Ares: Humorista, cubanazo, culto…
No recuerdo el día que vi por primera vez al Dr. Arístides Hernández. Sé que no fue en su consulta del hospital Calixto García; eso vino después, no verlo en su consulta, sino que me tratara como paciente, aunque en público, nada menos que en la TV, dijo riendo: “no he podido curarla”.
Su risa, su humor natural y su ingenio fueron una medicina en momentos en los que estaba ingresada en su hospital una persona que fue y es muy importante para mí. Ares (el doctor) llegaba y, hasta parte de las cosas que le regalaban en su consulta, me las daba. Nunca olvidaré un pedazo de queso blanco que devoré, está grabado en mi memoria como el mejor manjar que he comido. Pero, sobre todo, me regalaba humor.
Lo he entrevistado no sé cuántas veces, incluso seguí una porfía a puro premio que tuvo con un colega. He disfrutado cada uno de sus lauros nacionales e internacionales, de los que ya ha perdido la cuenta. Por ejemplo —y solo cito dos de los más importantes— el Primer Premio Lurie Naciones Unidas 2015, por ser el mejor exponente de las caricaturas políticas publicadas en el planeta en el 2015, y World Press Cartoon en el 2012, considerado el Oscar de la caricatura.
En las bienales del humor celebradas en San Antonio de los Baños muchas veces arrasó, pero esa jerarquía nacional o internacional no afectan su humildad en lo absoluto. Es jurado —es un ejemplo— en Camagüey de certámenes incipientes, o en Villa Clara, o en cualquier poblado de Cuba; como lo ha sido en Egipto, Francia, México o Brasil.
Tiene publicada una buena cantidad de libros, el último se titula El mundo después del coronavirus, en coautoría con Félix López. Ilustra libros para niños y lo hace sin que sus trazos pierdan ese sentido del humor que atraviesa toda su obra.
“En las bienales del humor celebradas en San Antonio de los Baños muchas veces arrasó, pero esa jerarquía nacional o internacional no afectan su humildad en lo absoluto”.
Desde hace un buen tiempo atrás, junto al dibujo, incursiona en la pintura, en cuadros e instalaciones, también con muy buenos resultados. Fue eficiente dirigiendo la Comisión Arte, Mercado e Industrias Culturales y como vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores y Activistas, Uneac. Dedicó cinco años a trabajar para encaminar la labor de otros creadores y muy poco la de él.
En mi última entrevista le inquirí:
Esta es una pregunta que ya te he hecho, pero los lectores cambian… ¿Cuánto aporta la medicina a tus dibujos?
“Los lectores cambian, pero yo no. ¡Así que voy a tener que seguir con la misma respuesta! La psiquiatría me ha permitido entender mejor a las personas y, el haber tenido contacto a diario con tanta gente que ve una misma realidad pero desde diferentes perspectivas, me ha ayudado a entender mejor esa realidad y a tener muchísimo material sobre el que trabajar”.
Háblame de tu premio relacionado con el bicharraco que azota al planeta…
“Este premio, que ha tenido notable difusión, es el Grand Prix del evento UYACC 2020 AntiCoronavirus, organizado en Beijing, China. Estoy contento con el premio, pues es resultado del trabajo que he estado realizando durante estos meses de confinamiento por la COVID-19.
“Las obras a concurso se enviaban por la vía del correo electrónico y los organizadores especificaban que el evento solicitaba trabajos que mostraran las aristas más esperanzadoras de esta pandemia. Recibieron más de 7000 obras de numerosos países. Participé con dos caricaturas y obtuve el Grand Prix con una en la que muestro, de un modo bastante singular, el agradecimiento de todos en el mundo al personal médico que está y estuvo en la primera línea de esta batalla”.
Y bueno, este 3 de diciembre, cuando me enteré de que Ares es Premio Nacional del Humor escribí en Facebook: “Humorista, cubanazo, culto, jodedor, pintor, padrazo, amigo, socio, ético, valiente”. Un grupo de vocablos que he tratado de explicar en esa breve nota biográfica en la que faltan otras virtudes. Quizás las ideas se complementen con el dibujo del premiado.