Es el Showman de Cuba, el hombre orquesta, el infatigable creador, el hombre humilde con una grandeza aplastante. Uno aparentemente loco, como pensó la actriz Luisa María Jiménez cuando, siendo muy jovencita, veía cuánto hacía. Un hombre eterno, porque su talento lo es.

Bobby Carcassés, multiinstrumentista, cantante, compositor y artista visual, celebró su cumpleaños 85 por adelantado. El 29 de agosto estará con su familia, en casa, tranquilo, pero el pasado sábado 26 quiso sumar a amigos músicos, y cantar, tocar y bailar, “sin que mi fisiatra se entere porque permiso suyo no tengo”. Fue una noche con swing y sabor, como le gusta a él y en la que recibió muchos aplausos y el afecto de un público que le agradece tanto.

¿Qué le inquieta a Bobby Carcassés en estos tiempos? Pinta, compone, toca el piano y las tumbadoras, canta, toca el bajo y el fliscorno… Sin embargo, ¿qué le preocupa y qué quiere hacer a estas alturas de su vida? Ante la interrogante se reconoce filósofo y me sorprende, hablándome de un documento que escribe, con paciencia y cordura, en el que explica cómo podemos, desde el tributo al pensamiento de nuestros próceres, mejorar nuestra sociedad y, probablemente, contribuir a eliminar el bloqueo.

Escucharlo es asistir a clases magistrales de altura, es aprender y ambicionar saber más. Es admirarle, porque su postura erecta y elegante acompaña a una mente pródiga, y porque no se regodea en trofeos y reconocimientos.

“Yo nací en Jamaica pero soy cubano, desde la cabeza hasta los pies. Me interesa estar aquí, quedarme aquí hasta el final y hacer todo lo que pueda hacer para crecerme y que mi país crezca”, y se toca el pecho con total convicción.

A Bobby hay que hacerle caso. Es un analista y profundo investigador de cuanto se propone. Lleva décadas meditando, haciendo yoga, “es la misma cosa un músico improvisando en el jazz y alguien haciendo yoga… ambos buscan el más allá, por caminos distintos”. Él, por suerte, siempre lo ha encontrado.

Escucharlo es asistir a clases magistrales de altura, es aprender y ambicionar saber más. Es admirarle, porque su postura erecta y elegante acompaña a una mente pródiga, y porque no se regodea en trofeos y reconocimientos. Premio Nacional de Música, galardonado en certámenes deportivos y musicales… en fin, un hombre íntegro.

Bobby es un gurú de la música cubana y universal. Es maestro de generaciones. Es genial y genuino.

En el concierto lo acompañó el grupo Afrojazz, que toma ese nombre junto a él, y sumando al cantante Dennis Ballar. Son los que también conforman el grupo B’jazz, que junto a la flautista Belinda Guerra asumieron temas en el repertorio del concierto como Afroancestros. Roxana Morales en el piano, Gabriel Pérez en el bajo, Jorge Coayo en las tumbadoras y Armando Martínez en el drums.

“Summertime” fue el inicio, a capella, porque Bobby hace scatt y puede hacer gala de eso. “Abuela” fue un tema en el que recordó a la familia Vitier-García Marruz y seguidamente, a su nieta Vera Mora, le dedicó “Vera’s blues”.

El repertorio incluyó “El ruiseñor”, de su autoría, mientras “¿Qué sabes tú?” y “Obsesión”, fueron interpretados a dúo entre Bobby y Marta Anglada, lo cual rememoró la etapa en la que Bobby, salido del teatro musical, tanto tiempo trabajó en el cabaret.

“Erróneamente algunos piensan que es un género menor y subestiman a quienes trabajan en los cabarets. Es una escuela, y es un espacio en el que el artista se pone a prueba a diario”.

Ernesto Pedroso, familiar de Mercedes Pedroso, cantó el tema de ella, “Mela’o de caña” y “Muros de la ciudad” fue el regalo posterior. Qué placer ver a Bobby en las tumbadoras durante la interpretación de “Manteca”, un clásico del jazz universal. También a los virtuosos, el flautista Orlando Valle (Maraca), los saxofonistas César López y Jorge Sergio Ramírez, y el trompetista Alejandro Delgado.

Todos disfrutaron la celebración de Bobby.

La versión de “El vuelo del moscardón”, a la manera de Belinda y su grupo fue muy aplaudida, y todos los músicos ofrecieron “Green Dolphin” en armonía perfecta, tal y como sucedió con el último tema de la noche, “Caravana”.

Con agudo olfato, Bobby le sigue la pista a Sintergia Jazz Colective, una agrupación integrada por estudiantes de la Universidad de las Artes, quienes demostraron su talento y virtuosismo, reconocido por todos los asistentes.

Además, estuvo el contrabajista Yunior Terry, hijo de Pancho, hermano del saxofonista Yosvany, digno heredero de una dinastía musical.

Todos disfrutaron la celebración de Bobby. Es añejo y firme como un roble, como diría el periodista José Dos Santos. Es un gurú de la música cubana y universal. Es maestro de generaciones. Es genial y genuino. ¡Felicidades, Bobby!

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