A 28 años de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre
Dos fechas enmarcan 28 años en el tiempo. 28 años transcurridos desde aquella tarde en que Antonio Núñez Jiménez creara la Fundación de la Naturaleza y el Hombre, institución que colmara sus más caras aspiraciones: lograr que se trabajara por el cuidado ecológico del entorno con el principio “hacia una Cultura de la Naturaleza” e introducir en una entidad —quizás por primera vez— el sentido armónico entre Medio Ambiente y Sociedad. Buscaba formar una estrecha imbricación entre ambos y que palabras como permacultura, ecosistemas, naturaleza, comunidad no estuvieran vacías; sino llenas de vida, de fuerza, de energía.
Su impronta ha quedado en los programas que actualmente se realizan en la Fundación. Además, sobre todo, tenemos el compromiso inalienable de continuar la edición y publicación de su obra en esa serie enciclopédica Cuba: la Naturaleza y el Hombre de 50 tomos, ejemplo fehaciente de los trabajos y estudios científicos, geográficos, históricos, culturales y humanos de toda su vida.
Hoy, a 28 años de su creación, la Fundación que lleva su nombre merecidamente: Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre, rinde homenaje a él, su Presidente-fundador.
En cada área, programa, exposiciones, diálogos ambientales, alertas ecológicas o expediciones y en cada uno de los eventos que realizamos, mantenemos su presencia entre nosotros, respetando siempre su hermoso legado de amor por la Naturaleza, por el Hombre y por su entorno.
La continuidad de su obra es la esencia y razón de ser de nuestra Institución, que año tras año ha venido trabajando, teniendo en cuenta los propósitos de Núñez, manteniendo un centro ecológico y medioambientalista que difunde nuestra labor nacional e internacionalmente. Es una tarea ingente, pero cuando hay un colectivo de trabajo con igual ética y principios nada resulta imposible; al contrario, trabajamos unidos en apretado haz para obtener los logros que sabemos hubieran satisfecho a Núñez. Pionero incansable en todas las tareas y proyectos siempre en aras del amor que profesó a nuestro país, y a su convicción y confianza en las nuevas generaciones a que preserven sus mismos principios científicos, culturales y humanos para vivir en una sociedad mejor.