Selección de poemas

Soleida Ríos
16/2/2017

Un poco de orden en la casa

Para mi hermana Olivia

 

Esto está oscuro y tiembla.

Mi padre, el padre del que todo lo puede

¿me ha mentido?

 

Yo decía si viro, si retrocedo

muero.

Vi a la gente gritar, vi a la gente

muriéndose, con pan sin nada que ponerle

pero gritando vivas verdaderos

en sus casas de tablas remendadas

caídas ya de frío y de esos vivas.

 

Vi a la gente, esa gente era yo

mi madre

mi padre loco en un cuarto enloquecido

el padre de Renté que no aparece en mapamundis

ni en diccionarios ni en los coloquios internacionales.

Ese que digo no está vivo ni muerto.

Yo lo boté en el secadero.

Las monedas mensuales tiradas por esta mano mía

que no es mía ni es la mano de nadie

a la furia del viento y al camino de El Triunfo.

Me mandaron, ve y tíralas.

Boté lo que era mío.

Más bien boté lo que nunca fue mío.

 

Ahora se dice abajo, en ese tiempo no

en ese tiempo éramos bellos

nos llamábamos bellos, gente con suerte

seres mágicos que cambiaron el rumbo

porque decían amar al pobre no es más que amar a Cristo.

Cristo está en los maderos

 

clavado en una cruz [hizo muchos milagros]

clavado en una cruz entre ladrones.

 

Mi padre, el padre del que todo lo puede

¿me ha mentido?

Sus hijos, los apóstoles, lo van a divulgar.

 

Maleva y los niños en el paraíso

Los únicos paraísos no vedados al hombre

Son los paraísos perdidos

 

J. L. Borges

 

En el jardín

y más al fondo, en los ojos de Maleva

los niños se tiran de los árboles.

 

Aquellos niños puros que ya fuimos

cubiertos por pañales blanquecinos

se tiran de los árboles.

Pero se tiran a morir

a que nos olvidemos.

Y se tiran riendo

porque disfrutan de antemano

la pena que vendrá

la desesperación en que más tarde

o más temprano

sucumbiremos todos.

 

La muerte de los niños no está escrita.

Ellos la prefiguran en la rareza de sus juegos.

Ayer, si no es que hace un instante

o hace doscientos siglos

los niños figuraban ciertos juegos

como en una nostalgia de niños anteriores.

[Los primeros, los últimos que vuelven

a comenzar las filas

ya no figuran nada, gritan

carne de momia carne de momia

queremos la cabeza del escudo.]

Quiénes simulan ser los últimos.

Quiénes son los primeros.

 

Los niños

hace un instante o hace doscientos siglos

entraron al jardín con papeles marcados.

Se tiran de los árboles.

Se tiran

 

Último rezo para los ojos del traidor

 

No existirán los pasos que no llegaron a la puerta

no existirá la mano que no toque o empuje

y abra la hoja clarísima

no existirá la voz

como un pez será mudo

como un pez vivirá bajo las aguas

aquel arroz que iba a su boca ya cesó

hilo de cobre será por donde pase el trueno y

tienda una música ronca un sol cortado en dos

 

como una sola vez los grandes animales se perdieron

como una sola vez las raíces del árbol

fueron pobladas por el humo del fuego fatuo

y por el diente de la hormiga

así se irá pudriendo en el camino aquella sombra

aquella sombra el gesto de una mano que fue

con cinco dedos con sus cinco sentidos

con su nombre y su cuchara ardiente

era dirán

en su ojo fijo ya no hay sueño.

 

Cuerpo presente

 

Tensa la cuerda

se deshilacha en sesenta flechas moribundas

en sesenta sonámbulos vestidos

en uno solo

en uno

en un cuerpo que cae

 

yo no quiero morir

yo no quiero morir

no veo ya no veo

son las moles de tierra

las varillas eléctricas del miedo

la corriente del miedo

 

en este hoyo no percibo

no puedo ver no puedo

toda mi fuerza empuja estas moles de tierra

que se apartan y vuelven

vuelven vuelven

 

atrás

 

no acude nadie dios

no viene nadie

papá ya sé que estás ahí

dame tu enorme mano antigua

levántame oh dios

virgen del cobre

ruego por ti los juanes

ruego por ese niño huérfano que cargas

 

el hoyo se abre

abre la boca donde estoy

pero el agua es tan limpia

es el agua del brindis

para tu despedida en copas blancas

recuérdalo papá

hace ya tiempo

dame tu mano antigua

yo no quiero morir

échame el lirio la cebolla del lirio

la raíz de la tierra

yo no quiero morir

 

oh las moles

vuelven las moles padre

míralas cómo vuelven a encerrarme

en su escabroso pecho oscuro

yo no quiero morir

sueño desnuda

sueño no peso ya

pesan las moles

pesa el agua

el cielo es mármol pesa

cierra la puerta padre

en paz descanse

en paz

 

Tomado de Poetas del mundo

Ficha

Soleida Ríos: Poeta, promotora cultural y escritora cubana. Nació en Santiago de Cuba, en 1950. Concluyó estudios de Historia (Profesoral Superior) en la Universidad de Oriente en 1979. Es fundadora y miembro del Consejo de dirección del Taller Cultural (de jóvenes creadores) en Santiago de Cuba, 1974-1980. Desde 1980 pertenece a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. En 1997 recibió una beca concedida por la Fundación Alejo Carpentier por proyecto de libro El texto sucio. En 2004, el proyecto de libro Antes del mediodía (Memorias del sueño) recibió la beca del Cuban Artist Fund, New York. En 1996 recibió la Distinción por la Cultura Nacional, por el Ministerio de Cultura de Cuba. Es autora, entre otros, de los libros Antes del mediodía (Memoria del sueño), Ed. Unión, 2012; El retrato ovalado (libro experimental concebido para treinta autoras), Editorial Thesaurus, Brasilia, 2012; y Estrías (Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén, 2013), Editorial Letras Cubanas, 2013. Premio Nacional de la Crítica Literaria en 2014.

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