Otra vez mi Isla deviene escenario de un terrible accidente. Otra vez lidiamos con el dolor, la desesperación, la incertidumbre, la tristeza. Otra vez lamentamos tantos heridos y fallecidos, hijos de esta tierra. Duele mi país, duele la ciudad de Matanzas, duele nuestra gente.
Mi corazón está allí, junto a aquellos que desde el terreno hacen todo lo humanamente posible para sofocar el fuego.
Oro por ellos, por los que desafortunadamente no lograron sobrevivir, oro por que la solidaridad se imponga y podamos salir pronto de esta.