Nuevos rostros cubanos para el ballet Don Quijote
Nunca pudieron imaginar, don Miguel de Cervantes cuando en 1615 completó su célebre texto y Marius Petipa en 1869, en su aventura moscovita, sugerida por su jefe y rival coreográfico Arthur Saint-León, que le propició crear su primer gran éxito como coreógrafo no en los predios del Teatro Marinski de San Petersburgo, sino en el Bolshoi de Moscú, que sus particulares visiones de don Quijote de la Mancha encontrarían en esta isla caribeña nuevos rostros para los múltiples personajes que sus fecundas mentes fueron capaces de crear.
El 12 de septiembre de 1823 la obra llega a Cuba como Don Quijote en las bodas de Camacho, presentada en el Teatro Principal de la Alameda de Paula por la compañía dirigida por André Pautret, autor de una versión en tres actos, con música de un compositor desconocido, que tuvo como intérpretes principales a María Rubio Pautret, Carolina Olivier, Antonio Sánchez del Águila y Jean Rousset, acompañados por la orquesta dirigida por el maestro Antonio Coucco.
Las particulares visiones de don Quijote de la Mancha creadas por Miguel de Cervantes y Marius Petipa han encontrado en Cuba nuevos rostros para sus múltiples personajes.
Al paso del tiempo, especialmente de la mano de una Kitri luego legendaria, llamada Alicia Alonso, la obra vibró desde la creación del hoy Ballet Nacional de Cuba en 1948. Le siguieron otros gloriosos dúos de Kitri y Basilio, hasta que el 6 de julio de 1988, Marta García, María Elena Llorente y Karemia Moreno nos entregaron una versión completa, con libreto y diseños de Salvador Fernández y la dirección artística de la propia Alicia Alonso.
Jóvenes y talentosas figuras debutaron en roles principales en esta puesta en escena, que abarcó siete espectáculos el pasado mes de julio desde la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, entre las que se destacan los de Chavela Riera y María Luisa Márquez (Kitri); Yankiel Vázquez, Yasiel Hodelín y Narciso Medina (Basilio); Luis Fernández, Darío Hernández, Marcel Gutiérrez y Anyelo Montero (Espada); Daniela Gómez, Ailadi Travieso y Gabriela Druyet (Mercedes); Luis Fernández y Fernando Meireles (Camacho); Pablo Lagomasino (Don Quijote), rol que encarnó por vez primera el primer bailarín Dani Hernández; y Roberto González y Dayron Darias (Sancho).
Otros debuts exitosos fueron los de Estefanía Hernández, Ailadi Travieso y Daniela Gómez como la Reina de las Driadas; los de María Luisa Márquez, Diana Menéndez, Karla Iglesias y Greta Yero como el Amor, y el de Yansiel Pujada como Lorenzo; aunque en verdad tanto el resto de los solistas como el cuerpo de baile tuvieron su prueba de fuego en estas funciones, con un saldo totalmente positivo, teniendo en cuenta que muchos de ellos realizan en la actualidad su práctica preprofesional hasta su graduación en fecha próxima.
Durante dos semanas un público devoto desafió los avatares del transporte y dio brío y aliento a los elencos que revivieron el ballet Don Quijote. Confiado en el futuro, les comparto nuestra alegría.