“No me inclino por legislar, sino por educar. Parece inevitable que el mundo vaya en su totalidad hacia lo virtual. Pronto las redes serán otra cosa, sin clic ni enter; estarán todo el tiempo delante nuestro, o dentro tal vez. Desde la educación debería ser posible “configurar” de otra manera a los hablantes para que mejoremos nuestra interacción, con todo lo provechoso que tienen las redes y preservando el valor del silencio. Porque la vida (de momento) sigue estando en otra parte”.