Hace 30 años hizo mutis Luis Marquetti. Modesto, de una sencillez infinita, cordial y con ese hablar pausado propio de quien ha pasado por las aulas y sabe que la palabra no es fuerza sino persuasión. Así lo recuerdan cuantos conocieron al compositor alquizareño que llegó a la música a una edad aparentemente tardía, pero que debió llevar dentro de sí mucha armonía espiritual para componer melodías hoy antológicas de la canción cubana.

“Desde Alquízar, Luis Marquetti llevó su música al mundo hispanohablante y dio gloria a Cuba”. Foto: Tomada de Radio Cadena Habana

A la hora de enrumbar, Luis Marquetti tomó el camino del bolero, “una forma musical de expresar lo romántico”,según declarara en cierta ocasión. Antes, no obstante, recorrió un largo trecho de experimentación y búsqueda del lenguaje preciso, acorde a sus intereses estéticos.

Comencé escribiendo canciones para conmemorar ciertas fechas patrióticas en la escuela. Más tarde incursioné en la música viva, es decir, congas, guarachas, guajiras, etcétera, en busca de un vocabulario sencillo e impactante, desde luego, apartado de los dicharachos populacheros sin sentido. Así vio la luz “Sudor de conga”, de 1941. Sin embargo, (…) modifiqué la ruta y también en ese mismo año presenté mi primer bolero: “Ya nunca más”.[1]

Tenía entonces 40 años. Y fue el bolero “Deuda”,de 1945, el que le abrió el camino hacia las grabaciones: …Por qué tú eres así / el alma entera te di / y te burlaste tranquilamente / de mi pasión…

A los 86 años y todavía —al parecer— no del todo convencido don Luis Marquetti de su verdadera trascendencia dentro la canción cubana, dijo modestamente de sí: “Nunca pensé llegar a ser un autor con éxitos, y digo autor porque el título de compositor es palabra mayor”.

Aparte de “Deuda”,otros boleros fueron surgiendo de la inspiración del compositor: “Amor de cobre”,“Llevarás la marca,“Un pedazo de pan”,“Allí donde tú sabes”,“Amor qué malo eres”,“Porfiado corazón”,“Entre espumas”…y sobre todo uno que mucho se recuerda: “Plazos traicioneros”,de comienzos de la década de los 50: Cada vez que te digo lo que siento / tú siempre me respondes de este modo: / deja ver, deja ver / si mañana puede ser lo que tú quieres.

De que fue un autor de números de éxito da prueba el catálogo de sus intérpretes, entre los cuales mencionaremos al argentino Leo Marini, el mexicano Pedro Vargas, el boricua Daniel Santos, el venezolano Alfredo Sadel, el chileno Lucho Gatica…

Además, súmanse a los anteriores numerosísimos cantantes cubanos, entre ellos, Barbarito Diez, Panchito Riset, Antonio Machín, Gina León, Fernando Álvarez, Roberto Faz, Felo Martínez, Lino Borges, Vicentico Valdés, Roberto Sánchez…

“La chabacanería y el mal decir nunca tuvieron cabida en sus textos. Su distinción era la de un noble caballero de la canción”.

La belleza melódica, el cuidado de los textos y la calidad de los intérpretes dieron a Luis Marquetti una popularidad envidiable como autor de boleros y una preferencia en el gusto que todavía hoy llama la atención de cuantos se dedican al análisis de los fenómenos de la comunicación.

Se afirma que entre las décadas de los 40 y los 60 del pasado siglo se le grabaron alrededor de 38 números musicales, en su totalidad boleros, salvo dos pertenecientes al género de la guajira. Sin embargo, el compositor nunca perdió su natural bondad, ni el orgullo sencillo de ser un morador más de su natal Alquízar.

Es más que probable que muchos en el extranjero, y también en Cuba, de tanto escuchar sus boleros llegaran a pensar que Luis Marquetti era un personaje de alcurnia. Craso error: sí fue toda la vida un maestro en el decir (esa fue su profesión: maestro de escuela) y un caballero en el obrar (ahí están sus vecinos para avalarlo). La chabacanería y el mal decir nunca tuvieron cabida en sus textos. Su distinción era la de un noble caballero de la canción. Desde Alquízar llevó su música al mundo hispanohablante y dio gloria a Cuba.

Al celebrarse el Primer Festival del Bolero a finales de 1980, recibió el homenaje de quienes eran sus compatriotas. Más adelante, cuando los organizadores de los festivales del bolero tuvieron la feliz idea de darles un alcance nacional e internacional, tampoco quedó don Luis al margen de los reconocimientos.

En el mes de junio de 1991, en ocasión del V Festival Internacional del Bolero, en la villa de San Antonio de los Baños, los intérpretes cubanos y foráneos lo saludaron del mejor de los modos: cantando sus canciones, haciéndole saber cuán vigente era su música.

Poco después, en la tarde del 30 de julio de 1991 —fecha de la cual se cumplen ahora tres décadas— y ya a las puertas de su nonagésimo aniversario, murió el compositor, cuya salud se había debilitado en los últimos tiempos. Cientos de compatriotas acompañaron sus restos hasta el pequeño Cementerio del Cura, en Alquízar, para despedir al más inspirado de sus vecinos.

Hijo de un capitán del Ejército Libertador, Luis Marquetti nació el 24 de agosto de 1901, una fecha por la que aún vivía José Pepe Sánchez, el pionero en la definición de los caracteres estilísticos del género del bolero, según la apreciación especializada del musicólogo y amigo Helio Orovio, lamentablemente desaparecido.


Nota:

[1] Tanto esta cita, como las que aparecen más adelante, son tomadas de entrevistas realizadas por diversos colegas.

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