Adolfo Roval Premio Nacional de Danza 2019
29/4/2019
El pasado sábado 27 se celebró la entrega del Premio Nacional de Danza 2019 a Adolfo Rodríguez Valdés (Adolfo Roval) en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. La gala se realizó como parte de Los días de la danza y en ocasión de los 500 años de La Habana y las tres décadas de creado el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, encargado por el Ministerio de Cultura de otorgar el importante lauro desde el año 1998.
La proyección de fragmentos de la labor de Roval dio inicio a la velada que, durante dos horas, presentó un bello y bien interpretado programa concierto del Ballet Nacional de Cuba, dirigido por Alicia Alonso, con títulos como: Próspera, de Cathy Marston; Espartaco (dúo de amor), de Azari Plisetski; Canto Vital, de Azari Plisetski; Vestida de Nit, de María Rovira y Majísimo, de Jorge García.
El jurado estuvo constituido por Miguel Iglesias, presidente y quien diera lectura al acta; Rosario Cárdenas, Santiago Alfonso, Isabel Bustos e Isidro Rolando. Los nominados fueron: Viengsay Valdés (primera bailarina y subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba), Juan Jesús García Fernández (director de la Compañía Danzas Tradicionales JJ), Laura Alonso (directora del Centro Prodanza) y Adolfo Rodríguez Valdés (maitre del Ballet Nacional de Cuba).
El director de la Compañía Danza Contemporánea de Cuba destacó el alto nivel del seleccionado, la trayectoria artística y los aportes a la danza dentro y fuera del país. Roval fue distinguido gracias también a ser uno de los bailarines de carácter más importantes de la principal compañía clásica de nuestro país.
Alpidio Alonso, ministro de Cultura, junto a Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), entregaron el máximo reconocimiento al galardonado. También los vicepresidentes Rafael Pérez Malo y Lillitzi Hérnandez, directivos del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, y Francisco Pancho González, presidente de la sección de Artes Escénicas de la Uneac, entre otros, se unieron al homenaje con la entrega de dos obras de los artistas plásticos Nelson Domínguez y Roberto López, respectivamente.
Roval agradeció al Ministerio de Cultura y al Consejo Nacional de las Artes Escénicas por el apoyo a su labor artística y, refiriéndose al premio, por el formar parte de la galería de los galardonados con tan alto lauro, con quienes, incluso, ha compartido escena.
Ofrecemos una síntesis biográfica y curricular de Adolfo Roval quien, a sus 90 años, aún goza de una armonía corporal y sapiencia puestas en función de su rol como maestro de múltiples generaciones de bailarines.
Adolfo Roval nació en Cruces, antigua provincia de Las Villas, el 18 de septiembre de 1929. Inició sus estudios de Danza Moderna y Ballet con los maestros Ramiro Guerra y Luis Trápaga. Ingresó en la Academia de Ballet Alicia Alonso en 1952, donde continuó su formación bajo la dirección de profesionales de alto nivel como Fernando Alonso, José Parés, León Fokine, entre otros.
En 1953, se incorporó al Ballet Alicia Alonso. También ingresó al Ballet del CMQ Televisión, el Teatro Radiocentro, el Teatro Experimental de Danza, entre otras agrupaciones, bajo la dirección artística del maestro Alberto Alonso.
Su recorrido profesional incluye el paso por la Escuela de Ballet Ruso de Montecarlo y la Compañía Teatro de la Danza José Parés, en Puerto Rico.
Fue miembro activo del BNC tras su reorganización en 1959. Se desempeñó de forma vital en esa etapa de la compañía cubana. En 1962 se convirtió en bailarín solista y luego solista demi caractère, y fungió como regisseur, responsabilidad que tuvo durante años en diferentes etapas de trabajo. A lo largo de más de 65 años de permanencia en el BNC, Adolfo Roval ha sido responsable de relaciones públicas, maitre y asesor artístico.
Roval participó en la fundación del Ballet de Camagüey, cuya dirección artística sostuvo durante un tiempo. Interpretó el personaje de Mamá Simone, en la función inaugural de la compañía agramontina, el 1ro. de diciembre de 1967. Su fabulosa caracterización de Mamá Simone, en La fille mal gardée, y del doctor Coppelius, en Coppelia, han marcado su carrera para siempre.
Paralelamente a su desempeño como bailarín, Adolfo Roval desarrolló una importante carrera pedagógica vinculada a diferentes agrupaciones: Compañía Nacional de Danza Clásica de México, Instituto Colombiano de Ballet Clásico de Cali (INCOLBALLET), el Ballet de Biarritz y el Joven Ballet de Cámara de Madrid. Durante varios años ocupó importantes cargos en el Instituto de Danza Alicia Alonso, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos, de España. Esa propia Universidad le confirió en 2005 el premio al Magisterio Artístico, en reconocimiento a su labor pedagógica.
Por sus méritos profesionales ha recibido, entre otros reconocimientos, la Distinción Raúl Gómez García, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, la Distinción por la Cultura Nacional y la Medalla 30 Aniversario que otorga la Dirección Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución.