Con su presencia, Gina Cabrera llenaba toda la pantalla. Actriz de voz suave, bien modulada pero firme, podía asumir cualquier desempeño, desde la inocencia de una damita hasta la maldad de una víbora, recorriendo todos los caracteres y matices que la profesionalidad de la actriz podía representar en sus actuaciones.

Si de rostro y figura se trata, su atractivo satisfacía cuantos requisitos pudiera demandar un productor de televisión o el más exigente de los espectadores frente a la pantalla. Fundadora de la televisión cubana, fue mucho más. Fue ella, en primerísimo orden, la gran protagonista de aventuras, novelas, seriales, comedias, programas infantiles, teatros televisados y dramas.

Interpretó a numerosos autores famosos en cualquiera de los géneros en que incursionó. La distinción natural de Gina Cabrera revelaba su flexibilidad para ajustarse a las exigencias del papel. Mala o buena, odiosa o seductora, bella y talentosa, Gina llena con su presencia las décadas del 50 al 70, representando caracterizaciones memorables. Dejó de vérsela relativamente joven y se la extrañó. O mejor dicho, aún se la extraña.

Hizo estudios de declamación, cursó el bachillerato, matriculó en la Universidad de La Habana, leyó abundantemente, viajó. Basta con hojear las revistas de los años 50 para encontrarnos una y otra vez la fotografía de Gina acompañada por los galanes de moda, o la reseña del acontecimiento de su boda con Helio Dutra, o este o aquel comentario elogioso de la crítica. Y tengamos presente que una vez frente a la pantalla chica, ante las cámaras, todo sucedía en vivo, sin cabida para la palabra ¡corten!

Poco tiempo le es suficiente para adueñarse del dial, primero en Unión Radio, hasta llegar al poderoso Circuito CMQ. En 1948 la Agrupación de la Crónica Radial Impresa selecciona como la Dama Joven más destacada del año a Gina Cabrera, de CMQ.

Para el teatro, son varias las agrupaciones en que se la acoge. Y cuando llega la televisión, ahí está Gina Cabrera en primer plano. La Revista Codazos la designa junto a Raquel Revuelta como las primeras actrices de la televisión en 1953, representando a los canales 6 y 4; y la Asociación de Cronistas de Radio y Televisión la designa como primera actriz de la televisión en 1956. Quizá ninguna otra actriz reúna un palmarés de premios tan profuso como Gina. 

Transita “del antes al después” de 1959 con su fiel permanencia y el éxito sostenido. En 1961, a la vez que alfabetiza, asume la responsabilidad de Jefa de la Campaña de Alfabetización en CMQ Radio y Televisión, y organiza los grupos que diariamente salen para los diversos destinos. Para el cine actúa en varias películas en México.

Entre los numerosos reconocimientos se le confirió el Premio Nacional de Televisión 2003 por la obra de toda la vida y el título de Artista de Mérito. Luisa Georgina Cabrera Parada, tal es su nombre completo, enaltece las artes escénicas y la cultura cubana.

El pasado 28 de mayo cumplió 90 años. Y como vale más, tarde que nunca, aún es fecha de celebración para las artes escénicas, para la cultura cubana. Señora actriz, usted no está olvidada, no puede estarlo. No hay hueco en la memoria de quienes la admiran.