Selección de poemas del libro Silvio: te debo esta canción
24/11/2016
Víctor Casaus
(La Habana, 1944)
Letra para ninguna canción
Para Silvio, claro
Hace solo un rato te veía sobre una tela blanca
brillando en la oscuridad de este cine de Gerona
hábilmente editado cantabas La Trova que ahora
dicen que era para Sindo
y a lo mejor es verdad que Sindo siempre estuvo
ardiendo en la guitarra
más allá de esa fachada benévola del celuloide
de esas luces sobre los tejados
de ese brillo inigualable de los telefotos
te vi me pareció verte cantando de verdad
en medio de la noche
silencioso haciendo muecas buscándole
un chirrido nuevo a ese animal prehistórico
que te acompaña a todas partes pero más que
todo eso
preguntando dónde está la soledad dónde
sus patas
trovador de la muerte
después de años y conversaciones qué raro suenan
de pronto
los nombres poéticos si siempre hemos hablado
tan fácilmente de la propia soledad de los vientos
propicios
de tantas mujeres inefables que luego resultan
excelentes figuritas de marfil decoraciones
en la gran ciudad
y un como gran hueco en el poema en la canción
de por la noche
cuando parece que truenan todos los huesos
de la tierra
deja ver si pongo en orden todas estas cosas
yo decía que me pareció verte más allá
de las miradas
de las muchachitas que adoran al cantante juvenil
envuelto en tus gafas en tus ganas de ser útil
de una vez
con esa pena por los muertos enormes de Bolivia
bajo el arco del sol de la época trovador
de la guerra
quiero decir que fue como si nos viéramos
llorando la muerte de preciosos camaradas
leyendo
libros de poetas suicidas riendo con nuestros
chistes con nuestras mujeres
organizando el caos entre las planillas
de los ignorantes
pero sobre todo
cantándole a la inmensa puta de la muerte
una canción un poema horrible
que le haga estremecer el huesito de su pelvis
y alejándonos (acercándonos) a un horizonte
erizado de colores brillantes
(sin duda los colores de los muñequitos
que leímos)
donde hay un futuro que espanta y resplandece
y estamos
llegando a él cuando resulta que se encienden
las luces del cine.
(Tomado de De un tiempo a esta parte, Letra Cubanas, 1984)
Roque Dalton
(El Salvador, 1935-1975)
Canción protesta
A Silvio
Cayó mortalmente herido
de un machetazo en la guitarra
pero aún tuvo tiempo de sacar
su mejor canción de la funda
y disparar con ella contra su asesino
que pareció momentáneamente
desconcertado
llevándose los índices a los oídos
y pidiendo a gritos
que apagaran la luz.
(Tomado de Cine Cubano, no. 106, 1983)
Luis Rogelio Nogueras
(La Habana, 1944-1985)
Texto de vanguardia
Para Silvio
Este es un poema experimental
(el segundo verso no existe)
y aquí en el tercero hay un espejo
para que se mire la muchacha desnuda en el cuarto.
Este es un poema hijo de mala musa puaf
lúgubre que ya quisiera Poe
un poema de conceptos tan cursis
que junto a ellos Vargas Vila es Kant.
Este poema deberá ser escrito con mala ortografía
vevido con Kafé y luego olvidado.
Este es un poema carcomido de envidia por Neruda
un poema sin título ni editor ni ganas
y encima el pobre con un final bastante rato y Confucio
bah
el penúltimo verso mordido por una enorme errata zen.
(Tomado de Las palabras vuelven, Eds. Unión, 1994)
Marilyn Bobes
(La Habana, 1955)
Los amores cobardes
Los amores cobardes no llegan
ni a amores ni a historias.
Silvio Rodríguez
Ah los amores
cobardes.
Son
como las canciones finlandesas
deben tener su encanto.
Amables
instruidos
a veces hasta conversan.
Reciben los miércoles
de 7 a 10
y descansan
los fines de semana.
Guardianes de la cordura
piensan que hacen el bien
y son
inteligentes
porque son incapaces.
Ah los amores
cobardes
con su carga de bienes gananciales
y esposas indefensas.
Se asoman a los balcones de la vida
ven pasar a los locos y no saben.
Ah los amores
cobardes
que no llegan
a amores
que se quedan
que se quedan
definitivamente
allí.
(Tomado de Hallar el modo, Letras Cubanas, 1989)