¿Articulación plebeya o manipulación contrarrevolucionaria?
12/1/2021
Mientras leía cierto documento titulado Articulación plebeya, firmado por un grupo de personas que —valga la paradoja— suelen posar de patricios en el mundillo intelectual cubano, recordaba yo la Fábula de Carlomagno y el anillo encantado.
El emperador se enamora perdidamente de una joven, y es tan poderoso el hechizo que abandona toda obligación de Estado. No administra, no ordena guerras, no recibe embajadores; pero, de repente, la muchacha muere. Entonces Carlomagno manda embalsamar el cadáver y pasa días y semanas contemplándolo arrobado.
El arzobispo sospecha un encantamiento y, en efecto, encuentra un talismán bajo la lengua de la muerta. Apenas lo toma en sus manos, el emperador deja de amar a la joven y dirige su pasión hacia el arzobispo. Muy turbado por los inoportunos cortejos, el prelado entrega la prenda a un paje, solo para que, de inmediato, este empiece a ser acosado por el monarca. Así, el talismán va pasando de mano en mano, siempre con Carlomagno prendado de su poseedor, hasta que, por accidente, el anillo cae en las aguas del lago Constanza. Entonces el Emperador se queda lelo frente al lago, locamente enamorado de sus aguas.
En el lenguaje también tenemos expresiones que persiguen provocar semejante embelesamiento. Son las llamadas palabras talismán, cuyo poder hipnótico es tal, que prestigian palabras que se le avecinan, o desprestigian las que se le oponen. En ellas parecen estar condensadas todas las excelencias humanas, de modo que, al ser introducidas en un texto, cortocircuitan el pensamiento crítico, y manipulan las emociones.
Pero, si bien para hechizar a Carlomagno fue suficiente el empleo de un solo anillo, es obvio que quienes escribieron el documento titulado Articulación plebeya son personas muy exageradas: procuran embelesar al lector con una dosis capaz de embrujar a todo un ejército.
En cinco ocasiones nos columpian ante los ojos la expresión “derechos humanos”. ¿Quién puede atreverse contra ese concepto? Cuando se dice “derecho”, de inmediato asociamos la palabra con justicia, razón, equidad, igualdad… ¿Y humano?: compasivo, sensible, tolerante, democrático… ¿Pero serán justos y tolerantes los tales plebeyos?, es la pregunta que de pronto se me ocurre.
Escrito en tono de encíclica papal en tiempos de San Agustín, el manifiesto también parece tomar de modelo un manual zoroástrico, en tanto nos proponen un origen dual para las cosas. Lo que no es blanco, es negro, sin matices; todo esto con el objetivo de aparecer ellos como nuevos ángeles de la guarda; embajadores plenipotenciarios de los valores divinos.
Veamos un breve párrafo donde pretenden encantarnos con todo un cofre de talismanes (los subrayados son míos): Nuestro horizonte es crear una referencia ética, política, humana, de justicia social, de inclusión, de democracia, de rechazo a todas las formas de discriminación, para posibilitar un ambiente de diálogo y reconciliación en Cuba y en todos los lugares del mundo donde vivan cubanos y cubanas.
¡Asombroso! El documento abarca apenas 30 líneas en Times New Roman 12, pero en él caben infinitas “prendas encantadas”: “puentes de diálogo”, “experiencia espontánea y autónoma”, “avanzar hacia el consenso”, “fomentar una cultura cívica”, “bien de Cuba”, “conservación de la ʻsoberanía nacionalʼ”, “la independencia y la integridad de la patria”… Un estupendo ejercicio de autocanonización.
¿De verdad esto fue escrito en el siglo XXI? ¿Y por quienes se califican intelectuales? Cinco veces se menciona la palabra diálogo en el documento. Pero qué clase de diálogo puede proponer un panfleto de eslóganes y frases hechas. ¿Acaso sería posible dialogar con quien, de esa manera tan burda, desprecia la inteligencia del interlocutor?
Pero bien, como ya sabemos que no puede haber ángeles sin demonios, y como también ya vimos quiénes son los que se han autoproclamado arcángeles, serafines y querubines en una suerte de exhortación apostólico-maniquea, la pregunta natural sería: ¿Quién es el diablo?
Lo contrario de los talismanes vendrían a ser las palabras tabú, que designan conductas moralmente inaceptables, por lo común basadas en prejuicios, y son procesadas en la zona de la mente donde reside la aversión. En fin, el ente que merecería la condenación eterna, o al menos un riguroso exorcismo es… el Gobierno cubano.
¿Cuál es su pecado? Bueno, ya sabemos, la palabra directa nunca ha sido propia de oráculos y brujos: estos procuran que el auditorio sea asaltado por fantasmas propios, ciertas distorsiones introducidas a la percepción. Así, el lenguaje ha de ser sibilino, esotérico. Por eso no acusan al Estado de forma recta, sino que le aproximan o salpican palabras como: violencia, desigualdad, represión… O sea, emplean la misma técnica que suele usar el murmurador o cotillero: la reticencia, el rumor, la insinuación, la evasiva…
Pero imaginen que alguien realice un documental sobre Cuba y, a manera de manipulador pastiche, infiltre en él imágenes de las recientes protestas en Chile, de los periodistas o los líderes sociales asesinados en México o Colombia, de la brutalidad policial contra los negros en Estados Unidos: todo esto como si realmente ocurriera en la Isla. Ello, desde luego, sería un vulgar acto de violencia contra la buena fe del espectador.
Así que una pregunta elemental sería: Señores plebeyos, ¿pudieran ustedes explicarnos qué entienden por violencia y represión en este caso? Es que aquí no vemos falsos positivos, ni desaparecidos, ni torturados, ni carros antimotines lanzando bombas lacrimógenas a la cara de la gente; ni policía que de siete tiros o asfixien con una rodilla a un ciudadano negro desarmado en plena calle.
Pero ello no es todo lo que pretenden colgar al gobierno cubano: también hay una clara intención de desacreditar el orden constitucional vigente. En cuatro ocasiones se hace referencia a nuestra constitución, todas ellas salpimentadas con oscuras demandas. No daré muchas vueltas al asunto: cuántas veces hemos visto esa película, en la que un golpe blando empieza tras la desacreditación de un gobierno. Según Gene Sharp, una clásica revolución de colores consta de tres etapas:
1. Protestas, mítines, manifestaciones y piquetes. Persuasión de la gente de la ilegitimidad del poder, y formación de un movimiento antigubernamental.
2. Desprestigio de las fuerzas de seguridad, huelgas, desobediencia social, disturbios y sabotajes.
3. Derrocamiento no violento del gobierno.
Vaya “casualidad” que a algunos de los principales promotores de esa articulación también se les vea como de los más activos colaboradores de, por ejemplo, la plataforma contrarrevolucionaria “Cuba posible”, o en otros eventos igualmente financiados por George Soros, y su llamada Open Society. Notorio, y harto conocido, es que los dineros de George Soros han provocado muchas muertes por todo el mundo, en lo que se ha dado en llamar “revoluciones de colores”.
En su libro LTI. La lengua del Tercer Reich: apuntes de un filólogo, publicado en 1947, el historiador Víctor Klemperer analizó la importancia de las palabras en la imposición del nazismo en Alemania. En dicho texto brinda numerosos ejemplos de cómo la repetición de ciertas palabras o frases se convirtió en una de las principales técnicas de manipulación en la época. Hoy tal método continúa más vigente que nunca.
Así, uno dice revolución naranja, o blanca, o verde, azafrán, de las rosas, los jazmines, los cedros, y el objetivo es que el receptor lejano, o acrítico, lo asimile —por obra y gracia de esos talismanes— como si fuera una pintura, una obra de arte, apenas una fiesta en la que, al día siguiente, ni siquiera se sufre resaca. Sin embargo, un drama muy diferente ha vivido la población civil en esos países, porque —luego de semejantes encantadoras retóricas— sobrevienen otras acciones que incluyen violencia, terrorismo, muertes…
En fin, estos patricios ni quieren el “bien de Cuba”, ni “conservar la soberanía nacional”, ni “la independencia y la integridad de la patria”. No buscan diálogo ni consenso, porque son apenas la cáscara de colores con la que se pretende ocultar la semilla podrida. Dicen “gobierno cubano”, pero es contra la Revolución. Así de sencillo. Sin demagógicos talismanes.
Excelente análisis y veraz comentario. Históricamente El enemigo de los Pueblos es el mismo sólo varía de tonalidades su ropaje.
Que en Cuba no somos bobos y llevamos muchos años de lucha y fuimos alertados sobre el Mounstro desde José Martí.
Excelente análisis; los enemigos pretenden destruirnos desde dentro; entregar a Cuba en manos del imperio.
Después de leer este artículo no me queda otra cosa qué decir: Somos ratas que salen de sus cuevas al sonido de flautista de Hamelin.
Parece que somos gente aburrida que hace comparsa para matar el tedio y deshacer la rutina.
Entonces no cuenta el acumulado de políticas fallidas en seis décadas, ni esta es la razón de un creciente malestar popular, ni es verdad la obsolescencia del orden instituido.
En mi caso, es otra lectura la que hago de lo que sucede en la Isla hoy mismo.
Pienso, en tal sentido, que la derecha en Cuba se divide entre oficialistas y opositores, que en algún momento llegan a eclipsar otras voces y figuras en la política nacional.
Pero en los últimas dos décadas esas derechas han ido a menos.
Emerge en ese período un sujeto político popular inédito en Cuba, que se presenta de cuerpo entero en los procesos de discusión del anteproyecto y el referendo de la Constitución en 2019.
Después de esto el proyecto-país contenido en los Lineamientos del Partido (neodesarrollista) nos resulta un acto mezquino.
Podemos traer a debate las agendas de los nuevos y viejos actores que integran el espectro político nacional. Aunque, eso creo, sería mejor que lo hiciéramos de modo reflexivo y respetuoso.
Porque éste artículo, por ejemplo, dice más de su autor y compañía que los Plebeyos que han sido puestos en cuestión.
Estos plebeyos solo piensan en el dinero. Son mercenarios que los han convertido en “intelectuales” solo que les falta el intelecto.
Muy buen análisis. Gracias
Usted, no se ha dado cuenta de que su anécdota- leyenda de Carlomagno y el talismán es perfectamente aplicable a los comentaristas del NTV y otros programas informativos que dicen la verdad, pero no toda la verdad? Que practican el secretismo a pesar de haber sido decunciado hasta por el Gral de Ejército Raúl Castro y que sesgadamente manipulan la información con palabras edulcoradas y eufemismo? Acaso esto no es verdad? Por favor!!!
Un modo culto y convinsente de desactivar a la mediocridad engreida y contestaria, es sobretodo la batalla con el respaldo de una logica cultural.Puede parecer que se le lanzan margaritas a los cerdos, pero quien sabe las necesiten…
Esa sí es una palabra talismán utilizada para casi cualquier cosa cuando se quiere enmascarar ineficiencia mediocridad y falta de voluntad para entenderse: Revolución, revolucionario. Ponga la oreja en el piso pa q oiga cómo pisa la gente de a pie. Todo en la vida es manipulable. De hecho este artículo está lleno de referencias bien vagas a hechos graves que deberían ser debidamente probados. Muy mala calidad. Muy mal sustentado. Y sobre todo con un alcanceeee extraordinario dada la riqueza del debate q ha suscitado entre la ciudadanía.
Excelente análisis y caracterización de lo que hacen lo que pretende y a que objetivo sirven.
Mas claro, échale agua … sin colores y menos el amarillo, que a esta des-articulada tropa lopeniana y ned-niana, le gusta mas ese color que el rojo de nuestra bandera. Sobre que muerto estoy yo vivo… Viste Sancho por qué ladran ? Como diría el apóstol: “no aludas al rey amarillo…Se justo hijo mío”… Tangenciando esas palabras testimoniales… Cuanto hice y hare es para eso, para impedir oprobio y sumido, Abdala? Donde estás en este aquelarre Sorosiano, popperiano, hayekiano?Donde? . Troya y su caballo, el rey desnudo o puede ser Benjamín Franklin en billetada forma ,el motivo y objetivo de tan oxidada articulación, ya de artrosis conservadora inspiración, de elitista demanda o desagradecida memoria. Plebeya? Los plebeyos siempre aman y fundan, dan su vida y reciben solo el amor de la patria a cambio. Ni mas ni menos que la Patria. Dos patria tengo yo: Cuba y la noche! Vil no vivas hijo! No hay plebeyo que enjugue monedas al alma, como sentimientos comprados en rebajas de emperadores soberbios que aplastan y venden. No pagan a los que desprecian, se que en todos no esta el dinero, pero sepa usted que si de todos depende que se pague. No así no, los escépticos de la patria no deben nunca desmentir al apóstol. Al de todos, pero con ética espartana… con el escudo o sobre el escudo!
Nadie pone en duda que hay temas urgentes en la Cuba de hoy sobre los que urge debatir, criticar y encontrar soluciones. Pero quienes boicotearon un espacio de diálogo solicitado y ganado por sí mismos, aun bajo presión al gobierno, con la intención de hacer un show (cuál otra podría ser la intención de renunciar a un reclamo concedido), no demostraron ser un grupo de ciudadanos de buena fe preocupados por los problemas de su país. A lo mejor algunos lo eran pero no fue ese el espíritu que prevaleció. Además, ¿con qué moral se pretende dialogar cuándo no se invierte ni el más mínimo esfuerzo en deslindarse de medios de prensas mercenarios sino que aceptan ufanos la cobertura y acompañamiento de los mismos .