Ella ha nacido en El Cobre, en agosto de 1835, se nombra Luisa Pérez Montes de Oca, escribe versos tempranamente y esa facilidad de la adolescente le da renombre local. En el periódico El Orden, de Santiago, publica en 1852 su primer poema. Ese año muere su padre y se traslada a Santiago de Cuba, donde afianza su relación con la intelectualidad oriental.

Versos de Luisa Pérez de Zambrana. Foto: Tomadas de Internet

Un primer libro aparece en 1856, titulado Poesías, y de él llega un ejemplar al doctor Ramón Zambrana, en La Habana. Él lo lee admirado y se suceden las cartas en uno y otro sentido, hasta que él la visita en agosto de 1858 y al mes siguiente se casan. Ella tiene poco más de 20 y él 41. Ni ella ni él son desconocidos: la provinciana y distinguida Luisa porque posee la aureola del talento, y don Ramón porque su título de médico y su carrera como científico y publicista son de conocimiento público en la sociedad habanera. Él obtiene por oposición la plaza de catedrático supernumerario de Medicina Legal en la Universidad habanera. También publica Obras literarias, filosóficas y científicas, por la casa tipográfica La cubana” Su tertulia literaria reúne amigos, intelectuales, amantes y cultivadores de las letras.

Es aquella la pareja perfecta de dos seres complementarios. Hasta aquí, la vida de Luisa Pérez, en adelante de Zambrana, tiene el hálito romántico de una novela feliz. Embarca hacia La Habana, es conocida entre la sociedad capitalina, colabora en las publicaciones, ve la luz un segundo volumen de versos, conoce a Gertrudis Gómez de Avellaneda —quien prologa el libro. También pare cinco hijos: Angélica (1859), Dulce María (1860), Horacio (1862), Elodia (1864) y Jesús (1866).

“Es aquella la pareja perfecta de dos seres complementarios”.

Solo que entonces comienza para Luisa una tragedia indetenible. En 1866 muere don Ramón de tuberculosis, y cuanto de telenovela dichosa ha tenido su existencia se torna en tragedia íntima, dolorosa, triste, aunque esto no significa que deje de escribir.

Y llega el más amargo de los capítulos de su vida: entre 1886 y 1898 mueren sus cinco hijos. ¡Cinco hijos perdidos uno tras otro! Luisa vive en gran pobreza y el desgarramiento que representan estas adversidades incorpora aún mayor ternura y lirismo a su producción.

Yo soy la virgen que en el rostro lleva

la sombra de un pesar indefinible;

yo soy la virgen pálida y sensible

       que siempre amó el dolor.

Yo soy la que en un tronco solitario,

reclino, triste, la cansada frente,

y dejo sosegada y libremente

        mis lágrimas rodar.

Soy la que de un lucero, al brillo puro,

con las manos cruzadas sobre el seno,

me paro a contemplar del mar sereno

        la triste majestad.

En 1875, y desde México, José Martí escribe:

Es Luisa Pérez pura criatura, a toda pena sensible y habituada a toda delicadeza y generosidad. Cubre el pelo negro en ondas sus abiertas sienes; hay en sus ojos grandes una inagotable fuerza de pasión delicada y de ternura; pudor perpetuo vela sus facciones puras y gallardas, y para sí hubiera querido Rafael el óvalo que encierra aquella cara noble, serena y distinguida. Cautiva con hablar, y con mirar inclina al cariño y al respeto.

“Luisa Pérez de Zambrana es una de las grandes líricas cubanas de la poesía cubana”.

Ya no hay estrellas de oro, ni la luna

mallas de perla sobre el agua vierte,

¡ay! entre tres sepulcros, de rodillas,

soy la cruz enlutada de la muerte.

Besé el laúd y lo arrojé en las ondas,

que templo para mí, y altar y palma

son las tres tumbas donde estáis dormidas

¡flores de mis entrañas y de mi alma!

Portada de La vuelta al bosque y otros poemas, de Luisa Pérez de Zambrana.

En 1920, con prólogo de Enrique José Varona, sale una tercera edición de sus poesías.

El calvario de Luisa terminó hace un siglo, el 25 de mayo de 1922, en soledad y pobreza en el pueblo de Regla, provincia de La Habana, muy cerca del mar. Un concurso literario de la localidad rinde tributo a su memoria. El lirismo de sus composiciones aún hoy nos conmueve, la tragedia de su vida estremece, Luisa Pérez de Zambrana es una de las grandes líricas cubanas de la poesía cubana.

¿Qué más decir de ti, Luisa, infortunada e inmarcesible Luisa?

Que viva estás en la memoria.

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