Quienes siguen insistiendo en el SOS Cuba, y olvidaron a Matanzas y mudan las etiquetas a Ciego de Ávila o a Guantánamo, parecen sordos y ciegos, que mudos no, ante la magnífica solidaridad que desde el mismo día en que echaron a rodar su campaña (y sabemos cómo) está recibiendo Cuba, material y espiritualmente, y desechan las noticias del esfuerzo de miles de cubanos en todas las provincias, en batalla sin cuartel contra la pandemia.
Quienes siguen insistiendo tendrán que explicar cómo concilian su grito de auxilio con el que pide intervención militar, tornando su remedio a la difícil situación que atravesamos en la muerte de todos.
Quienes insisten tendrán que analizar qué oscuro dios siguen, para conciliar nosotros, creyentes o no, lo que sabemos de las ideas cristianas como fuente de amor hacia los demás.
De artistas que mostraron y muestran oportunistas palabras, que giran según los vientos, de las que se van develando en varios casos intereses y presiones y contratos y viajes y giras y pagos y cobardías, sigo esperando una condena, que conviertan también en viral, ante las nuevas sanciones, asedios, amenazas, cocteles molotov, cacerías en redes y en la vida, de casas, personas e instituciones en Cuba, y sedes diplomáticas, grupos de la solidaridad y cubanos de bien, en otros países.
¿Cuántos “patria y vida” y “SOS Matanzas” y “SOS Cuba” están haciendo patria y dando vida? Las ultraderechas, los fascistas, los analfabetos políticos, que los consideran gente desechable, y más aún, el circo de youtubers: esos son su compañía y su público. Los que les siguen pidiendo tomar las calles de Cuba, resguardados tras pantallas, distancias o anonimatos.
“Yo no ‘parezco’ patriota y revolucionaria. Lo soy”.
No creo en ustedes. Los que están aquí: por seguir alentando la muerte, mientras viven del no hacer, de delinquir, o del Estado. Los que no están aquí: por alentar lo mismo y no entender que Cuba quiere vivir y desarrollarse en paz. Los problemas y urgencias de Cuba le pertenecen solo a esta isla.
¿Y los “no quiero que apedreen un hospital infantil, pero…”? En la violencia no hay peros, es una sola espiral que termina con universidades incendiadas, ciudades destruidas, personas quemadas vivas como vimos en Nicaragua y Venezuela, en un intento como este, solo por “parecer” sandinistas o chavistas.
Yo no “parezco” patriota y revolucionaria. Lo soy. Hace tiempo que sé que las bombas no construyen patria ni siembran vida.
Tomado de La pupila insomne
Excelente artículo, como nos tiene acostumbrado Teresa Melo. Es indignante la posición de los que aceptan por interés el guión anticubano. Por no perder dinero son capaces de odiar a su madre y venderla.