En el contexto de la Jornada de celebraciones por el aniversario 38 de la creación de la Asociación Hermanos Saíz, el espacio Encuentro con… que tiene entre sus propósitos acercar al público a grandes exponentes de la cultura cubana, tuvo como protagonista en esta ocasión a un artista que es inspiración para los jóvenes y para Cuba en general: el destacado y multipremiado caricaturista, ilustrador y pintor Arístides Hernández Guerrero, Ares.

El intercambio, celebrado el 2 de octubre en su sede habitual del Salón de Mayo del Pabellón Cuba, contó con la presencia de Martha Bonet, presidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), reconocidos humoristas de los semanarios Dedeté y Palante, además de familiares y amigos de Ares, merecedor del Premio Nacional del Humor en 2020 y de innumerables distinciones otorgadas dentro y fuera de Cuba.

En la concurrida sala, el público asistente disfrutó de la oportunidad de lograr un acercamiento a su infancia y cómo ha podido desarrollar su creación artística. Asimismo, conocieron acerca de sus padres cienfuegueros y hasta de un abuelo mambí que integró las filas del Ejército Libertador y luchó incansablemente contra el dominio español en nuestra Isla.

Ares fue merecedor en 2020 del Premio Nacional del Humor. Imagen: Tomada de La Jiribilla

Igualmente de la música que escuchaba y su gusto por el cine japonés, particularmente su admiración por “aquellos sobrenaturales samuráis que en un santiamén derrotaban a sus adversarios”.

El autor de decenas de exposiciones y de los textos Historia del Humor en Cuba, Entrar por el aro y Mi psicólogo soy yo, por solo citar algunos, disertó de la misma manera sobre la cultura de su barrio en el municipio capitalino de Centro Habana. Sus iniciativas pueriles, sus primeros dibujos y caricaturas que dio a conocer oficialmente “en 1984, cuando era estudiante del tercer año de la carrera de Medicina. Esas primeras caricaturas, alrededor de unas sesenta, las envié a la revista Opina donde, para mi gran asombro, fueron publicadas aunque no me pagaron por ellas dada mi condición de aficionado. De cualquier manera me permitieron darme a conocer y para mi satisfacción con el nombre que adopté desde esa época: Ares y no Aris, como al principio sugería mi madre”.

Hizo énfasis en la familia que ha concebido y cómo ha ido evolucionando su obra para contar historias en imágenes. “En los inicios —dijo— mis caricaturas eran dispersas. Había caricaturas con textos, chistes costumbristas… Pero transcurrido poco más de un año me tracé un camino que después fue también variando. En esa etapa en mis creaciones predominaba la ausencia de textos. Es decir, trataba de decirlo todo a través de imágenes. Era, en síntesis, un humor de situaciones nobles.

“Más adelante, sin embargo, empezaron a preocuparme más los asuntos relacionados con el mundo y la política. Fue entonces cuando el contenido se fue haciendo más ácido y las formas se hicieron más grotescas, más expresionistas”.

La obra de Ares se ha ido ampliando y actualmente goza de un prestigio extraordinario en el ámbito nacional e internacional. Imagen: Tomada de Xinhua

A partir de estos conceptos y el uso de técnicas surgidas a veces de errores, la obra de Ares se ha ido ampliando y actualmente goza de un prestigio extraordinario en el ámbito nacional e internacional, que lo ha hecho acreedor de reconocimientos tan relevantes como la obtención en tres ocasiones del Gran Premio en la Bienal de San Antonio de los Baños.

Conducido por la periodista Magda Resik, el encuentro mostró cuantos valores forman parte de la vida y obra de Arístides Hernández, un cubano auténtico que humildemente expresó su agradecimiento a paradigmas, a figuras que consideró imprescindibles de la caricatura en Cuba y a los cuales debe en alguna medida su formación profesional. En ese sentido citó, entre otros, los nombres de Eduardo Abela, Raúl Martínez, Manuel Hernández y, por supuesto, a Juan Padrón, al tiempo que reconoció la labor que llevan a cabo las nuevas generaciones del humor gráfico en nuestro país.

Si bien la medicina cubana no cuenta hoy entre sus especialistas con un excelente psiquiatra, el humor gráfico en Cuba ganó en cambio y para mucho bien un consagrado caricaturista, ilustrador y pintor, poseedor de una trayectoria inmensa dedicada a la defensa del humorismo cubano y de los verdaderos valores de la cultura nacional.

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