Es muy duro, la realidad nos está golpeando con saña, nos sigue poniendo a prueba, nos abruman la carencia, el apagón, el transporte y encima este golpe que pareciera evocado por el dolor de hechos recientes. Hoy no vamos a cantar, pero no será silencio lo que haremos, elevaremos un grito de amor, esperanza y solidaridad para Matanzas, seamos hoy más fuertes que ayer, que si no es la única, es la mejor manera que conozco de afrontar.
Fuerza mi gente, fuerza mi Matanzas.
Decía Martí: “subir lomas hermana hombres”. Un beso en el corazón para los lesionados y sus familiares y todas las manos de este país apretadas en un puño para que vuelvan los desaparecidos.