Arte, utilidad y oficio es el lema que preside la XXIV edición de la Feria Internacional de Artesanía, FIART 2022, inaugurada por Alpidio Alonso, Ministro de Cultura, en su sede habitual de Pabexpo, el pasado 9 de diciembre.
Después de dos años de obligado receso a causa de la pandemia provocada por la covid, regresa este evento considerado ya imprescindible de nuestra cultura. En esta ocasión con una presencia ampliada pues, además de en Pabexpo, la Feria está presente en la estación cultural de Línea y 18 y en tres comunidades seleccionadas en los municipios Plaza, Playa y Cotorro, en las cuales se realizan las expo ventas de artículos artesanales y talleres de manualidades dirigidos especialmente a los niños.
En FIART 2022, que se extenderá hasta el 20 de diciembre, participan un total de 310 expositores cubanos y extranjeros, y entre estos últimos sobresale la asistencia, por sus propuestas novedosas y utilitarias, de México, Colombia, España, India, Perú, Italia y Rusia. En su amplio programa de actividades los organizadores del Fondo Cubano de Bienes Culturales tienen prevista la entrega de reconocimientos y premios a varios creadores por su incansable labor en la defensa y promoción de la artesanía, así como la celebración de un espacio teórico que sesionará en Pabexpo desde el 14 hasta el 16 de diciembre, las aclamadas pasarelas de moda con la participación de una veintena de diseñadores y la inauguración de exposiciones a cargo de creadores de todo el país pertenecientes a la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas, ACAA, concebidas con materiales reciclados.
Dedicada a Italia, la Feria incluye igualmente la celebración de rondas de negocios, la firma de nuevos contratos para la exportación y la concertación de varios acuerdos empresariales encaminados a sustituir importaciones y a incrementar las exportaciones, en consonancia con las necesidades actuales del país.
Manos expertas, inspiraciones, iniciativas y talento confluyen en esta importante cita que genera un incesante movimiento con la comercialización de todo tipo de manifestaciones artesanales y productos utilitarios cubanos y foráneos.
Precisamente entre las manifestaciones artesanales extranjeras destacan las vistosas y elegantes prendas de vestir que comercializa en su stand Patricia Valderrama, una entusiasta creadora española que participa en FIART por décima ocasión. Ella asegura que “asistir a este evento es un gran privilegio, porque te ofrece la oportunidad de aprender de los artesanos cubanos, reconocidos en el mundo entero. La artesanía de este país tiene un sello muy peculiar. La distingue no solo la originalidad del diseño, sino también la calidad y belleza que lleva implícita cada pieza”.
Graduada de Historia del Arte, Valderrama explica que combinaba los estudios universitarios “con el aprendizaje de la cerámica, en una escuela de arte y oficios. Hace más de veinte años que me dedico a la artesanía y aunque no pude continuar como ceramista por su escasa comercialización, debido a sus altos precios en los mercados europeos, me decidí por las confecciones para complacer principalmente a aquellas personas que requieren del uso de tallas extras”.
Finalmente, enfatiza que “FIART nos permite intercambiar con otros creadores, de aprender de sus experiencias y que nuestras artículos sean adquiridos y admirados por un público verdaderamente conocedor de lo que es el trabajo hecho a mano”.
Mientras que en el stand de Jorge Luis Matos Sánchez, un multipremiado artesano cubano, resulta incalculable la variedad y cantidad de artículos artesanales creados en madera, todos de marcado valor utilitario.
Por más de una década este creador nacido en Baracoa, ha participado en la Feria Internacional de Artesanía y en otros eventos dedicados a esta actividad creativa, como Arte en la Rampa y Con Arte para Mamá. Relevante ha sido asimismo la presencia de Huellas Taínas, proyecto que lidera hace más de treinta años, en Venezuela, Granada, Francia y Portugal.
Rememora que Huellas Taínas es un proyecto familiar que surgió a raíz de las experiencias heredadas de su padre, quien se desempeñaba como carpintero. “Poco a poco fuimos transformando la carpintería en artesanía cuando comenzamos a imprimirle mayor belleza y exclusividad a cada pieza creada.
“Inicialmente el proyecto se dio a conocer con el nombre de Familia Matos porque en él participaban mis hijos, hermanos y primos. Es decir, éramos todos miembros de la familia. Pero al establecernos en Guantánamo, donde residimos actualmente, creció el número de personas que trabajan en nuestro taller. Hoy, junto a los miembros de la familia, laboran veinte obreros especializados en la confección de más de un centenar de objetos artesanales utilitarios. Nos propusimos que todos fueran hechos con esa madera que fácilmente puede encontrarse a la orilla de los ríos, o abandonada en distintos parajes, como, después de una investigación, conocimos que hacían nuestros ancestros aborígenes O sea damos utilidad, un nuevo uso, a esa madera considerada desechable”.
En pequeños y grandes formatos pueden encontrarse ceniceros, cazuelas y pozuelos, removedores, juegos de dominó, cucharas, tenedores y hasta mesas y sillas plegables, que acaparan la atención de quienes concurren por estos días tanto a Pabexpo como a la estación cultural de Línea.
Auguro a Huellas Taínas —dijo por último Jorge Luis Matos— una larga vida. No solo por todos los planes que tenemos en mente; también porque garantizamos nuestra continuidad con la incorporación de manera voluntaria de niños y jóvenes a nuestros talleres, que en un futuro serán los encargados de preservar este proyecto comunitario nacido hace casi medio siglo. La admiración del público y la gran demanda que tienen estos artículos artesanales, necesarios en todos los hogares, en mi opinión es, como para cualquier creador, el mejor y mayor reconocimiento a nuestro trabajo.