El pasado agosto, la actriz Camila Arteche se unió a la campaña Evoluciona en dos acciones: un intercambio con el público de la Plaza Carlos III, y una presentación en el V Congreso Iberoamericano sobre Acoso Laboral e Institucional que organiza la Unión de Juristas de Cuba. Sobre esas experiencias, conversamos hoy con ella.

Cuéntame sobre esas experiencias: ¿qué las distinguió?, ¿cómo te sentiste?

Fueron muy diferentes y ambas bien difíciles para mí. En el caso de Carlos III, era la primera vez que yo hacía una acción con la campaña. Se trataba de una acción pública en la que estaría involucrada mucha gente y uno no sabe lo que se va a encontrar… era como un cara a cara con cada persona, y aunque se quería propiciar un debate basado en el respeto, se trataba de un público diverso y desconocido. Hubo personas que reaccionaron de manera más fuerte a la situación, pero estuvo muy bien, empecé muy nerviosa pero todo fue fluyendo.

En el caso del Congreso también fue difícil, porque las personas que estuvieron presentes conocen del tema, y yo creo que es un tema —además de polémico— bastante complejo, con lo cual hay que ser muy cuidadoso cuando se trata, porque se puede malinterpretar muy fácil, sobre todo por su vínculo con prácticas culturales que caracterizan a Cuba.

¿Cuánto hubo de espontaneidad y cuánto de preparación en cada espacio?

La acción de Carlos III fue muy improvisada. La idea era que la gente conociera un poco más de la campaña: repartimos sueltos, conversamos con la gente acerca de sus experiencias y opiniones sobre el acoso callejero y sobre sus propios conceptos de acoso. El espacio dependía, sobre todo, de lo que la gente nos fuera dando, y fluía en función de esto.

Allí lo preparado fue el vestuario, acordamos que debía tener una connotación, y Marié Álvarez Torres —la diseñadora— hizo algo que me encantó: la mezcla del short corto con el escote y con la saya de rumbera —que es muy de Cuba también— nos invitaba a preguntarnos si debíamos cubrirnos o no, y a cuestionarnos cuán responsables somos —o no— por la ropa que llevamos. A mí me parece que fue muy efectivo.

El día del Congreso si lo preparamos, el texto es de Dayneris Mesa[1] y yo hice algunos arreglos sencillos. Personalmente me sentí muy identificada con él, e imagino que muchas mujeres también, al menos eso me han dicho a través de las redes sociales. Esto sí fue ensayado, queríamos que fuera una presentación más elaborada.

Yo también aprendí, aprendí muchísimo en ambos casos.

Y sobre los retos que implicó para ti como actriz asumir una acción como la de Carlos III, tan dada a la improvisación…

Yo me preparé muchísimo: intercambié con el equipo de la campaña, leí materiales de los que ha promovido Evoluciona, y eso ayudó, pero ciertamente fue muy difícil. Lo que más me ayudó fue la posibilidad de recurrir a mis experiencias, que es, a fin de cuentas, lo que más conozco, y en ese sentido me fue cómodo manejar el debate. Muchas de las preguntas y opiniones me hicieron cuestionarme aún más el tema, y fue muy interesante. Pero sí fue un reto, yo estaba muy expuesta, a la vez fue divertido y muy valioso. Todo el mundo se fue pensando algo ese día.

¿Cómo han sido las reacciones de las personas en la calle y en tus redes sociales?

La mayoría de las opiniones de los hombres apuntan a reivindicar el piropo —que es el tema más polémico—, pero sabemos que hay diversas formas de acoso. Tengo muchas amigas que, debido a sus profesiones —digamos masajistas, o mujeres que lideran negocios propios—, han sufrido acoso, y en esos casos se trata de acoso laboral.

En el caso de las mujeres, muchas me han escrito para darme las gracias, y yo siempre les digo que lo importante es que tomen acción, que esa sería la mejor manera de agradecerme. La mayoría de las respuestas han sido positivas y en favor de la campaña. Yo estoy muy contenta por los avances que hemos tenido, por los que sé que tendremos y por la gente que está queriendo unirse para apoyar la campaña: otros artistas y también emprendedores.

¿Cuánto valoras la contribución de actores, actrices y artistas en general a experiencias como la campaña?

Mucho. Yo creo que es una parte muy necesaria, sobre todo si la implicación parte de sentirse identificados con el tema. Las personas escuchan más cuando les habla alguien a quien admiran o en quien confían, y eso, al menos, los hace cuestionarse cosas, los pone a pensar. Como figuras públicas tenemos una influencia, las personas toman nuestra conducta como referente, y esa es una responsabilidad que debemos asumir.