Estrategias de recolonización imperial y variante de golpe suave para Cuba. Desafíos para la política revolucionaria
Gilberto Valdés Gutiérrez
15/1/2021
15/1/2021
He leído varios artículos del tema, y éste es el que “la pone como es”. Siempre he creído que existe un vacío cotidiano en textos sobre estética y Revolución, necesidad de la belleza en el socialismo, la sensualidad, sexualidad y el erotismo en la Revolución, pues son temas imprescindibles a la condición humana, que han sido vistos en ocasiones como … lujos?
… con los resultados lógicos en áreas como la arquitectura y el diseño, y el escaso reconocimiento social, económico y legal a dichos profesionales, a diferencia de otras artes abstractas sí reconocidas, o los arraigados prejuicios frente a la imagen de la mujer, del hombre, y de la moda, con el pretexto de la carencia material, mientras se reproducen patrones europeos más caros, calurosos y exóticos todo el tiempo. El concepto seudo leninista de la vanguardia iluminada y perfecta que irradia a las masas menos cultivadas, es muy dañino, y el propio Lenin rectificó en la NEP. La construcción colectiva debe ser eso, colectiva, y no se logra con una “revolving door” de cuadros profesionales cambiando de puesto en diversos sitios y organizaciones de masas. Tampoco como bien dice, con actitudes mesiánicas que no invitan a la reunión sino a ecos. En la URSS y China se hayan lecciones que debemos aprender, no obstante las colosales diferencias. También las hay en Iraq, Libia, Afganistán, Cambodia, Angola, Etiopía, Granada, Zimbabue… Todos ellos realizaron famosas revoluciones o procesos similares, con un partido, procesos de liberación nacional de algún tipo, mejoras populares… Y? Sería absurdo culpar al imperialismo de los crímenes de Polpot, los lujos de Sadam, los caprichos de Ceaucescu, la paranoia de Stalin, y no de ellos, sino de todos los entramados institucionales detrás, con ligas juveniles, de mujeres, juntas de vecinos, milicias….
Creo que para un diálogo efectivo, lo primero es establecer la igualdad, ante la mesa de diálogo, de las partes. Incluso físicamente. No puede ser un diálogo donde desde la tribuna elevada alguien conteste las preguntas que estime, haga las conclusiones y ese mismo las presente a los medios. Y que además no sea vinculante. Hace un año, se tomaron medidas con los tcp, y luego fueron a cirarlos para explicarles y escucharlos. Eso no es diálogo. Si ya la medida está!
Ahora, es algo similar con el ordenamiento. Los gobiernos locales negociarán y fijarán los precios, pero puede leerse luego que los tcp pueden aumentar hasta 3 veces y el estado de 3 a 6 veces, y en algunos casos 10 a 20 veces. Qué se negociará entonces? Cada cual se aferrará a su pedacito. Esa forma de llamar diálogo a lo que es institución de una medida, establecimiento de un estándar, que no es dialogable, despoja la palabra de significado. Dialogar implica estar dispuestos a ceder, no en los principios vitales, pero sí en formas. Y aquí casi nadie cede, excepto bajo presión social, sectorial o ambiental extrema. Celebramos a veces la intolerancia y la intransigencia. Entonces, hasta en los llamados encuentros o diálogos, hasta la forma de ubicar los puestos y organizar el evento rompe el diálogo, establece jerarquías, dos bandos (casi siempre escenario y auditorio) Las mesas redondas,como forma de intercambio, no solo son para la TV. Nadie está obligado a hacer conclusiones finales por todos los demás, sino a llegar a consensos con todos. Y consensos vinculantes a decisiones, leyes, medidas. Para qué hablar con el Mincin un tema de Cimex o de Caracol? Se habla con quien tenga poder de decisión, el poder real, no el metodológico, no con un recopilatorio de opiniones y repetidor de consignas. Y hay actores sociales en Cuba que no dialogan. Es así, el contrato del gas no lo puedes cambiar a tu nombre aunque seas el propietario, estés en la libreta, la dirección y tu abuela que lo hizo hace décadas tenga 100 años y esté demente, si no te gusta… No es el gas en sí, es que no se escucha al individuo como individuo muchas veces, porque la burocracia seudo revolucionaria convierte los medios en fines en sí mismos. Nuevamente la irradiación a masas incultas desde la vanguardia omnisapiente.á Entonces si la cosa es “de a Pepe”, engendramos actitudes de a Pepe, cada cual en su micromundo. Esto se está evidenciando en la tarea ordenamiento, en la actitud frente a la pandemia, en un momento que necesitamos, como siempre lo hemos necesitado, el liderazgo colectivo y la unidad social. Y tendrán que ceder en formas los que establecen las formas, los que reclaman por lo general tienen muy poco para ceder. Algo me preocupó de su artículo. Habla de los jóvenes… y los viejos. Bueno, y la generación sándwich como la mía, con ancianos y niños, en edad laboral? El esquema de jóvenes y viejos es otro cliché. Hay de todo a todas las edades. Sobre los tcp y privados, en general se esfuerzan por progresar, respetan el trabajo y desprecian a quien no trabaja. Muchos dejaron su empleo estatal pues se esforzaban más y luego ganaban igual o menos que otros. Qué punto en común, qué valor socialista más importante! Pero, algún dirigente sindical o cuadro partidista fue privado? Los tcp llevan casi 30 años de creados. El Mariel y la Rev bolivariana llevan menos tiempo y seguro hay muchos acuadros que estuvieron en el Mariel o en Venezuela. Acaso no pronovimos militantes o delegados tcp, o no integraron las comisiones de candidatura? Sólo hay 6 diputados tcp en el parlamento, un representación muy baja frente al % de población tcp, y son en general veteranos far o minint con corto tiempo como tcp en oficio manual, o similares. Eso da la medida de lo difícil que puede ser el diálogo, más cuando ahora se les está estimulando a sindicalizarse junto a los mismos trabajadores y entidades de los que se fueron o no quisieron integrar por discrepancias con su proceder! Queremos la cuota, la cifra o una real integración? Se parte de no ceder, de una verdad absoluta. Tenemos que salvar la Revolución, pero desde la escuela hay que enseñar a dialogar, desde el PCC, las instituciones, desde el ejemplo. Así nosotros venceremos.