El rostro de Juan Formell en el Museo de la Música
El 1 de mayo de 2014 Cuba despidió a Juan Formell Cortina. El maquinista del tren de la música popular cubana nos dejaba físicamente, pero tras su partida, perdura un legado que de por sí lo perpetua en la cima de la cultura de la mayor de las Antillas.
“Los rasgos del rostro del artista cubano debían quedar plasmados mediante esta técnica para las futuras generaciones que no tuvieron la dicha de conocerlo”.
Reconocido por introducir la instrumentación electrónica en las sonoridades de Los Van Van, Juan Formell es una parada obligatoria si se habla de música popular bailable. Este martes, día en que hubiese cumplido 80 años, volvieron los agasajos a su figura con la develación de una máscara mortuoria que formará parte de la colección del Museo Nacional de la Música.
La pieza— realizada al igual que la de Alicia Alonso por el doctor Alfredo Álvarez Rivero, especialista de prótesis estomatológica del CIMEQ—no es la única de este tipo que atesora esa institución cultural, que recientemente se sometió a un proceso de restauración y aun no abre sus puertas al público. Una vez que se inaugure oficialmente, se expondrán en sus salas las mascarillas de Hubert de Blanck Valet, Joaquín Nin Castellanos y Sindo Garay García. También la de Benny Moré, aunque aún no está en el Museo.
Una máscara mortuoria, confeccionada al vaciado en yeso para obtener la imagen primaria y reproducirla en este u otros materiales fluidos de punto de fusión bajo y más perdurables como el bronce, la cerámica y las resinas, es una copia fiel de la cara de una persona recientemente fallecida. Los rasgos del rostro del artista cubano debían quedar plasmados mediante esta técnica para las futuras generaciones que no tuvieron la dicha de conocerlo.
La música no podía faltar en un homenaje a Formell, así que, en un segundo momento de la tarde, artistas cubanos pusieron la voz y los acordes de sus instrumentos a varios temas que compuso el director de Los Van Van. Beatriz Márquez, “La musicalísima”, interpretó “Este amor que se muere”, canción que escribió junto a un artista que considera uno de los mayores exponentes de la música cubana.
También, Pedrito Calvo, quien en 1973 se incorporó a Los Van Van hasta convertirse en un líder indiscutible de esa orquesta, cantó “Marilú” y “Anda ven y muévete”, dos canciones que son coreadas por generaciones de cubanos amantes de la música popular bailable.
Las canciones, arreglos y letras del bajista marcan el ritmo de la música popular bailable. Lo mismo se escucha a Van Van en una fiesta popular, una guagua o desde cualquier casa a lo largo y ancho del país. Ahí radica uno de sus mayores méritos: trascender mediante canciones que ponen a bailar hasta al más apacible público.
El homenaje a Formell contó con la presencia de Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura; Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música y familiares y amigos del artista cubano.