinista que hace composiciones. A veces, es una necesidad componer; pero es más grande y básica, para mí, tocar el violín todos los días.
Hace poco disfruté de uno de tus conciertos en Fábrica de Arte Cubano y experimenté un cambio en el formato. Fue la primera vez que los vi con batería. ¿En el disco Capitalia hay mayor predominio de la batería o puede ser interpretado indistintamente con o sin el instrumento, como las canciones de tu primer disco Dreaming?
En este disco nos enfrascamos más en la composición y la interpretación con el trío. Solo hay un tema con batería, “Capitalia”, para el cual invité a un gran amigo, unos de los grandes bateristas de este país, Rodney Barreto. Sí tenemos en otro tema —“Bossanera”—, al percusionista Edgar Martínez Ochoa, que toca el pandeiro al estilo brasileño. Lo demás es trío solamente.
En tu última entrevista para La Jiribilla, en el contexto del Festival Jazz Plaza, nos hablaste de un videoclip y un DVD que realizarán para fin de año, ambos con temas de Capitalia.
Queremos hacer, incluso, dos videoclips. Vamos a tratar de poner uno separado temporalmente del otro. Eso viene pronto, entra en el contrato con la Egrem; pero el DVD es lo que todavía no se hará, por cuestiones ajenas a la disquera.
Háblame un poco de quiénes son los integrantes actuales del trío.
Bueno, los que estamos tocando en el disco. En el bajo cuento con Julio César González, fundador del trío, un gran bajista, uno de los mejores; y en la guitarra, Roberto Luis Gómez, excelente guitarrista, que aquí toca la guitarra y el banjo. Tengo invitados a Edgar y Rodney (baterías), y en la canción “Capitalia”, a otro guitarrista, Damián Campos, que es el que toca la guitarra flamenca, y a un cajonero llamado Leandro Cobas.
Actualmente en el trío contamos con Raúl Venegas en la guitarra, y se mantiene Julio César en el bajo y un servidor en el violín. Sucede que a veces los músicos están haciendo otros trabajos y no pueden estar en la presentación. Entre nosotros hay muchas colaboraciones con otros colegas, pero en la plantilla, hasta ahora, estamos Julio César González (bajo), Roberto Luis Gómez (guitarra) y yo.
¿Por qué el nombre de Capitalia?
Todavía no se sabía si iba a tener este nombre, esa fue una decisión reciente. Primero porque ese tema lo grabé para La Habana, y decidimos ponerlo en el disco. Quería ponerle un nombre que aludiera a la ciudad; además, una de las cosas más representativas cuando se habla de La Habana es El Capitolio. El disco se llama así porque saldrá este año, como parte de las celebraciones por los 500 años de la urbe. Y nada, ¡quiero dedicarlo a La Habana igual!
¿Qué significa para ti La Habana?
Es mi carrera, prácticamente, un aprendizaje, escuela, amigos, mi vida, todo lo he hecho aquí, y quise rendirle homenaje a la ciudad, con este disco y con este tema.