Alma de Cuba, en los momentos decisivos siguen el juego hasta quienes no son sus habituales en el estadio ni frente al televisor o a la escucha de la radio. Se aplatanó tanto que perdió el acento y, por supuesto, la tilde. Fue así tan criollo como beisbol y no anglo como béisbol. ¡Nuestra pelota! Este dossier no es justificación de algo, es exaltación de todo. Amplitud de miras para festejarlo más allá de partidos, series, campeonatos, más allá de su condición de deporte.
En este dossier —con motivo de que se declare el beisbol, justo horas antes de que se celebre la celebración por el Día de la Cultura cubana, Patrimonio Cultural de la Nación— puede seguir, a trancos, el rastro de tantísimos ecos del beisbol en nuestra cultura, textos que, a su vez, fecundan ese entramado propio. Debe leerse como el pórtico de un grandioso reconocimiento en ese ámbito en el cual ya reina el beisbol cubano.