Tarot, los Arcanos Mayores: dar con el misterio y exponerlo
Diana Balboa es una reconocida grabadora y pintora cubana que ha mantenido, desde la fundación del Taller Experimental de Gráfica de La Habana, una relación estrecha que se alarga y dilata en el tiempo: para ella el grabado ha sido su modo de expresión por excelencia.
Los temas esenciales de Diana Balboa se han centrado en asuntos relacionados con la mujer y con el mundo de la música porque, como ella asegura, “en las artes visuales hay movimiento y también silencios”. Pero ahora —y quizás como resultado de los últimos dos años en que hemos vivido un tanto aislados— ella convocó a dos jóvenes y excelentes creadoras: Iris Fundora y Betzi Arias.
Las seis manos de estas inquietas mujeres —desde sus respectivas estéticas— se han juntado para interpretar 22 Arcanos, que forman parte del tarot, juego de cartas que data del medioevo y que, en algún sentido, tiene mucho de adivinación. Y es que las cartas del tarot ofrecen una visualidad muy especial que las tres artistas han intentado asimilar: el resultado de este trabajo se podrá ver a partir del venidero sábado 22 en la sede del Museo del Naipe, ubicado en la bellísima Plaza Vieja, de La Habana colonial, en una exposición titulada Tarot, los Arcanos Mayores.
En la muestra, según comentó Diana Balboa en entrevista exclusiva para La Jiribilla, se empleó la estampación: “Sin la utilización del grabado y en particular la litografía, no hubiera sido posible acercarse al tarot y a los naipes; hemos experimentado directamente sobre la piedra y a la vez empleamos técnicas mixtas —acrílico y óleo— sobre tela, cartón y cartulinas”.
¿Es solo el tarot una justificación para la asimilación plástica de esos símbolos?
¿Quién no ha sucumbido a la tentación de indagar en el futuro y saber el objetivo de nuestra misión en la vida? Elegir la herejía es una manera de ser rebelde y la moda taromántica se ha hecho presente en todas partes: esa curiosidad me acercó al tarot… y hay tantos y tan diversos que es riquísima la estética de los símbolos. Entonces, ¿por qué no apropiarse de ellos como han hecho muchos para explicarnos, explicar, y hacer poesía con las imágenes? En otras palabras, dar con el misterio y exponerlo.
¿Por qué la selección de estos 22 Arcanos Mayores? ¿Continuará la serie?
Comencé con los Arcanos Mayores y, posteriormente, se unió Iris Fundora con obra realizada desde mi queridísimo Taller Experimental de Gráfica de La Habana. Luego se unió Betzi Arias, quien acentuó la presencia de la pintura. Es un trabajo realizado a seis manos. Nunca doy por terminada una serie: solo se toma un respiro y el tiempo indica si se vuelve o no a un tema.
“Hemos experimentado directamente sobre la piedra y a la vez empleamos técnicas mixtas —acrílico y óleo— sobre tela, cartón y cartulinas”.
¿Cómo se involucran Iris y Betzi en este proyecto que lideras?
Ambas son artistas inquietas, ávidas de aventuras creadoras, y les atrajo el tema así como la necesidad de aprender y adentrarse en el fascinante mundo de la técnica litográfica, experiencia que para Iris y Betzi, según han dicho, ha sido muy enriquecedora. En lo personal, sentí que me correspondía aportar mi experiencia como grabadora y, a la vez, nutrirme de las estéticas y modos de concebir la obra de ambas.
Tu tema recurrente ha sido la música y la mujer. ¿Ha resultado complejo en lo personal “mover” tu foco de atención hacia otros asuntos?
En lo absoluto. El tarot no es “cosa de brujos”, es indagación, lenguaje de poetas y soñadores; es un objeto raro, misterioso, sobrevivió a las quemas de la Inquisición, sirve hasta para perder el tiempo —cuánto necesitamos del ocio para reponer nuestras energías—. Por otra parte, los colores en el tarot tienen su lenguaje, por ejemplo, el azul se identifica con lo espiritual, mientras que el rojo alude a la hiperactividad.
Con frecuencia observamos que te vinculas con otras creadoras. ¿Es una necesidad ese intercambio con diversas estéticas? ¿Qué te aporta?
En el gremio de los grabadores es muy común —y maravilloso— el intercambio. Forma parte de un hábito y, a la vez, es un ejercicio cotidiano. La vida de taller te obliga a compartir experimentos, fórmulas, materiales y herramientas. Me satisface mucho compartir y —como soy golosa— me jacto y hasta alardeo de ello.
Luego de esta muestra, ¿en qué otra iniciativa creadora estás involucrada?
Pues sigo en la serie Viragos, dibujos y grabados sobre papel o cartulina. Ya he expuesto algunas piezas que conforman esta serie, pero no en su totalidad. Sobre ello se ha escrito en la revista Mujeres y la página digital de la galería Carmen Montilla, de la Oficina del Historiador.
Como se conoce, la palabra virago significa —según el diccionario Larousse— “mujer varonil”. En lo personal, asumo el término como mujeres que no tememos asumir tareas y espacios históricamente reservados o permitidos a los hombres.