Arte contemporáneo chino en la Bienal de La Habana
17/4/2019
La exposición De cara al futuro: 10 artistas de China, inaugurada el sábado 13 de abril en la galería Orígenes, del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, es la interesante propuesta que, por primera vez, trajo una importante delegación de artistas chinos a una Bienal de La Habana. A pesar de la discreta divulgación y el intenso programa de presentaciones del evento, la muestra causó excelente impacto en el público.
Acostumbrados a las artes tradicionales de ese país, sobre todo la pintura, de eminente carácter contemplativo e ilustrativo, muchos no esperaban disfrutar las interesantes propuestas contemporáneas de las artes plásticas chinas. Son obras totalmente renovadoras, aunque sin renunciar al hálito de la tradición, expresado sobre todo en los temas. Rinden especial tributo al valor del papel de arroz y la tinta china.
Y es que la República Popular China se ha sumado al movimiento artístico del aquí y ahora, desde su particularidad como nación y pueblo austeros. El proyecto como país, de especial incidencia en lo comercial, ha contribuido e impactado en el arte, según comentaron algunos de los integrantes de la delegación en conferencia de prensa previa.
La muestra incluye pinturas al óleo contemporáneas, no la tradicional china; fotografías, instalaciones y videoarte.
Detrás de las obras traídas a La Habana, hay un importante grupo de artistas, nacidos en los años que median entre los finales de la década del sesenta y principios de los noventa. Todos son egresados de varias academias de Bellas Artes de China.
La exposición está compuesta por 22 obras de diez creadores: Zhong Biao, Zhang Chunhua, Wang Guofeng, Zhou Song, Li Hongbo, Chen Zhuo, Jia Shanguo, Cai Yaling, Lang Can y Tian Longyu, quienes han asimilado en su quehacer artístico las más variadas tendencias a nivel mundial, que incluyen la abstracción geométrica, el expresionismo abstracto, el arte pop, el objeto como arte, el surrealismo, entre otras. Varias de las casas subastadoras más importantes del mundo, como la Sotheby’s, se han establecido en China.
También asiste un gran académico de esa hermana nación: Huang Du, director del Museo de Arte Hoy, de Beijing. Es considerado uno de los principales teóricos de las artes plásticas en la actualidad. Es, además, curador y una voz autorizada. Este maestro impartirá una conferencia sobre el abordaje del arte chino actual, en una jornada teórica prevista para el día 17, a las 9:30 a.m., en el salón García Lorca del Gran Teatro de La Habana.
La curaduría de la exposición es de Zhang Siyong, destacado artista y curador chino, fundador de la Galería Nuevo Milenium, de Beijing, y Teresa Toranzo Castillo, curadora de arte asiático del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba. La línea curatorial, en sintonía con La construcción de lo posible, tema central de la Bienal, versa sobre los grandes problemas que tiene el hombre, la interacción de este con el medioambiente y con su propio medio en todos los sentidos de la vida, además de reflexionar sobre los roles del hombre y la mujer en la naturaleza, según comentó Toranzo Castillo.
Esas preocupaciones inmediatas que acosan a la humanidad, las percibimos quienes asistimos a la inauguración: la violencia, el horror al vacío, textos reflexivos sobre el valor del libro que, de prisa, va muriendo dado el auge de las tecnologías de la información y las comunicaciones, con graves consecuencias si no se regula su uso; en fin, es un llamado al hombre en su relación con el medio.
Dialogan las obras
Zhong Biao trajo obras de corte surrealista. En Iron Buddha, la figuración es abigarrada en una caótica composición que cubre toda la tela. Combina una amplia gama de colores. La obra trasmite incertidumbre, caos, desconsuelo, preocupación por el mundo actual, las consecuencias negativas de la tecnología cuando es mal usada, y lo nocivo de la industria.
La pintura de Zhang Chunhua es más sosegada, apegada a las formas clásicas del pincel y la combinación de colores en la paleta. Utiliza los contrastes. En Hotel, apela a la figuración abstracta, se aprecia cierta violencia en el tratamiento del tema y la propia técnica. El cuadro recrea la ventana entreabierta de una habitación. La luz que entra por la abertura se muestra parca, ocre, tapiada con fuertes trazos, mientras que delinea los marcos con líneas finas. Las paredes son oscuras, es evidente el contraste; ¿qué desea decirnos?
Por su parte, Wang Guofeng experimenta con la fotografía. Su serie Untitled muestra la imagen alargada de un edificio, intervenida digitalmente. Aquí la serialidad da varias lecturas a su obra.
Zhou Song utiliza una particularísima abstracción geométrica. Una serie de triángulos pintados al óleo recrean sensaciones variadas. Ha utilizado colores sepias y ocres.
En la propuesta de Li Hongbo aparece una curiosa instalación: dos hombres, uno de pie y el otro sentado, tienen alargadas sus extremidades, ¿les resulta necesaria esa inmensa longitud?, ¿qué desean o no atrapar?
Tal vez la obra más inquietante de esta muestra sea la instalación de la joven escultora Cai Yaling. Habla por sí sola: La frase Leave me alone (Déjame sola), grabada en un inmenso tejido de color rojo —¿feminismo, discurso de género, validación de derecho?—, es una respuesta que el propio espectador debe tratar de descifrar.
Esta muestra guarda mucho más que dejo al albedrío del espectador. Una cosa les digo: no dejen de verla.