La economía cubana desde la mirada de José Luis Rodríguez
Oficinista, contador, académico de mérito, ministro de Economía y Planificación son algunos de sus rasgos profesionales. Para algunos resulta mejor recordarlo cerca de Fidel Castro, mientras ofrecía las más elocuentes explicaciones económicas en medio de un contexto tan duro como los años 90.
José Luis Rodríguez sabe que dialogar sobre economía con los cubanos es casi tan polémico como hablar de pelota. Por ello escribe, desde hace siete años, un libro sobre Cuba en el llamado período especial, que se encuentra actualmente en proceso editorial. Hoy, a propósito del Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas (2021), La Jiribilla conversa con el profesor sobre aspectos medulares de la economía cubana y sus desafíos en la actualidad.
“Aunque muchas personas no lo sepan, la economía también es una ciencia social”, afirma el académico. Para él tiene una gran connotación el estudio económico de la mano de la historia y el contexto sociopolítico, pues esta ciencia transcurre en medio de subjetividades, sobre las cuales no siempre resulta fácil o posible influir.
La economía —como toda ciencia— tiene sus propias leyes, y no siempre es sencillo entender que existen aspectos que, si se desarrollan mal, tienen consecuencias negativas. Así, por ejemplo, si no crece la oferta de productos en el mercado y existe mucho dinero en circulación, los precios van a subir y no será posible resolver ese problema poniéndoles un tope. Si esto se hace, los productos se desplazan a la economía informal, en la cual se exacerba la especulación, con precios todavía más altos. La verdadera solución es producir más para que crezca la oferta, pero esto demanda tiempo y esfuerzo, pues no hay soluciones mágicas.
Si en condiciones normales se hace complicado entender las medidas económicas tomadas para la reproducción material de la sociedad, ahora eso resulta mucho más cuestionable para algunos, que tienden a atacar las consecuencias visibles y no las causas más profundas de los problemas económicos.
En el imaginario social se ha comparado la situación actual con la experiencia del período especial. ¿Es correcto hacer este tipo de analogías?
Hay un grupo de efectos similares a los de los años 90: carencias, dificultades, etc., pero es un momento diferente. Las situaciones causales son distintas. En aquellos años fue el derrumbe del modelo en el cual estábamos insertados. Ahora, tenemos una capacidad mayor de maniobra. No estamos en la crisis energética de aquellos años.
Primeramente, el país tiene alternativas que entonces no tuvo, como la exportación de servicios de fuerza cualificada; el turismo, que no era un pilar fundamental de la economía, y algunas industrias, entre ellas la biotecnológica, que resultaban inexistentes e incipientes en esa época.
“La economía también es una ciencia social”.
No obstante, Rodríguez reconoce que hay una serie de carencias materiales y espirituales que no se han resuelto desde entonces. “Un estudio llamado La situación económica de los hogares —que se hizo público en los años 80 y 90, y que ahora se está tratando de retomar— revelaba las dificultades más comunes de las personas: desde que no alcanzaba el dinero, hasta problemas con la alimentación, la vivienda y el transporte, en ese orden. Eso indica que son asuntos transversales y deudas no resueltas a lo largo de estos años”.
En este sentido, el profesor alerta sobre la necesidad de ver los problemas en perspectiva. La repetición de un fenómeno negativo puede traer consecuencias graves, pues esas disyuntivas perjudican el proyecto de vida y tienen incidencia en la reproducción de la sociedad y la emigración.
La realidad apunta a que no todas las personas enfrentan los problemas de igual forma. Como en efecto, hay quien tiene más recursos para afrontar determinada situación. Si bien hubo escenarios en los que todos “estuvimos sentados en el mismo banco”, hoy no es así, pues se registra un aumento de la desigualdad.
“Hay una serie de carencias materiales y espirituales que no se han resuelto desde entonces”.
Según el profesor, en la construcción del socialismo no basta con eliminar mayoritariamente la propiedad capitalista para que las clases desaparezcan. “Las clases están relacionadas con la propiedad. Si existe propiedad no estatal hay una clase que piensa, se desarrolla y se reproduce bajo un criterio que no tiene por qué coincidir con los intereses sociales”.
Como bien recalca Rodríguez, esas posiciones se afincan en una relación de propiedad, por lo que las diferencias se corporizan en personas que constituyen una clase social o subclases dentro de la sociedad.
“También, y aun entre los trabajadores estatales, las diferencias se han ampliado. Un estudio realizado por el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial sobre el desarrollo humano local lo demuestra. Los municipios con mayores diferencias salariales o de ingreso general están uno frente al otro en Ciego de Ávila: Morón y Bolivia. El de más alto ingreso está vinculado al desarrollo del turismo, y el otro está asociado a la agricultura cañera. Por tanto, existen en cada caso individuos con formas de reproducirse y de relacionarse muy diferentes”, argumenta.
Además, el doctor explicó que con el coeficiente de Gini hay maneras de medir el nivel de desigualdad social a partir de los ingresos con cifras entre 0 y 1, donde a mayor valor es más elevada la desigualdad, y viceversa. En una comparación de índices, Rodríguez alerta que en el año 1989 la sociedad era muy igualitaria, con un 0.22 de este valor. En tanto hoy, se estima que sea más de 0.45. La desigualdad ha aumentado.
¿Qué elementos pueden confirmar que Cuba mantiene una economía socialista?
La esencia de la economía socialista es asegurar, de acuerdo con el aporte de cada quien, la redistribución de los recursos provenientes del trabajo. Para cumplir con ese objetivo, se parte de la existencia mayoritaria de la propiedad social.
La retribución personal en el sector no estatal es mayor. Casi siempre se reciben recursos de una fuente de financiamiento externa mediante las remesas. Sobre eso hay un estimado de más de dos mil millones de dólares al año, lo que constituye una proporción relativamente importante del ingreso por exportaciones de este país.
Este sector no es el que asume los gastos en la educación, la salud o las grandes inversiones en el níquel y la biotecnología, de la cual nos beneficiamos todos. Sigue siendo un modelo socialista porque el presupuesto del Estado no diferencia los recursos para los que trabajan en un sector o en otro. Esto es posible ya que la propiedad social existe y es mayoritaria, si no fuera así, estaríamos como las economías capitalistas.
Mucho se habla del fenómeno de la inflación, ¿qué consecuencias tiene para la economía cubana?
Como ya comenté anteriormente, la inflación es el fenómeno más negativo que puede enfrentar una economía. En la misma medida en que la oferta de bienes y servicios no tiene cubierta la demanda solvente, se crean condiciones para la inflación. Ante una oferta escasa, surgen prácticas socialmente corrosivas, ya que el que tiene dinero está dispuesto a pagar más por el mismo artículo, cualquiera que sea su procedencia (legítima o ilegítima).
Ahora bien, en la Cuba actual la inflación no surge con la Tarea Ordenamiento, pues el exceso de liquidez en manos de la población, unido a una oferta insuficiente, ya existía antes de 2021. La inflación en Cuba está determinada en primer lugar por la guerra económica que nos han hecho los americanos durante 60 años, y que nos ha impedido —en buena medida— producir eficientemente e incrementar la oferta. Segundo, coyunturalmente la situación actual se encuentra afectada por el impacto de la pandemia y el consiguiente cierre de la economía —que afecta sobre todo al turismo—, y a esto se ha sumado el ajuste monetario que fue necesario realizar.
“La Tarea Ordenamiento no es el único factor que crea inflación, pero toda devaluación, como la que se ha realizado en el caso del peso cubano, produce inflación. No la creó, pero se suma a los desequilibrios ya existentes y contribuye al disparo de los precios. Tomando eso en cuenta, en nuestra sociedad se previó compensar el alza de los precios mediante incrementos de las pensiones y los salarios, calculando que los precios iban a tener determinado movimiento. En mi opinión, hubo errores de diseño, ya que se calculó mal el disparo de los precios, porque el rebrote de la Covid-19 fue de tal magnitud, que se exacerbó el déficit de oferta y aumentó el dinero en manos de la población sin respaldo productivo. Eso no se tuvo en cuenta adecuadamente y las compensaciones se quedaron muy por debajo de la subida de los precios, especialmente los que rigen en el sector no estatal.
¿Cuáles son las posibles potencialidades de Cuba para este nuevo año?
“No se pueden trazar muchas prioridades. Este año el plan es crecer un 4%, pero la economía, desde 2019 en lo adelante, decreció alrededor de un 13%. Recuperarse de eso toma un tiempo”.
Desde la mirada del profesor, la economía debe fortalecerse en cuatro áreas específicas: buscar alternativas para renegociar la deuda externa y destrabar el financiamiento externo indispensable; frenar la inflación; hacer mayores inversiones en la industria alimenticia, y ser más sistemáticos en las inversiones en el sector energético, empezando por el mantenimiento de las termoeléctricas.
“Para producir alimentos es preciso hacer inversiones. En la agricultura se ha invertido entre el 4% y el 5% del total de inversiones del país durante los últimos 10 años, y eso no es suficiente. Sin embargo, el año pasado más del 50% de lo invertido fue para el turismo, lo cual no parece lo más sensato. El turismo no se recuperará rápido y a corto plazo —no con la tasa de ocupación de los hoteles que se ha venido registrando desde antes de la Covid-19—, debido a los actuales pronósticos de la pandemia. No obstante, este año en el plan la agricultura obtuvo un 12% de las inversiones, pero aun no es suficiente”.
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El profesor José Luis Rodríguez y Fidel Castro tuvieron vínculos de trabajo por más de 25 años. Esa relación lo obliga a hacer, en varios momentos de la entrevista, flashbacks sobre algunos discursos del Comandante en los que habla detalladamente sobre la economía cubana.
No es de extrañar, por tanto, que su recomendación para los economistas sea estudiar la historia económica de la Revolución y el pensamiento de Fidel. Tras el reconocimiento como Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas (2021), José Luis Rodríguez queda gratamente sorprendido, pues es la primera vez, desde la entrega de este galardón, que se distingue la vida y obra de un profesional de la economía.
Me lo leí completo exelente trabajo el de la periodista y sabias palabras del premio nacional de ciencias sociales..
Espectacular mirada de la economía cubana del Doctor José Luis Rodríguez Premio Nacional de Ciencias Sociales.
Pienso que se debe reflexionar sobre la Economía de la construcción del Socialismo en Cuba pues el libro de texto del Doctor necesita de una actualización y seguimiento como material de estudio de las facultades de ciencias sociales y de ciencias económicas entre otras.
Los programas de estudios están carentes de actualudad después de la década de los 90 se necesita un nuevo libro de texto para las facultades de Economía y Contabilidad y Finanzas de la U/H.
Se necesita mayor divulgación y sobretodo de intercambio con la población y las nuevas generaciones
Felicidades al Dr José Luis Rodríguez Premio Nacional de Ciencias Sociales por tan magnífica publicación.
Excelente reflexión de un científico de altos quilates, lástima que lo hubiesen tenido en cuenta sus reiteradas reflexiones
Muy buen análisis, esclarecedor y práctico. Estoy muy de acuerdo en que la economía también se reconozca como ciencia social dada su incidencia en la vida de la personas. Muy buen trabajo periodístico y merecido premio para el profesor.
“Felicitaciones” el premio no fue por gusto. Usted está más claro que el agua, sólo pido que la entrevista sirva de referencia para iniciar o darle continuidad a las medidas que se están y debemos llevar a cabo para recuperar nuestra economía. Me preocupan las inversiones en la agricultura que en el sector estatal y otras formas de producción no estatal carecen de conocimientos sobre el proceso inversionista.
JLR es una referencia no sólo académica, además que todo pragmática. Le correspondió conducir la economía cubana en momentos muy difíciles. No ha sido nada positivo que los responsables de la TO no hayan bebido más de su experiencia y sapiencia
Considero muy importante tomar en cuenta todo ese caudal de conocimiento del doctor José Luis por parte de los desisores de nuestro gobierno. Si sus estudios son válidos es bueno rectificar el camino tomado y encausar nuestra economía por el mejor rumbo. Felicidades por el premio recibido, creo que es bien merecido.
Muy buen artículo de la periodista al entrevistar a José Luis, quién fue ministro de economia de este país, como bien dice el especialista los errores en economía se pagan caros, sumándole los problemas tanto internos como externos que Cuba ha tenido durante 60 años de Revolución. La Agricultura ha sido un tema que por 60 años ha tenido problemas y no se sale de él, por una u otra razón nos dedicamos a la importación de productos y no nos centramos en desarrollar lo nuestro, se abandonaron muchos planes e ideas en la Agricultura y seguimos sin ver la luz, la recuperación de la economía, como bien expresó el premio en economía, es a largo plazo y el pueblo sigue esperando.
Debe divulgarse más para el gran público
Economista y analista que desde su visión sigue poniendo los puntos sobre la I, nos corresponde a los verdaderos revolucionarios ir revisando la ruta a cada instante y realizar los pertinentes ajustes sin demoras.
Profesor lo felicito por su merecido premio, guardo su último discurso en la Asamblea Nacional hace muchos años, siempre valiente y honesto en sus palabras, allí alertaba muchas cosas que hoy sufrimis
Excelente reflexión y muy veraz, debería divulgarse para conocimiento del pueblo, q es el q está sufriendo las consecuencias de lo errores pasados y de la economía mundial producto de la epidemia Covid 19 y del bloqueo cada vez más intenso, deberían buscar tan experimentados economistas como usted para encausar la economía, felicidades y éxitos
Coincido con el profesor que solo con las inversiones en la agricultura estaremos debilitando la inflacion que más le duele al cubano que es la de llevar los alimentos a la mesa. Disminuir las inversiones en infrestructuras hoteleras no nos hará ninguna meta dando el paso que lleva a la recuperación de ese sector a nivel mundial. Buscar fórmulas de estimulación a la masa de productores debe ser la zanahoria que nos conduzca al aumento de la producción que es lo que más necesitamos
Mi felicitación para el profesor Rodriguez
esta entrevista esta mas clara que la que dio a cubadebate,,,,hay un problema que se habla poco exceso de liquidez,,, la tarea ordenamiento la aumento, se fue de control
Apropiado, esclarecedor. Muchas gracias y felicidades.
Una excelente explicación de ese gran economista. Respuestas más que aceptadas, exactas y con gran visión de futuro respecto a nuestra economía. Cuantos errores si pudieron evitar si hubiésemos consultado a esta personalidad que estuvo durante más de 25 años aportando y retroalimentándose de ideas y hechos prácticos en lo económico al lado de Fidel, quien siempre que le entraba a algo calculaba hasta lo más mínimo para luego saber salir con éxito y perjudicar lo menos posible al pueblo trabajador. Ojalá este maestro pudiera exponerme que ideas de implementación pudiera haber tenido Fidel respecto al ordenamiento monetario y a la reunificación monetaria antes de su deceso, porque de hecho El concepto de Período Especial en tiempo de paz fue seguido al detalle por ambos,y es difícil que Fidel no tuviera proyección y variantes futuras para salir airoso de este complejo proceso.
Es un texto muy interesante, pienso que la cultura económica se puede llevar al pueblo a través de estas reflexiones, es un tema muy actual sin perder de vista la historia hasta la actualidad, de esta forma se puede apreciar mejor el horizonte. Es una excelente publicación, muy a tono con estos tiempos que tanto las nuevas y viejas generaciones necesitamos.