Mambo Man: Los grandes éxitos de las pequeñas cosas de la vida
1/12/2020
Edesio Alejandro tiene miedo, lo confiesa. Pero no debería sentirlo. Reconoce que el público siempre lo ha apoyado y aplaudido cada vez que ha introducido cambios en su vida profesional…
―Pero esta vez es diferente.
―¿Por qué?
―Cuando se menciona mi trabajo para cine, es de la música de lo que se habla. Las bandas sonoras de las películas Clandestinos, Hello, Hemingway; Madagascar, Caravana, Adorables mentiras, La vida es silbar, Suite Habana, Madrigal, Hacerse el sueco, Nada y Bailando chachachá… las obras teatrales, las series y novelas de televisión, entre otras.
“Mi rol ahora en Mambo Man es como codirector junto al anglo-iraní Mo Fini, y además asumí la dirección de actores y la edición. Le puse mucho amor, mucho empeño a la película, pero es como una prueba de fuego. Es la primera película que termino, asumiendo esas responsabilidades. Otros proyectos no he podido concluirlos, y esta viene a ser la primera carta de presentación.
―Ha sido bien recibida en otros lares.
―Sí, la película ha sido multipremiada y eso me alegra. Tiene 64 premios y está incluida en 45 selecciones oficiales, de las cuales quizás algunas se conviertan en premio porque algunos festivales no se han realizado.
“No esperábamos tantos premios. No porque no hubiéramos trabajado con seriedad, sino porque no es una típica película que se lleve premios en festivales. Es un family film, para el domingo por la tarde, no hay sexo, lenguaje de adultos, violencia, no tiene una historia de muchas lágrimas, de un intenso drama social… Sin embargo, muchas personas se han reconocido en la película, según nos han dicho después de verla".
―¿Es una película musical?
―Es un melodrama musical. Un musical de otro tipo. Los actores no cantan como en Los paraguas de Cherburgo. Es un filme donde la música acompaña todo el tiempo la historia, es como una protagonista más.
“La principal motivación de Mo Fini para hacer esta película fue promocionar la música de la disquera que dirige, Tumi Music, con más de 30 años produciendo la música de Cándido Fabré, María Ochoa, Arturo Jorge, Julio Montoro, entre otros artistas. Buscaba él nuevas maneras, porque el mundo de la música está en crisis, y fue esta una nueva salida que Mo Fini quiso probar.
“El pie forzado entonces para mí fue: no escribirás la música para la película. Busqué las mejores grabaciones de la Tumi Music, cuyos archivos estuvieron a mi disposición. Seleccioné las que tuvieran multi tracks para poder mezclarlas para cine, que se mezcla para 5.1., mientras hacíamos la versión al español. Y fuimos reescribiendo el guion para cubanizarlo un poco, darle nuestro color”.
―Has vivido el proceso creativo a la inversa en esta ocasión…
―Sí. Gracias a que teníamos la música de la película, pude hacer algo que no es habitual en el cine. Por lo general, el músico es el último que entra y, a partir de la película hecha, con los tiempos que el editor le da, trabaja. A veces se hace una música que lleva un tiempo, como es este caso, porque la música popular bailable no te permite cortar así como así, según los cortes…
“Ahora edité con la música. Y lo mejor fue que pude escoger canciones que algunos músicos cantaban en el escenario. Por ejemplo, el personaje organiza el concierto por los 40 años de vida artística de Cándido Fabre, cosa que ocurrió realmente. Dos personajes se encuentran en el back stage, y se rueda una escena de la película. Cándido agradece al personaje, a JC, desde el escenario. Así sucedió con otras escenas, la Casa de la Trova en Santiago, por ejemplo, y una señora en la radio escuchaba…
“Tuvimos la posibilidad de acomodar la música, no para que estuvieran los actores cantando, sino para que hubiera una función dramatúrgica de todo lo que pasaba. La película tiene un ritmo maravilloso, y eso se debe a la posibilidad de editar por encima de la película”.
―Los actores, el casting, tu selección…
―La base de una película es el guion, pero el casting es muy importante. Héctor Noas es mi actor fetiche. Siempre pensé en él y Mo Fini tenía el mismo pensamiento.
“Alejandro Palomino es otro amigo, otro actor que conozco muy bien. Quise que estuviera como el escudero de Héctor en la película. La experiencia ha sido buena, ya recibieron dos premios como dúo de actores en unos festivales, categoría que yo no sabía que existía.
Mo Fini. Ella nunca ha trabajado en cine aunque algunas propuestas ya la rondaban, incluso se había preparado en varias ocasiones. Con ella trabaje
poco mas de un mes para lograr que su voz, que es media alta, fuera grave, como la del personaje. Fue una experiencia muy enriquecedora.
“Conocí a la niña de la película porque el asistente de dirección me la presentó. Con 7 años, Camila Chile me dijo que ella estudiaba violonchelo en el Conservatorio y que su hobbie era la actuación. Me agradó esa osadía al contestar, hablamos mucho. Me arriesgué, me quedé con ella porque vi en ella carisma, simpatía, un ángel.
“Nos fuimos a Bayamo, donde hicimos un riguroso casting con actores y con extras para integrarlos al elenco. Yudexis de la Torre es un personaje importante en la película, la esposa de JC. Ha recibido premios al igual que la niña. Creo que acertamos en la selección”.
―Alguna experiencia particular del rodaje que desees compartir…
―Tuvimos un mes de rodaje. Algunos días trabajamos en doble sesión, lo cual provocó agotamiento. Podíamos empezar a las 6 de la mañana y terminar a las 3 de la mañana del otro día. Fue duro, pero todos estuvieron colaborativos.
“Hubo momentos difíciles. Tuvimos cambios a medida que filmábamos. Fueron días de mucho sol y de mucha lluvia, repentinamente. Una escena, prevista desde el inicio para hacerla con lluvia, por ejemplo.
“Yo no consideraba imprescindible tener lluvia, porque la causa del retraso del personaje podía ser otra. Sin embargo, Mo Fini quería, y no contábamos con un efectista en el staff. Por suerte, gracias a todo el apoyo que nos brindó el Gobierno, el Poder Popular, el pueblo de Bayamo, hicimos todo lo que quisimos, incluyendo la pipa de agua para tener la lluvia, aunque la escena dure segundos. Perdí un poco la calma ese día, y de hecho creo que me exalté demasiado con un actor después, a quien le ofrecí mis disculpas posteriormente.
"Luego vino la edición, a mi cargo. Me demoré seis meses en ello, soy muy majadero con ese proceso. Espero que sea bien recibido. Mostramos una Cuba bonita, paisajes bellos, mucha música. Varios comentarios han sido positivos porque la describen como un filme honesto. La hicimos con bajo presupuesto, pero con mucho amor y muchas horas de trabajo detrás”.
―¿Destacas algún mensaje de la película de manera especial?
―JC, el personaje principal, es un pequeño empresario de provincia. Quiere crecer en el negocio sin darse cuenta de que ya ha alcanzado el éxito en la formación de su familia. Está, desesperadamente, buscando el éxito. No porque no haya que hacerlo, sino porque hay que valorar también lo que se alcanza. Las pequeñas cosas de la vida también son grandes éxitos. La familia, por ejemplo, es uno de ellos. Y, recordando los comentarios que algunas personas nos han hecho, asumo que ese puede ser uno de los mensajes sublimes de la película.
―¿Nuevos retos en el audiovisual?
―Hay películas que, como músico, siempre he querido hacer. Siempre he querido hacer la banda sonora de una película de terror, por ejemplo. Ya tengo material para hacer una a partir de la propuesta de una muchacha cuyo padre murió en Remedios, bajo circunstancias misteriosas.
“Estoy trabajando en un documental sobre los carnavales en Santiago de Cuba. Además, llevo diez años ocupándome de una película en la que trabaja Cristian Alejandro, mi hijo, de quien usamos la música porque quiero que sea un legado económico para su carrera. La hacemos con los fondos de la familia, lo que explica su demora.
“Estoy preparando El Padre de la Patria, una deuda que, creo, tiene el cine cubano con esta figura de nuestra historia. De hecho, para rodar en diciembre del próximo año, tenemos el proyecto, con guion de Amilkar Salatti, y Héctor Noas será Carlos Manuel de Céspedes. Cinesoft asume la producción, junto a las autoridades de Bayamo.
“La idea surgió, justamente, cuando filmábamos Mambo Man. La vida de Carlos Manuel es muy cinematográfica. La música será mía, no hay quien me quite esa oportunidad. La puesta en escena y la música serán con una mirada contemporánea. Tengo muchos deseos de hacer una película épica.
“Vendrán otros… yo los espero”.