Censura en Miami o Gorki Águila inspector
17/9/2018
Según diversas fuentes, sus primeras víctimas han sido los reguetoneros apodados El Negrito, El Kokito y Manu Manu. Como resultado de la denuncia hecha por Águila —principal opositor del Decreto 349 en Cuba—, en lo adelante la televisora miamense AméricaTeVé aplicará la censura a todo músico cubano que se declare apolítico, y acceda a los Estados Unidos mediante el llamado “intercambio cultural”.
Como era de esperar, el incidente se volvió titular y la “noticia” fue replicada por varios
medios contrarrevolucionarios. Foto: Captura de Cibercuba
Águila, quien con frecuencia se autotitula defensor a ultranza de la libertad artística, declaró al Canal 41: “Es un intercambio que viene bien al gobierno cubano, porque le sirve para amansar con música al exilio”. Y luego se preguntó: “¿De dónde sacan la visa estos reguetoneros? Mis músicos no pudieron venir porque no se les otorgó visas”.
Por su parte Marcell Felipe, consejero general de AmericaTeVé, justificó la censura con el siguiente argumento: “No hay coherencia para un canal que permite al exilio cubano traer a estas personas, no porque sean reguetoneros sino porque son chivatoneros. Para hacer su arte en Cuba le piden permiso al régimen, bajan la cabeza y siguen la línea oficial de chivatear a sus colegas”. Por último, remató: “Los reguetoneros deberían estar bravos, no con Gorki, sino con quienes les pusieron esos nombres o los peinaron, porque están muy feos”.
Curiosamente, no consta que estos reguetoneros hayan respaldado al gobierno cubano alguna vez. De hecho, son escasamente conocidos en Cuba y no están vinculados a sus instituciones estatales. De tal forma, Gorki Águila y AméricaTeVé no solo acaban de crear la insólita figura de la “censura previa por si acaso”, sino que también se presentan como promotores de lo que hasta el momento han jurado rechazar.
El Kokito, El Negrito y Manu Manu conforman una agrupación cubana de reguetón que, con visa de trabajo por un año, actualmente se encuentra de gira por los Estados Unidos. Llegaron a ese país tras presentarse en escenarios de España e Italia. Según ellos, se hallaban en los camerinos, esperando ser llamados al set del Canal 41, cuando fueron provocados por Gorki Águila.
“Se acercó a nosotros para preguntarnos qué sabíamos sobre el Decreto 349”. Cuando replicaron no estar allí para hablar de política, sino de música, entonces empezó el jaleo. Gorki alega haber sido golpeado por un acompañante de los implicados, apodado El Chulo y explica cómo la tremenda patada en el estómago lo lanzó contra un sofá.
En otras circunstancias, verdadera noticia hubiera sido la asombrosa barriga de este rockero de 49 años, capaz de conservar el aire tras la violenta patada de un crudo mocetón, pero las agencias han pasado de largo sobre el detalle, y dirigen la mirada a otros asuntos. Centran la atención no en la probada censura ejercida por la televisora miamense, sino en la que presumen habrá en Cuba con la puesta en vigor del Decreto 349, cosa que ocurrirá en diciembre próximo. Asombrosa clarividencia la de estos medios: es para preguntarse si habrán inventado la máquina del tiempo.
Y tampoco se detienen en el claro cuestionamiento a la libertad de expresión en Estados Unidos, realizado por el consejero Marcell Felipe. Según este explica, AméricaTeVé “es una empresa privada que puede escoger con quién se asocia y con quién se reúne”. O sea, como la gran mayoría de las instituciones de ese país son privadas, en esencia ha dicho que la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense es letra muerta, solo funciona en muy contados casos. Curiosa democracia la de un país donde cada cual es tirano en el pedazo propio.
Pero no todo es contradicción. Si se permite el retruécano, una vez más este canal ha sido coherente con su incoherencia. No solo hace que tiemblen las reglas del buen periodismo, sino también de la decencia y el sentido común. Proverbiales son sus desplantes. No hay ocasión en que un humorista o músico cubano, residente en la Isla, se les aparezca en el set con idea de promover sus espectáculos en vivo y no sea sometido a una suerte de bullying mediático, en el que imperan las preguntas capciosas, las interpretaciones sesgadas y toda suerte de manipulación y hostigamiento irrespetuoso.
Sin lugar a duda, en AméricaTeVé no es posible dialogar civilizadamente y menos aún promover el arte cubano. Como en tiempos de la Inquisición, al artista que no comulgue con tal fanatismo, se le pretende colgar un sambenito y exhibirlo en vulgar auto de fe. Pero, en realidad, esto ya no es noticia: con el último sainete, tan solo asistimos a otro capítulo del grotesco espectáculo que ya es endémico en ese canal. Lo novedoso tal vez ha sido el debut de Gorki Águila en el papel de agente provocador, y, desde luego, en el de triste “chivarockero” de sus colegas.