Personas como la bibliotecaria María Lastayo y el director teatral Armando Suárez del Villar, siempre comprendieron la necesidad de preservar la memoria del teatro cubano y lo hicieron conservando programas de mano, afiches, libretos, reseñas críticas y libros temáticos de edición nacional, con textos creados en los siglos XIX y XX. Gracias a ese empeño casi solitario, ha llegado hasta nosotros un legado significativo de nuestra historia teatral.

La memoria del teatro cubano se preserva, entre otras cosas, conservando programas de mano, afiches, libretos y otros documentos. Fotos: Cortesía de la autora

El Centro de Documentación de las Artes Escénicas Dra. María Lastayo, del Teatro Nacional de Cuba, continúa hoy estas labores de salvaguarda del patrimonio, dirigido por la teatróloga Marilyn Garbey, especialista de larga trayectoria investigativa, docente y en el ejercicio de la crítica.

Por medio de sólidos vínculos de trabajo con la Biblioteca de Casa de las Américas, la Casa de la Memoria Escénica de Matanzas , el Teatro de las Estaciones, el Teatro Terry de Cienfuegos, Danza Contemporánea de Cuba, el Consejo Nacional de Artes Escénicas, que generosamente han compartido sus saberes, este Centro reabre su espacio en el segundo piso del Teatro Nacional, para poner a disposición de estudiantes, profesores, investigadores, promotores y creadores, inestimables testimonios documentales de la actividad teatral y danzaria del país.

Resguarda una colección de más de 10 000 programas de mano, guía imprescindible de la cronología escénica cubana, y un fondo que contiene textos dramáticos, tesis de universidades españolas y de graduados del ISA dedicadas a Gertrudis Gómez de Avellaneda, su vida y producción literaria. Atesora, además, el Archivo Ramiro Guerra, una recopilación en formato papel, digital y audiovisual de su recorrido artístico. Prepara una compilación que reunirá el mundo conceptual y el repertorio de Berta Martínez, y organiza los contenidos sobre Roberto Blanco. Asimismo pone a disposición de los lectores el catálogo de la editorial Tablas-Alarcos.

Era necesario que se divulgara el bagaje de información que enriquece al Centro porque puede ser de utilidad para el quehacer cultural, por lo que se propició la creación del boletín Prometeo, el cual toma nombre de la revista teatral publicada por Francisco Morín en los años 50. Se han dedicado números monográficos a Armando Suárez del Villar y a las mujeres que han recibido el Premio Nacional de Danza.

La Biblioteca Nacional José Martí ha contribuido con documentos digitalizados, tales como la colección de la Revista Prometeo.

Son muchos los que en Cuba, y desde distintas partes del mundo, han entendido la utilidad de este Centro, todavía modesto, y han aportado publicaciones, materiales audiovisuales, fotográficos y sonoros. La Biblioteca Nacional José Martí, expresando el interés de su director Omar Valiño, ha contribuido con documentos digitalizados, tales como la colección de la Revista Prometeo. Investigadores como Bárbara Balbuena, Eberto García Abreu, Norge Espinosa, Jorge Brooks son colaboradores. Salvador Fernández, diseñador del Ballet Nacional de Cuba, donó libros y revistas. El actor Osvaldo Doimeadiós, el director de la Cinemateca de Cuba, Luciano Castillo, el presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Iván Giroud, también nos han apoyado para nutrir los fondos. Otros amigos como Miguel Cabrera, historiador del BNC, y la promotora Nisia Agüero también acompañan este proyecto.

“A salir de la apatía nos estimulan estos investigadores que todos los días pretenden rescatar la memoria y registrar la actualidad, que mañana será historia (…)”.

Es propósito para el próximo 28 de enero, inaugurar el Archivo Martí Teatral, idea a la que se han sumado el Teatro de las Estaciones, Argos Teatro, el Teatro de la Fortaleza de Cienfuegos y el Teatro Guiñol de Guantánamo, los cuales se encuentran procesando información con este destino. Para honrar ese día, el Centro de Documentación organiza la grabación del espectáculo Voz en Martí, en el cual el Premio Nacional de Teatro Carlos Pérez Peña retomará la lectura de textos de José Martí a los tabaqueros. El Centro de Estudios Martianos se verá representado en la colaboración del investigador Mauricio Núñez, quien profundiza en la cronología del teatro escrito por nuestro héroe.

El equipo compuesto por Marilyn, Vilma Peralta (Bibliotecaria), Diane Martínez Cobas (Danzóloga), Luis Daniel Ramírez (Informático–Estudios socioculturales), Haydée Gutiérrez (Filóloga), se completará con un graduado de la UCI, para continuar digitalizando materiales y crear una página web que dinamice el intercambio de información, haciéndola más accesible al público.

A salir de la apatía nos estimulan estos investigadores que todos los días pretenden rescatar la memoria y registrar la actualidad, que mañana será historia. Abordar nuevos temas, dinamizar el pensamiento en medio de esta larga pandemia, son algunos de los resortes que intenta activar esta institución, promoviendo ideas a partir de la labor investigativa desarrollada por las instituciones culturales, organismos vivos, creadores de contenido y colaboradores entre sí, en la práctica y enseñanza artística.

A liberar el patrimonio de las gavetas, a provocar un toma y daca entre tradición y contemporaneidad, nos llama Marilyn Garbey, para continuar la obra de María Lastayo y preservar lo mejor del arte teatral y danzario en Cuba.

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