Piedras a los varones y el anhelo de lo insólito
Una adolescente parece mirarnos desde la cubierta del libro. Trae un vestido blanco, que se sube levemente. Su mirada es desafiante. No se ve el miedo en ella, aunque se nota la tristeza. Luego, en las páginas la sentimos en movimiento, percibimos su presencia junto a otros personajes. Tal vez lee una dedicatoria, arranca la cabeza a un perro, tiene sexo de manera desenfrenada, escupe desde la cima de una pirámide… o tira piedras, aquí las usan como proyectiles contra hombres y animales, contra la sombra si fuese necesario. Arma peligrosa esa.
Se trata del libro Piedras a los varones,de la joven escritora mayabequense Taimí Diéguez Mallo, licenciada en Arte Teatral, miembro de la Asociación Hermanos Saíz y ganadora de reconocimientos como la beca El reino de este mundo y los premios Fundación de la Ciudad de Matanzas (2018) y Hermanos Loynaz (2018), este último por la obra que comentamos en esta ocasión.
En apenas 61 páginas, la autora, de rostro angelical y pelo rojo, nos propone ocho relatos, con una narrativa enérgica y directa, aunque no lineal. Sobresale el buen uso de técnicas narrativas, incluidas estructuras circulares, cambios de tiempo y espacio…, con finales a veces abiertos.
“…Yo quería escribir cuentos en los cuales se cruzasen otros géneros literarios”.
Desde el primer cuento, que le da nombre al libro, hasta el último, “Máquinas nocturnas para la copulación en serie”, nos adentramos en historias con mucha fuerza en lo sicológico. Como lectores, podemos sentir la dureza de las acciones, pero lo más significativo y expectante radica en las inferencias, en el trasfondo de esos modos de actuar y sentir de los personajes.
Otros cuentos son “Virginia y Gustavo”, “Palomas mensajeras”, “Primera dedicatoria”, “Postales”, “Una plasta de sexo” y “Alex-Sandra-Sam-Esteban”, en la mayor parte de los cuales se logra un alto nivel de realidad, con la capacidad de ser como imanes desde la primera línea hasta la última.
Profesora de Historia del Teatro en la Universidad de las Artes y ganadora de la beca Caballo de Coral (2009), Diéguez Mallo asume el riesgo de reflejar la soledad, el sexo, la muerte…, temas recurrentes en la narrativa, consciente del reto de lograr una singularidad que atrape a los lectores, “generar lo insólito, decir sin ilustrar, sino produciendo nuevas realidades”, según sus propias palabras.
La autora expresó que Piedras a los varones “es una deuda que tenía con la narrativa que fue el género de entrada a la literatura. Es un libro de cuentos que estuve escribiendo por años, incluso antes de entrar al Instituto Superior de Arte. No son esos primeros cuentos de la vida, ya había ensayado antes, cuando cursé el Centro Onelio.
“Estos cuentos los escribí sintiéndome ya más confiada como narradora, y están contaminados por el teatro, por las voces de los personajes, por sus monólogos o diálogos internos, por las acotaciones, por la multiplicidad o simultaneidad de espacios. También hay un coqueteo con la epístola y, sobre todo, una fuerte presencia de la poesía, del lenguaje poético. Yo quería escribir cuentos en los cuales se cruzasen otros géneros literarios”.
Publicado por Ediciones Loynaz en 2019, la edición del libro pudo ser mejor en cuanto a elementos formales, pero indudablemente esta es una buena propuesta para leer y sentir, para pensar y conocer una de las voces jóvenes de la literatura y la dramaturgia en Cuba.