¿Sabía usted que…?

Manuel López Oliva
15/3/2021

1. En el movimiento actual de las artes visuales cubanas, no solo en determinados creadores maduros con alto nivel de vida, sino también en jóvenes emergentes que se alistan en el vacío decorativismo “artístico” o en variantes ajenas recicladas de eso apodado “arte contemporáneo”, se ha sustituido a la estética por el marketing.

2. En la mente y en las acciones de algunos confundidos funcionarios del sector se ha impuesto la “Ley del valor mercantil” como patrón determinante en la valoración de la producción artística, de los correspondientes productores y de las formas de relación con gentes y sucesos “de afuera”.

El “arte-mercancía” puede “desconectar al artista del pensamiento reflexivo, convertirlo en repetidor de formalismos aceptados, evitar su participación analítica consecuente dentro del tejido de nuestra sociedad, interesarlo solo en el status lucrativo y los resultados financieros de su trabajo, integrarlo a una tipología sociológica desnaturalizada que el Che llamó ‘domesticados totales’”. Imagen: Internet
 

3. El artista que produce obras idénticas o demasiado semejantes, en una reiteración casi interminable de aquello que le resulta muy vendible, pasa a depender de la mercancía con presencia de “arte” que fabrica, por lo que esta lo domina; y se genera así un proceso de enajenación y pérdida de las capacidades creativas del artista, a la vez que de su nexo con la nación y cultura propias, lo que lo transforma en una suerte de “artesano” o manufacturero suministrador de productos comerciales para adorno, lucro e inversión… que los mercaderes venden como producto de artes visuales.

4. Existen determinados curadores, galeristas, publicistas, ejecutivos institucionales y empresarios del arte —foráneos y de nuestro país— que por intereses financieros o por enfoques economicistas típicos de su condición funcional consideran demodé, desactualizado, viejo, politizado, “folclórico” y carente de posibilidades de mercado a todo arte que exprese creadoramente preocupaciones nacionales, asuntos de circunstancia social, razones antropológicas y visiones filosóficas.

5. Lo que se no logró mediante el fallido intento de generalizar una versión criolla del realismo socialista epidérmico e ilustrativo, puede conseguirse por la extensión y el predominio de las ideologías de mercado y el “arte-mercancía”, es decir: desconectar al artista del pensamiento reflexivo, convertirlo en repetidor de formalismos aceptados, evitar su participación analítica consecuente dentro del tejido de nuestra sociedad, interesarlo solo en el status lucrativo y los resultados financieros de su trabajo, integrarlo a una tipología sociológica desnaturalizada que el Che llamó “domesticados totales”.