A los cubanos de buena voluntad
25/5/2018
En la noche del jueves 24 de mayo se efectuó un encuentro de cubanos residentes en New York, New Jersey y otras ciudades y comunidades aledañas, convocados por la Misión Permanente de Cuba ante la ONU. En ambiente distendido y franca conversación, más de cien visitantes acudieron a nuestra sede de 315 Lexington Avenue y conmemoraron el 123 aniversario de la caída en combate de José Martí, líder indiscutible de nuestra lucha por la soberanía nacional y ejemplar constructor de vínculos fecundos y perecederos entre todos los cubanos de buena voluntad, especialmente los residentes en Nueva York, Tampa y otras ciudades de los Estados Unidos de América. A continuación ofrecemos las palabras pronunciadas en este encuentro por Anayansi Rodríguez Camejo, Embajadora Permanente de Cuba ante Naciones Unidas.
Queridos amigos, compatriotas:
Es una satisfacción y un honor tenerlos aquí con nosotros, en la Casa de Cuba en Nueva York. En nombre de nuestra Misión Permanente ante la ONU les doy la bienvenida y les agradezco su presencia.
Todos los cubanos hemos vivido días muy tristes, desde que conocimos el lamentable accidente aéreo del pasado viernes en el que fallecieron 111 personas, algunas de ellas compatriotas residentes en este país. Lleguen a los familiares y amigos de las víctimas nuestras sinceras expresiones de solidaridad y nuestras más sentidas condolencias.
En este encuentro con ustedes, que son una digna representación de los cubanos que viven en los Estados Unidos, resulta imprescindible referirse a la figura de José Martí, Apóstol de nuestra independencia, cuya vida y obra estuvo muy vinculada a este país y a esta ciudad, y cuya caída en combate, hace 123 años, conmemoramos hace unos días, el 19 de mayo.
Martí representa para todos nosotros los ideales de justicia, humanismo, unidad y amor a la Patria. Convencido profundamente de que el futuro de Cuba debía surgir de su completa y definitiva independencia, dedicó a ese objetivo todas sus energías, y en ese empeño contó con el importantísimo apoyo de los cubanos patriotas radicados en los Estados Unidos.
Muy recientemente esa historia de solidaridad se repitió y gracias al apoyo y la contribución de muchos cubanos residentes en Estados Unidos, fue posible concretar el sueño de tener en Cuba una réplica de la Estatua ecuestre de José Martí ubicada en el Parque Central de Nueva York.
Esos gestos solidarios tendrán siempre nuestro agradecimiento más sincero y nos comprometen aún más a seguir luchando hasta alcanzar la completa normalización de los vínculos entre los cubanos de la Isla y los de aquí, porque somos una misma familia.
Como ustedes conocen, Cuba jamás ha dejado de trabajar en aras de concretar ese sueño, con el apoyo de ustedes. Sería imposible en este contexto no invocar el diálogo de 1978 y la presencia del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. Aquel primer impulso, en el que fue decisiva la contribución de los precursores que desde Estados Unidos abogaron por lograr una relación estable entre los cubanos de ambos lados del Estrecho de la Florida, fue el inicio de un proceso que ya es irreversible.
El resultado de esa lucha es que hoy la mayoría de los cubanos residentes en otras naciones mantiene vínculos estables con su país de origen, en particular los residentes en Estados Unidos.
Baste señalar que entre el 2013 y el 2016 nuestros compatriotas residentes en el exterior realizaron casi 2 millones 100 mil viajes a Cuba y en el 2017, se apreció un incremento del 21% sobre la cifra apuntada. Igualmente, desde aquel año hasta octubre de 2017, más de 779 mil cubanos viajaron a otros países.
Particularizando en este caso, en el mismo período mencionado, 322 mil cubanos viajaron a Estados Unidos y más de 1 millón 500 mil residentes aquí visitaron la Isla.
Además, se mantiene vigente el programa de becas para los hijos de cubanos residentes en el exterior, que ha beneficiado a decenas de jóvenes en los últimos años. Hoy se forman en Cuba 48 estudiantes procedentes de 33 países, y continuaremos dando curso a las solicitudes que se presenten en ese sentido, lo que incluye, por supuesto, a los hijos de ciudadanos cubanos residentes en Estados Unidos.
Las medidas más recientes adoptadas por Cuba en el ámbito migratorio, anunciadas el 28 de octubre de 2017 por nuestro Ministro de Relaciones Exteriores en la clausura del IV Encuentro de Cubanos Residentes en Estados Unidos, celebrado en Washington, demuestran la voluntad política de nuestro gobierno de continuar abriendo puertas a la relación estable y normal entre todos los cubanos, con independencia de dónde residan.
Sin embargo, no será posible alcanzar relaciones totalmente normales en el ámbito migratorio hasta tanto el Congreso de los Estados Unidos abrogue o elimine la llamada Ley de Ajuste Cubano, que estimula la continuidad de un flujo irregular y restringe la posibilidad de los cubanos de obtener visas para visitar este país y establecer contactos normales con sus familiares aquí.
Y, como también ustedes conocen, las anomalías de la relación entre Cuba y los Estados Unidos van más allá de la cuestión migratoria:
Durante el último año y medio, la Administración del Presidente Donald Trump ha ejecutado varias acciones dirigidas a revertir los avances logrados durante el segundo mandato de Barak Obama.
El bloqueo se mantiene y se ha recrudecido. Se mantiene el otorgamiento de fondos millonarios para accionesdirigidas a subvertir el orden político, económico y social que el pueblo cubano se dio a sí mismo de manera soberana. Se ha producido, con el pretexto de los llamados ataques sónicos, un deterioro grave en la relación bilateral, incluyendo la arbitraria medida de expulsar a la mayoría del personal diplomático y consular de nuestra Embajada en Washington y la drástica reducción de personal en la Embajada estadounidense en La Habana, con el consiguiente impacto negativo en los compromisos migratorios bilaterales, los perjuicios que ello significa para miles de cubanos que requieren de esos servicios y las afectaciones al derecho de los cubanos a viajar o emigrar.
Sabemos que esta política no cuenta con el apoyo de la mayoría de los cubanos residentes en Estados Unidos y solo favorece a sectores minoritarios de la emigración, interesados y beneficiados en mantener un ambiente de confrontación entre ambos países.
Como expresó nuestro Canciller en el encuentro en Washington, y cito: “Es inaceptable e inmoral que cualquier diferencia política entre gobiernos dañe a los pueblos y que el gobierno de los Estados Unidos se haya propuesto y haya decidido adoptar decisiones de naturaleza y objetivos políticos que dañan al pueblo cubano, a todos los cubanos.” Fin de la cita.
Por nuestra parte, hemos reiterado la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes, —todos los asuntos bilaterales pendientes—, sobre la base de la igualdad y el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, así como proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno de los Estados Unidos.
Continuaremos trabajando para preservar los espacios de intercambio establecidos en los últimos años. Por eso, desde el primer momento Cuba apoyó decididamente el Proyecto “Artes de Cuba” con el cual, en estos momentos, más de 400 artistas cubanos que viven y trabajan dentro y fuera de la Isla, muestran lo mejor de nuestra cultura al pueblo norteamericano.
Compatriotas:
Deseo referirme brevemente a la actualidad política de Cuba. Como ustedes conocen, recientemente celebramos las elecciones generales, proceso en el que se reafirmó el carácter democrático y ampliamente participativo de nuestro sistema político y electoral.
Sin millonarias campañas electorales, sin el Ejército patrullando las calles, en total tranquilidad y seguridad, y con las urnas custodiadas por niños, el pueblo, ejerciendo su derecho ciudadano, propuso, nominó y eligió, con el voto del 85,7 por ciento de los más de ocho millones de ciudadanos con derecho al voto, a 1 265 delegados a las Asambleas provinciales del Poder Popular y a 605 diputados a la Asamblea Nacional, atendiendo al mérito de los candidatos y a la capacidad de representar a sus comunidades, los diferentes sectores sociales y los intereses colectivos.
La participación del pueblo en este proceso es una muestra palpable del reconocimiento al Sistema Electoral Cubano, que permite la elección transparente de quienes por un período de cinco años dirigirán la nación.
En el nuevo Parlamento tienen representación todos los sectores del país. El 87,6 % de los diputados nació después del triunfo revolucionario, con varias generaciones representadas, sobre todo jóvenes. El 53,2% son mujeres, el más alto alcanzado en Cuba en toda su historia y segundo del mundo, y la representación de negros y mestizos alcanzó el 40,5%, reflejo de la composición demográfica cubana.
De ellos —no de uno ni de dos, sino de 605 ciudadanos democráticamente electos que representan al pueblo— la Asamblea Nacional eligió al Consejo de Estado, máximo órgano del Estado, y a su Presidente.
Tras profundos análisis y consultas con cada parlamentario, la Comisión de Candidatura Nacional propuso a Miguel Díaz-Canel para asumir la presidencia de Cuba. Nuestro nuevo Presidente es un dirigente con gran arraigo popular, tiene toda la capacidad, inteligencia y voluntad necesarias para ejercer ese alto cargo y posee una brillante trayectoria de trabajo desde la base en su provincia natal, Villa Clara, hasta las más altas esferas de dirección en el gobierno.
Y un elemento muy importante de reflexión: lo sucedido en Cuba fue un acto de relevo natural y de continuidad. En el nuevo gobierno están dignamente representados la generación histórica que hizo la Revolución y, como los definió Martí, los “pinos nuevos” que darán continuidad a esta obra de justicia social que es nuestra Revolución. No abundaré más en razones. Prefiero ilustrarles con un breve fragmento del discurso de investidura de nuestro nuevo Presidente, compañero Miguel Díaz-Canel. Cito:
Afuera hay un mundo que nos mira con más interrogantes que certezas; por demasiado tiempo y de las peores maneras ha recibido el mensaje equivocado de que la Revolución termina con sus guerrilleros. Digámoslo con todas sus letras: la Revolución Cubana sigue de verde olivo dispuesta a todos los combates.
Queridos compatriotas:
Puedo asegurarles que para los cubanos que nacimos con la Revolución es un honor y un compromiso dar continuidad al legado de la generación que conquistó nuestra soberanía e independencia, encabezada por Fidel y Raúl. Y forma parte de ese compromiso trabajar para perfeccionar nuestro modelo económico y social de desarrollo socialista y que sea verdaderamente próspero y sostenible.
Les reitero igualmente nuestra más firme voluntad de continuar fortaleciendo los vínculos con ustedes y nuestro agradecimiento por las innumerables muestras de apoyo y solidaridad que nos han dado en esta batalla, que aún no termina, por la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y por el fin del injusto bloqueo impuesto a nuestra Patria, a la de todos nosotros, por casi seis décadas.
Permítanme concluir recordando las palabras que expresara Raúl Castro Ruz, el 28 de marzo del 2012, al despedir a Su Santidad el Papa Benedicto XVI; cito:
Reconocemos la contribución patriótica de la emigración cubana, desde el aporte decisivo a nuestra independencia de los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso y todos los que fueron sostén de los anhelos de José Martí, hasta los que se oponen hoy a quienes atacan a Cuba y manipulan el tema migratorio con fines políticos. Hemos realizado prolongados esfuerzos hacia la normalización plena de las relaciones de Cuba con su emigración, que siente amor por la Patria, y por sus familias, y persistiremos en ello por la voluntad común de nuestra Nación.
¡Viva la unidad de todos los cubanos!
¡Viva la Patria!
Muchas gracias.