Intento de breve cronología o apuntes de un joven revolucionario
Vivimos tiempos complejos. Una especie de huracán que conjuga acciones diversas, pretende arrancar las raíces de la Revolución cubana. Muchos ciclones y tormentas han pasado por aquí desde 1959. Unos han provocado más daños que otros, pero las bases profundas se han mantenido.
Ahora mismo estamos en el centro de uno de los más peligrosos, que debe servirnos para la mayor conciencia de todos y unirnos cada vez más, para elevar el activismo revolucionario, sin miedos ni tremendismos. Debemos hacer cambios, pero jamás respecto a las esencias. Tenemos que readaptarnos a las nuevas circunstancias y seguir fortaleciendo los vínculos entre los diferentes sectores de la sociedad en Revolución.
Cuba sigue siendo un símbolo de rebeldía y decoro, de resistencia y apego a sus principios, una especie de espina para la hegemonía capitalista internacional, que trata de borrarla, con una conjugación despiadada de estrategias y balas en lo ideológico y económico.
En este período muchas han sido las artimañas contra este pequeño archipiélago del Caribe y su pueblo, que han conjugado bombas, disparos, atentados, campañas difamatorias, bloqueo económico y comercial, invasión digital, millones de dólares destinados a la subversión, intentos de construir una oposición interna…
Pudiéramos mencionar disímiles ejemplos del valor y la fidelidad de este pueblo a su Revolución ante las múltiples acciones en su contra desde 1959. Muchas han sido también las páginas de dolor. Recordemos, por ejemplo, que mientras se desarrollaba la Campaña de Alfabetización en 1961 bandas con el apoyo de Estados Unidos asesinaban maestros y campesinos en el Escambray. Mientras se enarbolaba la esperanza, otros intentaban sembrar el terror.
“El 2020 y el 2021 deberán ser recordados por la pandemia y también por el enorme esfuerzo del Estado cubano a favor de la vida, en un panorama difícil más allá de lo económico”.
Ahí están las imágenes y también las heridas de sucesos como la invasión mercenaria por Playa Girón, también en 1961, y el atentado de Barbados en 1976, que apagaron la existencia a decenas de personas. Esta es la misma nación que ha sufrido más de seis décadas de férreo bloqueo, recrudecido en los momentos más complejos, como durante la actual pandemia de la COVID-19.
Cuando ha estado en juego la supervivencia misma de la humanidad, se han incrementado los proyectiles de nuevo tipo. El 2020 y el 2021 deberán ser recordados por la pandemia y también por el enorme esfuerzo del Estado cubano a favor de la vida, en un panorama difícil más allá de lo económico. Cuando muchos pensaban en la posibilidad de una paralización total, este país ha logrado mantener los servicios vitales, ha subvencionado artistas con salarios fijos y ha desarrollado cinco candidatos vacunales, que son también símbolo de la inteligencia y capacidad científica de los hijos de Carlos Manuel de Céspedes, José Martí y Fidel.
Durante este período han crecido también las provocaciones, las campañas mediáticas y otras acciones en contra de la nación y sus esencias. Les proponemos repasar algunos hechos de manera breve.
“Huelga de hambre” y el intento de presiones al Estado
En noviembre de 2020 fue apresado por desacato a las autoridades el rapero Denis Solís, integrante del autodenominado Movimiento San Isidro (MSI), quien —como se mostró en un video— lanzaba vulgares improperios contra el policía que fue a advertirle sobre las consecuencias de su ausencia a una citación para declarar respecto a sus presuntos vínculos con terroristas en La Florida.
En el audiovisual Solís aseguraba, además, que su presidente era Donald Trump, el mismo que tanto hizo en contra de este pueblo, quien por ejemplo adoptó 243 medidas destinadas a reforzar el bloqueo de EE.UU., muchas de las cuales fueron en el contexto de la pandemia, y todas son mantenidas hasta el momento por su sucesor, Joe Biden.
Rápidamente después comenzó una campaña mediática internacional, que lo presentaba como “destacado rapero” o “sobresaliente artista”, aunque no encontramos nada en su obra que pudiera justificar esas expresiones. En el ámbito creativo este hombre es casi totalmente desconocido.
Sus compañeros del MSI comenzaron una simulación de huelga de hambre, según se supo luego mediante informaciones, fotos y videos, cuyas exigencias mezclaban el deseo de la libertad de Solís con otras presiones al Estado.
Todo era ampliamente divulgado mediante transmisiones en vivo en redes sociales, medios extranjeros y sitios digitales muy bien articulados en el empeño de tergiversar la realidad cubana e hiperbolizar cualquier elemento que contribuya a una imagen de oscuridad en este país.
En ese período, incluso el director de uno de esos medios, se trasladó desde México hasta Cuba, con una escala en Estados Unidos, y se unió a la obra en pleno proceso en un barrio de La Habana, sin cumplir las medidas establecidas ante la situación de COVID-19. Las autoridades sanitarias intervinieron en la noche del 26 de noviembre de 2020. Y casi inmediatamente se produjo un incremento de las olas de tergiversaciones en plataformas digitales.
El 27 de noviembre de 2020
El 27 de noviembre, en horas de la mañana, llegó un pequeño grupo de personas al Ministerio de Cultura, incluidos diversos creadores, quienes pedían tener un encuentro con el ministro Alpidio Alonso. Se les informó que él no se encontraba, y se brindó la oportunidad de que conversaran con otros funcionarios, pero se negaron.
Poco a poco se fue conformando un panorama singular con cámaras de medios extranjeros captando cualquier gesto y transmisiones otra vez en redes sociales, especialmente en Facebook. Ciudadanos claramente opuestos al sistema social y político cubano, incluidos algunos con fuentes de financiamiento de Agencias Federales Estadounidenses se fueron sumando.
En todo esto parecía mucho mayor el empeño de transmitir en las redes que la voluntad de dialogar verdaderamente con representantes de la institución. Los titulares de los medios de prensa, especializados en adversar a Cuba, eran sumamente “amarillistas”, escandalosos y exagerados, en el deseo de presentar a los artistas cubanos en general opuestos al Gobierno y el Estado.
“Los días siguientes fueron de conversaciones al interior de organizaciones de creadores (…) desde la honestidad y la voluntad verdadera de ayudar, sin servir jamás de instrumento a quienes desean apagar un proceso que es desde su nacimiento eminentemente cultural”.
Después de varias comunicaciones, 30 representantes del grupo entraron al Ministerio y se sentaron a conversar con representantes de esa institución, la Asociación Hermanos Saíz y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en un intercambio que comenzó luego de las 10 de la noche y se extendió durante más de cuatro horas.
Ese fue un diálogo complicado e interesante, al que en lo personal volvemos una y otra vez mediante la memoria. Hubo momentos de especial tirantez, pues las demandas del grupo en esencia no tenían que ver con el arte, sino con la política o en ocasiones eran demasiado abstractas, como libertad de pensamiento. ¿Acaso es posible controlar las ideas, lo que tenga cada uno de nosotros en la mente?
Varias exigencias contradecían la Constitución misma de la República, aprobada en el año 2019 de manera popular con el 86,85 por ciento de los votos, después de un amplio proceso de construcción colectiva en barrios, escuelas y centros escolares. Tal vez los presentes ese día se incluían entre el 13,15 por ciento que votó por el “no”, dejó la boleta en blanco o la hizo nula por cualquier razón, pero eso no concede en ningún caso el derecho de irrespetar la voluntad de la amplia mayoría.
Algunos se presentaron como víctimas. Hubo momentos también de irrespeto directo por parte de ellos y hasta se percibía el afán de algunos en sobresalir, pero se llegaron a ciertos acuerdos, que incluían seguir el diálogo en otros momentos.
Frente al Ministerio de Cultura ese día se congregaron personas con objetivos muy claros de lacerar la Revolución cubana, pero también curiosos y creadores dignos. Tal vez ese es uno de los elementos más lamentables: la manera en que confluyeron claros contrarrevolucionarios y personas sinceras, incluidas algunas con una obra admirable, que habían visto imágenes en Internet.
Varios amigos nos han narrado que durante esas horas recibieron llamadas, invitaciones para sumarse, a veces con argumentos como “ven, no te pierdas esto”. Para algunos estar allí respondía simplemente al interés en tener la experiencia, para contarlo luego, en un país donde verdaderamente no solían ocurrir situaciones de ese tipo.
En las redes todo se presentaba como un espectáculo atractivo, pues se leía poesía, se aplaudía e interpretaban canciones que forman parte del entramado simbólico de la propia Revolución.
Inmediatamente el piquete principal se autodenominó grupo 27N, y creó sus perfiles en redes sociales, que recibieron el apoyo de otras páginas bien posicionadas y enfocadas en publicar historias y contenidos críticos contra esta nación.
Los días siguientes fueron de conversaciones al interior de organizaciones de creadores, opiniones y conciencia de la importancia de perfeccionar el funcionamiento del sistema institucional de la Cultura, pero desde la honestidad y la voluntad verdadera de ayudar, sin servir jamás de instrumento a quienes desean apagar un proceso que es desde su nacimiento eminentemente cultural.
El día 28 de noviembre, por ejemplo, la Asociación Hermanos Saíz realizó un Consejo Nacional online con todos los presidentes de las filiales provinciales y otros creadores, para analizar lo sucedido y proyectar el quehacer de la organización comprometida siempre con sus esencias. La Uneac también desarrolló diversas acciones.
29 de noviembre: El Parque Trillo y una Tángana de jóvenes
Varios jóvenes, incluidos diversos creadores, motivados por los sucesos recientes decidieron demostrar su postura, el compromiso con el proyecto social cubano y el rechazo a lo ocurrido el día 27, por lo cual mediante un grupo de Telegram convocaron a los amigos y otras personas a una tángana revolucionaria para el día 29 en el Parque Trillo, de La Habana, que organizaron con esmero y rapidez. Luego, esta acción recibió también el apoyo de organizaciones como la Unión de Jóvenes Comunistas.
“Había banderas y un espíritu revolucionario más allá de las palabras”.
Algunos hasta se trasladaron desde otras provincias hasta la capital por vías propias en el afán de participar. Tiempo después de comenzar la Tángana se apareció en el lugar el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel, quien habló a los presentes y despertó aplausos. Había banderas y un espíritu revolucionario más allá de las palabras.
Convocados por la AHS, días después realizamos un encuentro sumamente interesante entre participantes del 27 de noviembre y en la Tángana del Trillo. Todos juntos debatimos con diversas posturas durante unas cinco horas sobre los acontecimientos y otros temas. Compartimos pizzas y todo fluyó con naturalidad en un ambiente agradable. Hubo momentos muy interesantes, a partir de los testimonios y la forma en que ocurrieron los hechos.
Las redes sociales: plataforma comunicativa o ring digital
Durante este contexto, se han incrementado los linchamientos, las amenazas y las ofensas en las redes, fenómenos que ya se venía desarrollando desde hacía algún tiempo, especialmente contra creadores que apoyan públicamente la obra revolucionaria, como Alexander Abreu, Buena Fe y la escritora Teresa Melo, en un intento de sembrar el miedo y lograr una fractura entre el sistema institucional y sus artistas.
Una de las organizadoras, por ejemplo, de la Tángana en el Trillo nos narra que ha recibido muchas amenazas en las redes. Su madre hasta le ha manifestado su preocupación, pero ella —según nos dice— solo quiso expresar su opinión, que es el compromiso con Cuba. “¿Cómo es posible que me ataquen los mismos que dicen querer diálogo y respeto a las diferencias?”, se preguntaba esta joven narradora.
“Estos debieran ser tiempos de paz y amor, de solidaridad y voluntad colectiva para vencer la pandemia”.
Los capítulos continuaron con matices diferentes, y muchas veces con las plataformas digitales como escenarios principales. Hubo declaraciones de uno y otro lado, una transcripción tergiversada sobre el intercambio del 27 de noviembre en la noche, y mucha “malaleche” en sitios opuestos a Cuba, que verdaderamente no debieran ni siquiera ser llamados medios de prensa, porque el periodismo significa también una ética y una responsabilidad profesional.
4 de diciembre: no hay diálogo con quienes reciben financiamiento del Gobierno de Estados Unidos
El 4 de diciembre el Ministerio de Cultura publicó la siguiente nota:
El pasado 27 de noviembre, frente al Ministerio de Cultura, se congregaron personas con reclamos diversos. Por respeto a las inquietudes y demandas de los jóvenes vinculados al arte, que llegaron hasta allí por convocatoria en redes de grupos con otros intereses, se abrieron las puertas del Ministerio para un intercambio con el viceministro Fernando Rojas y representantes de la Uneac y la AHS.
Después de más de 4 horas de diálogo, se acordó sostener un nuevo encuentro, presidido por el Ministro, para el que previamente se conciliarían listas de temas y participantes.
Este 3 de diciembre, a la una y 39 de la tarde, llegó al Ministerio de Cultura un correo insolente, donde el grupo que se ha erigido en voz de todos, pretende imponer, de modo unilateral, quiénes, con quién y para qué aceptarán dialogar.
Al pretender incluir entre los participantes a personas que se han autoexcluido hace mucho tiempo por sus agresiones a los símbolos patrios, delitos comunes y ataques frontales a la dirección de la Revolución Cubana, bajo el disfraz del arte, los que instrumentaron esta maniobra acaban de romper toda posibilidad de diálogo.
El ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses.
Desmentimos los presupuestos —contenidos en el correo citado, que puede consultarse en los sitios digitales del Mincult— sobre los que se han articulado las condiciones de este grupo, carente de legitimidad y ética para emplazar a las instituciones de la cultura cubana.
Para los jóvenes y para todos aquellos artistas que se reunieron frente al Mincult el 27 de noviembre, que no han comprometido su obra con los enemigos de la nación cubana, siguen abiertas las oportunidades de diálogo, como ha sido una práctica histórica de las instituciones culturales de la Revolución.
Como ha reiterado el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, no somos un Gobierno en la clandestinidad. Somos una Revolución en el poder, que tiene entre sus fuerzas más formidables a la cultura, una cultura soberana, independiente y antimperialista desde la raíz.
Con los mercenarios, no nos entendemos.
Ministerio de Cultura.
La Habana, 4 de diciembre de 2020.
5 de diciembre: otro diálogo
El 5 de diciembre en el Ministerio de Cultura se realizó un intercambio con el Ministro Alpidio Alonso, que comenzó a las diez de la mañana y se extendió hasta horas de la tarde, sin ni siquiera unos minutos para el descanso. A ese encuentro asistieron varios de los presentes el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura y otros creadores de la AHS y la Uneac.
Hubo intervenciones fuertes y sinceras sobre los acontecimientos, el desempeño de los medios de comunicación a partir de esos momentos y el propio panorama artístico en el país. Alpidio Alonso y el viceministro Fernando Rojas brindaron abundante información, y ratificaron la voluntad de seguir dialogando con total transparencia, como es habitual en un país donde la política cultural se fundó precisamente en diálogo directo con los escritores y artistas.
“Al interior de las instituciones se incrementaron también los análisis sobre su funcionamiento y las maneras de perfeccionarlo”.
En las redes siguieron las publicaciones, las cartas, las fotos, las denuncias… y el afán de protagonismo del 27N y el MSI. Mientras en los espacios físicos continuaron los encuentros de representantes de las instituciones con creadores de diferentes manifestaciones artísticas.
Al interior de las instituciones se incrementaron también los análisis sobre su funcionamiento y las maneras de perfeccionarlo, se mantuvo el apoyo económico a creadores y se siguió trabajando en el mantenimiento de una programación cultural digital y mediante la televisión y la radio para continuar llevando propuestas artísticas de calidad a la población, en un esfuerzo que ha incluido gran cantidad de eventos online y conciertos por canales como Clave y Cubavisión.
27 de enero: nueva provocación frente al Ministerio de Cultura
El 27 de enero, justamente un mes después de la primera “visita”, acudieron otra vez algunas personas del llamado 27N al Ministerio de Cultura, empeñadas en grabar todo con sus celulares y transmitir para Facebook. Rápidamente el viceministro Fernando Rojas y otros funcionarios los invitaron a pasar, pero no aceptaron. Preferían la calle como escenario.
Es interesante cómo este grupo escoge las fechas históricas para sus maniobras, pues el primer suceso fue el 27 de noviembre, exactamente cuando se cumplían 149 años del fusilamiento injusto de ocho estudiantes de Medicina en La Habana, en una etapa de colonialismo español, represiones y muertes.
Volvieron otra vez el 27 de enero, apenas a unas horas de cumplirse otro año del natalicio de José Martí, Héroe Nacional y gran poeta e intelectual, a quien han intentado convertir en uno de sus símbolos. Extraen algunas de sus frases. Mencionan su nombre, hasta se atreven a decir cómo actuaría hoy ante determinados hechos, pero la verdad es que nuestro Apóstol jamás traicionaría su amor verdadero a Cuba, su dignidad y antimperialismo, nunca solicitaría, por ejemplo, que una potencia extranjera se apodere de los destinos de la nación, ni tampoco le serviría de instrumento ni ciervo. Ser martianos jamás podría ser compatible con eso.
Una película que seguirá
Estas acciones y estrategias contra Cuba, que intentan penetrar lo más posible en la cultura y aprovechar las plataformas digitales, incluyendo sucesos en espacios físicos, no terminarán.
En mayo un representante del MSI volvió a vocear al mundo digital que estaba en huelga de hambre, aunque días después sus análisis médicos, divulgados en medios de prensa oficiales, dijeran completamente lo contrario.
Congresistas estadounidenses enarbolan con frecuencia “preocupaciones” por supuestas violaciones de los derechos humanos aquí, pero apoyan ese genocidio, que es el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU, y han intentado ahogar de hambre a este pueblo, incluso en medio de la COVID-19. ¿Qué preocupaciones pueden sentir quienes evitan que lleguen medicamentos para pacientes, incluidos niños? ¿Qué les puede importar sobre Cuba a quienes han intentado impedir la llegada de ventiladores respiratorios y comida, e impulsan la persecución económica para que los bancos cubanos ni siquiera puedan hacer transacciones en dólares?
Hay una estrategia bien articulada contra este país y lo que representa en el nivel simbólico. El Parlamento Europeo también convocó a debates sobre “la situación política y los derechos humanos” aquí y hasta aprobó una resolución profundamente injerencista, algo que parece casi de ciencia ficción en pleno siglo XXI. ¿Por qué no hacen mejor una resolución o declaración contra las presiones internacionales de EE.UU. y su bloqueo?
Una feroz campaña mediática que no cesa
Una bien organizada campaña mediática contra Cuba se ha mantenido durante los últimos años, la cual se ha recrudecido en los meses más recientes a través de redes sociales y medios de prensa internacionales. Eso se conjuga con acciones en espacios físicos, aumento de la persecución financiera y otras medidas económicas en contra del país, el cual sigue enfocado en vencer una de las peores pandemias de la historia de la humanidad.
Algunos enarbolan solicitudes de una ayuda y hasta intervención humanitaria internacional, con tergiversaciones que intentan desconocer la disposición del país para recibir donaciones y otras formas de solidaridad mediante las vías establecidas. Pretenden también demostrar una supuesta incapacidad gubernamental para controlar la situación relacionada con la COVID-19 y hasta sembrar dudas sobre la transparencia en el manejo de los recursos.
Los cubanos debiéramos sentir un orgullo enorme por la resistencia, dignidad y capacidad de nuestra nación para encontrar alternativas en circunstancias muy complejas, recrudecidas por acciones desde el exterior.
A pesar de todo, tenemos cinco candidatos vacunales, con Abdala y Soberana02 entre las propuestas con mayor eficacia del planeta, por encima de algunas de países altamente desarrollados. Los seres humanos hemos seguido en el centro de todos los esfuerzos, a favor de la vida.
Estos debieran ser tiempos de solidaridad y unión, de bondad y voluntades colectivas, para salir juntos de este mar de retos como una familia enorme, a pesar de las divergencias.
11 de julio de 2021: la disputa en las calles
“Calentamiento” en redes sociales, apagones eléctricos en algunas zonas del país, preocupación por incremento de casos de COVID-19, déficit de alimentos y otras dificultades en el mundo físico, todo unido a la campaña mediática internacional y como parte de una estrategia que ha ido cumpliendo varias etapas para socavar los cimientos de la Revolución, provocaron que cubanos de diferentes poblados y ciudades salieran a la calle este 11 de julio, con demandas de diversos tipos.
En los reclamos hubo mezcla de algunos muy justos, con otros que traicionan las esencias mismas de esta nación. Varias manifestaciones fueron también con violencia e incluyeron actos vandálicos, con piedras y palos contra tiendas y otros establecimientos, donde tomaron artículos.
Mediante plataformas digitales se seguía convocando a las acciones de ese tipo, que no incluían términos como “entendimiento”, reclamar pacíficamente… No, era una incitación a la catástrofe y acabar con un proyecto social. Muchos desde afuera también hacían esos llamados.
Estos debieran ser tiempos de paz y amor, de solidaridad y voluntad colectiva para vencer la pandemia. Las fuerzas revolucionarias también debemos reactivar el activismo social, tanto en plataformas digitales como en las calles, defender y expresar siempre nuestros ideales. Debemos ser más protagonistas de los cambios que necesitamos, siempre desde el amor, el valor total y el apego a los principios de la nación.
El panorama es complicado más allá de Cuba. Cada vez más se necesita la bondad de las mujeres y hombres dignos del planeta. Los seres humanos todos debiéramos ser una familia enorme a favor del bien, a pesar de las diferencias ideológicas o de cualquier tipo, siempre con ética, honestidad y el más elemental respeto a las esencias.
Personas que prefieran fingir, que sirvan de instrumentos a quienes mueven hilos desde afuera, o que olvidan la decencia a favor de oportunismos de cualquier tipo, jamás podrían desarrollar, o ser consecuentes, con una Revolución verdadera, no podrían mantenerla, actualizarla, hacerla crecer…, como necesita la cubana. Ninguna obra revolucionaria es totalmente acabada, y a la nuestra le falta mucho, pero debemos seguirla construyendo desde el decoro y la dignidad. Cuba hace mucho que logró su derecho a la autodeterminación, a la independencia. No podemos perder eso jamás.
“Los cubanos debiéramos sentir un orgullo enorme por la resistencia, dignidad y capacidad de nuestra nación para encontrar alternativas en circunstancias muy complejas”.
Confiaré siempre en la unidad e inteligencia de los cubanos, en nuestra alma patriótica y solidaria, en la pujanza de este pueblo, acostumbrado como pocos a la resistencia, con apego a sus principios. Confío también en nuestra capacidad para realizar cambios impostergables en la manera de ejercer el gobierno a nivel de municipio, en las localidades, conversando constantemente con la gente, explicando incluso antes de los acontecimientos.
Debemos continuar con voluntad profunda de vencer los obstáculos, aunque tengamos diferencias. La cronología de hechos continuará en el futuro. Nosotros tenemos la posibilidad de escribir también nuestra historia desde el decoro y el amor a Cuba.
Cuanto me duele leer a algunos de nuestros más populares músicos y artistas. Hablan de represión del gobierno contra manifestaciones pacíficas; de estar a favor del pueblo.
Veo las imágenes y los reportajes de TV y me pregunto ¿dónde está lo pacífico de las manifestaciones? Ninguno de esos artistas hablan de la violencia de los manifestantes. Dicen apoyar al pueblo, que hay que oir al pueblo; entonces ¿solo tienen razón los que se manifestaron en contra del gobierno? ¿no son válidos los gritos de Viva la Revolución? ¿no es válido defender las conquistas de este proceso? Ninguno de los “famosos” que apoyan las manifestaciones han hablado de la causa principal. Se hacen eco de lo que dicen los medios dependientes, ninguno vió los asaltos, tirada de cocteles molatov, piedras; solo vieron “la represión” de las autoridades. Qué pena me dan!!