“Está garantizada la continuidad de este curso escolar”
En la mañana del 6 de septiembre se realizó en la Escuela Nacional de Música el acto central de las escuelas de arte por el reinicio del curso escolar. Asistieron al encuentro Kenelma Carvajal, viceministra de Cultura, Ariadna Padrón, directora general de Desarrollo y Formación Artística del Ministerio de Cultura, Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música y Rolando Ortega, director del Centro Nacional de Escuelas de Arte (CNEArt).
En ese contexto, Rolando Ortega Álvarez, concedió una entrevista sobre las expectativas y retos a los que se enfrenta el sistema de escuelas de arte. El CNEArt es una institución que rige el trabajo de las Escuelas de Arte en Cuba y pondera el desarrollo de la calidad de la Enseñanza Artística cubana.
“En el reinicio de este curso, las 37 escuelas están realizando las actividades docentes con aproximadamente unos 3900 docentes”.
Ortega comentó que el sistema de enseñanza artística está compuesto por escuelas del nivel elemental y escuelas de nivel medio. En el reinicio de este curso, las 37 escuelas están realizando las actividades docentes con aproximadamente unos 3900 docentes.
“Debemos trabajar durante los meses de septiembre y octubre, concluir el presente curso en noviembre e iniciar, a mediados de noviembre, el siguiente curso escolar. A pesar de la pandemia y las afectaciones, realmente se ha realizado un esfuerzo para que se graduaran más de 800 estudiantes con un altísimo nivel”, aseguró Ortega.
Respondiendo a una exigencia de varias generaciones de músicos sobre la inclusión de la enseñanza de la música popular cubana en las escuelas de arte, el director de CNEArt respondió que “la calidad de nuestros estudiantes, sobre todo el vínculo con nuestros egresados, es una de las acciones más importantes que hemos estado realizando. Además, en las especialidades de música hemos fortalecido y ampliado la influencia de la música popular cubana en los planes de estudio y los programas”.
“En los años 60 casi era prohibido a los estudiantes que practicaran estos ritmos, los sancionaban si los escuchaban tocando música popular cubana. Por tanto, evidentemente en Cuba, no tiene ningún sentido una formación académica de esta naturaleza. Ya hace cinco años logramos introducir un grupo de modificaciones en los planes de estudio del programa y garantizar la presencia necesaria de la música popular”.
La Escuela Nacional de Arte, paradigma entre las conquistas de la Revolución, desde su fundación en 1962 se convirtió en la principal cantera de artistas y profesionales del arte y la cultura en el país. “Tenemos maestros con experiencia de todas las generaciones. Una de las grandes fortalezas que tiene el sistema es que los docentes nuestros son artistas profesionales, en su mayoría artistas en ejercicio. Eso es vital para nosotros porque al ser esto una especialidad, su formación requiere una atención tutorial y presencial. Tenemos como ejemplo de modelación para la formación a músicos, actores, bailarines e intérpretes en general, es evidentemente algo novedoso”, recalcó el directivo.
“Estos años hemos logrado medir la eficiencia del sistema a partir de varios procesos: el ingreso a la Universidad de las Artes (ISA), la presencia de estudiantes nuestros en concursos internacionales y los más de 187 premios en concursos internacionales entre gran premio, primer premio y segundos y terceros premios”.
“Es una característica que la inmensa mayoría de los estudiantes nuestros no optan por la Universidad de las Artes. Porque evidentemente el bailarín de danza y el de ballet tienen la posibilidad de bailar por períodos muy cortos de su vida, 10 o 15 años, y ellos prefieren desarrollar su profesión y continuar los estudios después en curso para trabajadores. No sucede lo mismo en la especialidad de Música que son la mayoría de los que están optando y pueden extender su carrera durante más tiempo. El nivel medio de nosotros prepara y gradúa para el sector profesional y los muchachos prefieren insertarse ya en la vida profesional y después alcanzar la superación por otro camino, como el curso para trabajadores. Estudiar en la Universidad de las Artes es muy bueno porque completa la formación, eleva el nivel teórico y los estudiantes se pueden ir especializando en otras líneas.
“Este es un curso de continuación. Tenemos que lograr en este período de tiempo suplantar las carencias a partir del efecto que tuvo la pandemia, aunque recurrimos a las teleclases, la atención de los profesores a través de los grupos de Whatsapp y los grupos de trabajo y seguimiento. Sin embargo, este tiempo tuvo un efecto, sobre todo en las especialidades del ballet, la danza, del circo, porque esos cuerpos fueron desentrenados y perdieron presencialidad. Pero hemos logrado enfocarnos en las esencias y en lograr el cumplimiento de los objetivos. En ballet es donde más trabajo técnico hemos estado haciendo, porque el efecto también en ballet ha sido muy drástico. Las expectativas son claras: primero, continuar elevando el rigor y la calidad, segundo perfeccionar el claustro, incorporar más artistas profesores a nuestros claustros y buscar entonces sustitución a los elementos que hoy por importación y por el bloqueo no podemos adquirir. No obstante, está garantizada de septiembre a noviembre la continuidad de este curso escolar”.
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