La figura de Arnaldo Pou Pujol es desconocida en los círculos culturales cubanos, aun cuando parte de su obra artística ha sido objeto de trabajos relacionados con las artes plásticas, exposiciones, conferencias, artículos en revistas, tanto en Cuba como en el extranjero. Su obra ha contribuido a los estudios de la historia cultural de las comunidades y ha sido soporte artístico en la creación de varios artistas, principalmente en la manifestación de las artes pláticas.

La obra de Arnaldo Pou está realizada fundamentalmente en el campo de la fotografía, en espacios geográficos de Surgidero de Batabanó, la Ciénaga Litoral del Sur de Habana–Matanzas, Pinar del Río y la ciudad de La Habana, específicamente en el Cerro.

Este artista nació el 2 de julio de 1887 en Andraixt, Palma de Mallorca, Islas Baleares.

Desde finales del siglo XIX, en la comunidad de Surgidero de Batabanó se desarrollaron actividades económicas relacionadas con la pesca y elaboración de las esponjas, así como también las vinculadas con los recursos forestales. Estas labores demandaron abundante mano de obra barata y se satisficieron a partir de la migración, procedente en su mayoría de las diferentes islas del archipiélago de las Baleares.

Arnaldo Pou Pujol se inició en la fotografía una vez establecido en Surgidero de Batabanó. Imágenes cortesía del autor

Fue a partir de este proceso migratorio hacia Surgidero de Batabanó que llegó a la comunidad Arnaldo Pou Pujols, antes del 11 de abril de 1898 (Libro de Ciudadanía de Surgidero de Batabanó, tomo III, folio 515-518). A su llegada a la comunidad de pescadores y carboneros aún no era fotógrafo, es por eso que no existen referencias de su actividad artística en su región de origen. Su inicio en estas lides culturales ocurrió una vez establecido en Surgidero de Batabanó.

A su llegada a dicha localidad se dedicó a diferentes oficios, tales como aprendiz de operario, en la Casa Armadora, propiedad del comerciante Arturo Homs, y al comercio como dependiente. Estas actividades le permitieron socializar en el espacio comunitario y observar su entorno desde una perspectiva de compromiso social.

Esta fue una época floreciente en la comunidad desde lo social y lo económico: la industria esponjera está en plena expansión, la flota pesquera de las esponjas crece así como los centros de elaboración —llamados esponjerías—, aumentan las actividades forestales, de la cual se extraían madera, tanino, se elaboraba el carbón vegetal y a su vez crece el número de pobladores, en su mayoría migrantes extranjeros, baleares fundamentalmente vinculados a la industria esponjera, de otras regiones de la península ibérica y también griegos, que son los que aportan el capital para el sostén de la actividad esponjera.

“En sus trabajos se reflejan los elementos identitarios de la cultura local, su tradición y su carácter popular, a partir de un estilo propio, humanista y testimonial”.

En este contexto sociocultural inédito, Arnaldo Pou adquiere nuevas visiones que fortalecen su accionar social en la comunidad, ya en los años 1910 y 1920. El artista inicia y desarrolla su actividad cultural relacionada principalmente con la fotografía y a través de ella refleja estampas de la cultura, la historia laboral y social, los paisajes, la arquitectura, el comercio, etc., las cuales pueden catalogarse como una importante fuente para el conocimiento de estas actividades durante la etapa postcolonial de Surgidero de Batabanó. Como bien refiere la escritora Orna Robinson, se trata de “imágenes necesarias para el estudio y análisis de la comunidad a principios del siglo XX; su obra es el reflejo de una época y por el concepto artístico que desarrolla se puede clasificar como vanguardista”.

Arnaldo Pou fue capaz a partir de su obra de reflejar y perpetuar en la memoria histórica de la comunidad toda una época vivida, una tradición, un modo existencial de la comunidad pesquera. En sus trabajos se reflejan los elementos identitarios de la cultura local, su tradición y su carácter popular, a partir de un estilo propio, humanista y testimonial.

El artista constituye un representante insigne de la promoción y el desarrollo de los procesos culturales que tuvieron lugar en la localidad durante los siglos XIX y XX. A través de su obra artística creó una manera muy peculiar de representar el patrimonio local arquitectónico, artístico y laboral de Surgidero de Batabanó. Incidió además en el desarrollo de otras manifestaciones culturales y potenció a su vez la participación y creación de diferentes espacios en la localidad para la difusión de la cultura entre los ciudadanos en la comunidad.

El artista representó de una manera muy peculiar el patrimonio local arquitectónico, artístico y laboral de Surgidero de Batabanó.

A partir de sus fotos recreó genuinas estampas populares y logró materializar el accionar social, reflejando a los sujetos en diferentes manifestaciones de su quehacer laboral como la pesca, la elaboración de esponjas, la quema de los hornos de carbón, el corte de leña, la extracción de tanino. De este modo, el artista visualizó en toda su crudeza una realidad que quedará reflejada en sus trabajos para siempre.

Aunque se destacó como fotógrafo, pues su lente captó y dejó para la historia la vida de las clases humildes de la zona, con una tendencia realista que logra alcanzar gran calidad, en contextos laborales o en los litorales costeros, también desarrolló la foto de estudio no solo en Surgidero sino en otros lugares, como en Pinar del Río.

Cobra importancia el estudio, la promoción de la vida y obra de este artista ya que permite conocer, reflexionar y atesorar toda una época pasada con repercusiones para conocer el presente.

“Aunque se destacó como fotógrafo, pues su lente captó y dejó para la historia la vida de las clases humildes de la zona (…), también desarrolló la foto de estudio no solo en Surgidero sino en otros lugares, como en Pinar del Río”.

Su labor en el espacio comunitario no se circunscribe a la fotografía como medio de expresión. Además, hay que destacar dentro de sus actividades vinculadas a la esfera sociocultural la labor periodística, la promoción cultural, deportiva, educacional y como miembro de una logia masónica desde 1911, donde por su disciplina y perseverancia alcanzó el grado de Aprendiz.

Sus inquietudes culturales lo llevaron a fundar el centro de estudios Luz Preclara, de grandes motivaciones sociales. De acuerdo con Robinson, “esta sociedad se constituye con el principal fin de educar e instruir al pueblo trabajador y a los hijos de este, a cuyo objeto, tendrá un local apropiado para el fácil acceso de los mismos”. Este centro logró contar con una biblioteca, tenía diversos horarios, se realizaban veladas culturales, conferencias, etc.

El 11 de julio 1914, Pou contrajo matrimonio con María Luisa Tres Arteaga, de profesión maestra. Cubana nacida en la comunidad e hija de Vicente Tres, cónsul español en Surgidero, de su matrimonio tuvieron dos hijas: Minerva Pou Tres (maestra) y Natura Pou Tres (pianista). Fue un hombre muy dedicado al bienestar de toda su familia creada por él en tierra cubana, a la cual vinculó en muchos de sus proyectos, pues su esposa, mujer de gran cultura, era fiel animadora de sus actividades.

“Fue corresponsal del Diario de la Marina, presidente de la delegación balear y redactor del semanario Juventud Demócrata, en el cual escribe sobre asuntos de historia y laborales. Además, tuvo un espacio fijo en la revista Renovación”.

En 1921 viajó a España junto a su esposa y su hija mayor. A su regreso funda la imprenta La Opinión, de gran significación en el poblado pues allí se editaron los periódicos que se publicaron por esos años en el término de Batabanó, entre ellos el periódico semanal La Opinión. Este contaba con cuatro páginas y abordaba temas como religión, deporte, crónicas sociales, historia, economía local y anuncios comerciales. Su redacción, administración e impresión se hacía en la calle independencia No. 23 de Surgidero bajo la dirección de Vicente E. Tres (suegro de Arnaldo). La vida de este semanario fue hasta 1927.

En 1910 comenzó la tirada de un nuevo periódico, La Voz de San Felipe, el cual se editaba en la imprenta La Opinión y se destinaba a los pobladores del 4to. Distrito. Su director fue Rafael M. Vasallo.

En la masonería, Pou desarrolló una notable actividad. El 14 de julio de 1918 se inició en el Supremo Consejo de Colón Rosa Cruz de la Logia Escocista, el 13 de abril de 1924 obtuvo el Tercer Grado y se convirtió en Soberano Príncipe de Rosa Cruz, Caballero del Águila y del Pelícano, Miembro Soberano del Capítulo Virtual (5, Registro de la Logia, folio 13, No. 3083).

En 1918 laboró en el Centro Balear de La Habana. El 12 de abril de 1921 se convirtió en Venerable Maestro de la Logia Virtual. Recibió el premio a la Constancia y otras logias lo proclamaron miembro de honor.

Fue corresponsal del Diario de la Marina, presidente de la delegación balear y redactor del semanario Juventud Demócrata, en el cual escribe sobre asuntos de historia y laborales. Además, tuvo un espacio fijo en la revista Renovación.

Durante estos años también confeccionó el álbum de postales turísticas de Surgidero de Batabanó, las cuales apoyaban la promoción del turismo en el poblado y representaban sus espacios relacionados con la arquitectura local, los edificios de madera y todo aquello que tuviese un sello genuino y propiciara el interés de turistas.

Pou Pujols formó parte de la directiva del Comité de Ayuda al Pueblo Español (en la imagen, el primero a la izquierda, sentado).

Tras el estadillo de la Guerra Civil Española en 1936, se fundó el Comité de Ayuda al Pueblo Español, de cuya directiva formó parte Arnaldo Pou. No podía ser de otro modo, pues siempre sustentó ideas progresistas y humanistas. Este comité realizó diferentes actividades como mítines, actos de beneficio al pueblo español, conferencias relacionadas con el conflicto, acopió ayuda y envió dinero a la República.  

En 1940, las diferentes instituciones locales crearon el Comité por un Batabanó Mejor, dirigido por el doctor en Pedagogía Félix Duarte, espacio en el que participaron maestros, jóvenes, trabajadores y pescadores. Arnaldo fue miembro de la directiva y uno de los propulsores de esta iniciativa social en beneficio de la población, pues se propuso asfaltar las calles, crear escuelas y una serie de iniciativas que contribuyeron al bienestar de los pobladores.

“En la actualidad muchos pintores jóvenes, toman sus fotos como material referente para desarrollar apropiaciones y se realizan excelentes obras a partir de la impronta artística del autor”.

El 2 de abril de 1940 murió Arnaldo Pou Pujols víctima de un ataque de asma bronquial, dolencia de la cual padecía, dejando tras de sí toda una obra sociocultural, digna de una mayor promoción.

En la actualidad muchos pintores jóvenes, toman sus fotos como material referente para desarrollar apropiaciones y se realizan excelentes obras a partir de la impronta artística del autor.

Se han realizado exposiciones de sus fotos originales en diferentes espacios en Cuba y en el archipiélago de las Baleares; también en universidades, como sucedió en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Sus obras causan admiración e interés en el público asistente. Se han impartido conferencias sobre su obra y vida en la Casa Balear de Cuba y existen publicaciones periódicas nacionales y extranjeras que han dedicado sus espacios a la obra y figura de este artista, incluyendo el libro Arnau, un artista desconocido, de la escritora Orna Robinson, que constituye una importante fuente de referencia para conocer la vida y obra de este creador.

Es necesario evitar que se olvide la labor realizada por este creador para el desarrollo de la cultura y la historia de la comunidad, obra que ha permitido la conservación de la memoria histórica, las raíces y el sentido de pertenencia en los pobladores.