¿De qué se alimenta la comedia?
19/8/2019
Mucho se puede hablar del humor, pero no muchos saben hacerlo. A nivel internacional abundan conceptualizaciones, análisis críticos, propuestas, intentos por descifrarlo, y en el caso cubano, como es natural, no puede obviarse el más lúcido de los trabajos acerca del tema: Indagación del choteo, de ese grandísimo y polémico escritor nuestro, Jorge Mañach. Prueba de lo difícil que resulta encasillar las expresiones humorísticas y darles un único sentido son, precisamente, los años que dicho intelectual dedicó a retocar su gran ensayo, al que, por cierto, remito a todos los interesados, sobre todo si quieren adentrarse en la aventura de criticar el humor cubano. Tengo la sospecha de que nunca se dio por satisfecho del todo, y si para él fue complicado, es fácil imaginar cuán escabroso resulta para nosotros, sin el caudal teórico y sin el exquisito manejo del lenguaje de Mañach.
No obstante, somos hoy los que estamos, y aunque no siempre sean comprendidos nuestros cultivadores del humor (en cualquiera de los soportes pueden y, de hecho, han sido mal vistos: gráfico, musical, escénico, audiovisual, literario), nos corresponde ahora a nosotros defenderlos. Esto no significa que la defensa deba hacerse a ultranza; como tampoco a la ligera puede admitirse que nuestros humoristas sean vilipendiados. Siempre han existido buenos y malos artistas, insistir en el hecho sería pueril. Escribo esta nota a propósito de un artículo publicado en más de un medio y que ha recibido respuestas airadas por parte de grandes cultivadores humorísticos a quienes mucho respeto y admiro. Para no extenderme demasiado, citaré a Kike Quiñones, director del Centro Promotor del Humor (CPH), responsable de estimular no solo el buen humor en toda la Isla, sino su estudio. El Evento Teórico del Aquelarre, que se lleva a cabo todos los años con la conducción del CPH, crece cada vez más en profundidad, en diversidad y en participación de estudiosos de todo el país. Por cierto, es obvio que debe ser mayor la divulgación de este evento, dado el ataque sin fundamento dirigido a humoristas que gozan de la altísima popularidad que se han ganado y que dicho texto intenta soslayar. Su autor, por ejemplo, podría acercarse a las conferencias, a los debates, al aprendizaje, en fin, conocer de qué es el humor. Como decía, citaré a Kike: “Asumir que los personajes son creados para desacreditar las instituciones o para agredir a las personas que asumen la vida de manera disciplinada, es seguirle el juego a los que realmente se alejan de lo que queremos como sociedad, es quitarle el mérito a los que, de manera honesta y altruista, que en Cuba son muchos, trabajan por llevar adelante este país”.
Efectivamente, Kike lanza su flecha justo a la diana de la representación artística de la sociedad. Las características de la forma de vida que hemos escogido, o al menos, el estilo de esa vida que pretendemos mejorar, no es determinada por los artistas, es representada. La inmensa aceptación de la cual gozan, no solo el elenco del programa “Vivir del cuento”, sino otros grandes comediantes nuestros (Doimeadiós, Otto, Bacán, Rigoberto, Venecia, Andrea, Mariconchi, Kike, Onelio, Mireyita, los miembros de Komotú, de Etcétera, de La Leña del Humor y muchos y muchas más), demuestra la necesidad de todos de vernos reflejados, de sentirnos identificados con ese otro que desde una escena se nos parece a nosotros mismos. Somos ellos, sin duda, y ahí radica parte del secreto. No somos una institución, ni siquiera la más respetable, pero sobre todo, no nos causa risa desacreditar al buen dirigente, ni al buen médico, ni al buen maestro, ni al amable chofer ni al útil barrendero. Sin embargo, al repugnante baboso que practica la doble moral, al abusador, al delincuente, al despiadado nuevo rico, al que siembra intrigas para perjudicar al prójimo, al que se deja sobornar por una migaja o por un castillo, da igual, a esas figuras inmorales que han existido siempre, se les combate a través de la sátira, de la ridiculización. Es la caricatura de estos tipos sociales el arma de la que dispone el humor.
Si no se entienden estos conceptos básicos, se corre el riesgo de creer que el humor (u otra forma de arte) puede ser dirigido. En el artículo en cuestión incluso, se sugiere que nuestros artistas de la comedia deberían burlarse de quien nos bloquea y nos agrede. Me pregunto, ¿son acaso ridiculizables los asesinos? ¿puede satirizarse a un niño enfermo de cáncer sin sus medicamentos? Es excesivamente cruel la insinuación. La comedia se alimenta de la falta de poder, de la tristeza y de la humillación, pero sobre todo, es una forma extraordinaria de resistencia ante la adversidad. No vive de la opresión. No disfruta la tortura. No incita la muerte. Esos no son alimentos de la comedia, son fuegos para la guerra, y no es de eso de lo que estamos hablando. Cuando el Presidente Díaz Canel clausuró el IX Congreso de la Uneac habló sin rodeos sobre el peligro que implica la ingenuidad. No seamos ingenuos, pues. Aceptemos de una vez que mientras más denunciemos los atropellos (en este caso, a través del arte de la comedia), seremos más francos, más solidarios, más honestos, más críticos y, por tanto, mejores ciudadanos.
Excelente sentido de la dignidad….
Excelente artículo, lo apoyo a 100%.
La ingeniudad y la poca profesionalidad conlleva al irrespeto. Hacer humor es muy dificil. FELICIDADES al equipo de Vivir del cuento, muy buena la declaración de Kike Quiñónez.
Mis saludos y respetos, tanto al periodista Miguel Cruz como a la redacción de Granma. He seguido con detenimiento la noticia y la polémica que se ha generado al respecto. Si me permiten, emitiré mi humilde opinión. El programa televisivo Vivir del Cuento es toda una lección de valores. Su tarea primordial es llevar al tele expectador mensajes cargados de cubanía, humor muy bien matizado y logrado a través de actores de primera línea que han sabido jugar roles de altura. Un humor RESPETUOSO, sin intención alguna de lacerar o herir suceptibilidades, sino todo lo contrario: llevar los problemas cotidianos de nuestra Cuba de hoy a la teleaudiencia. No por gusto este gustado programa se encuentra en estos momentos en lo más alto del rating. Nuestra sociedad, como cualquier otra, está colmada de fortalezas, pero también de debilidades. Y el programa de marras es un modo de mostrar esas debilidades de la manera más respetuosa, sin poner nombres ni apellidos, con un guión que cuida y vigila cada frase que se emplea a fin de no agredir, sino de transmitir. Soy fiel televidente, cubana hasta el tuétano, amo a mi país, y no me pierdo un solo programa. Jamás he visto una sola frase irrespetuosa contra funcionarios del gobierno, directivos o entidades. Solo críticas muy constructivas de las que considero se deben tomar lecciones para corregir debilidades sociales que tanto laceran al ciudadano cubano. ¿Humor irrespetuoso? Vaya ud. a un club nocturno, un restaurante/cabaret y “disfrute” (o al menos intente) de un show de esos que se hacen llamar humoristas pero que basan su falso concepto de humor en burlarse de su público, en proferir obscenidades de muy mal gusto. Eso no es humor. Eso es IRRESPETO. Bravo por las palabras acertadísimas de Kike Quiñones, director del Centro Promotor del Humor. No está “defendiendo” a los guionistas o actores, simplemente está defendiendo la JUSTICIA. Porque él también aboga por la erradicación de esos males que hoy pululan en nuestra sociedad, por intentar rescatar de algún modo la pérdida casi irreversible de valores, cada día más latente y tristemente verídica; esos mismos valores con los que siempre contamos en nuestra Cuba adorada y hoy mágicamente se han extraviado; esos mismos valores por los que nuestro Presidente Miguel Díaz Canel clama intensamente en cada discurso. Ser receptivos ante una crítica constructiva nos hace, como dijera Kike, buenos ciudadanos.
Excelente
Gracias gracias gracias.
Magníficas palabras, 100% de acuerdo con todo lo aquí reflejado.
Toda expresión de arte para que sea bueno debe tener critica, sobre todo social.
Esto no es nada nuevo, solo estamos siguiendo el camino enseñado por el teatro bufo que hacía críticas sociales de manera genial y criticaba el modo de vida burgués de las figuras políticas del machadato, poniendo en evidencia su incapacidad para dirigir. Esto conllevó a los sucesos del teatro Villa Nueva.
Seamos más realistas y francos con nosotros mismos, critiquemos lo mal hecho. Es la mejor arma que tenemos de luchar con problemas como la corrupción o el burocratismo por ejemplo.
Y qué mejor manera de hacerlo que desde el humor.
Muy buen artículo, además soy de los que disfruta enormemente ese programa de hecho deberian haber más en el mismo horario en diferentes días por ej podría hacerse el humor costumbrista de los campos de Cuba (Arturita, Urbinito y Pipo Pérez) . Por lo demás todo muy bien y agradecido de que el humor cubano vuelva a la Tv con nuevos brios.
Muy bueno el análisis, el cual comparto!
Una respuesta inteligente, verdaderamete genial a quien hizo una critica, si no mal intensionada, si con reflejos oportunistas.
Me gustó mucho la respuesta que dieron los artistas a los disparates del periódico.
Lo único que se es que el artículo de KiKe Quiñones salió en Cubadebate pero fue imposible abrirlo ,al menos para mi. Por lo demás excelente este artículo. Felicidades
Pues no coincido del todo. Como entonces en Saturday Night Live, por ejemplo, Baldwin hace trizas a Trump… es ingenuidad ? No. Es otra forma de denuncia. Decir que hacer humor sobre nuestros enemigos es ser ingenuo, es olvidar, por largo rato, que el perro Pucho se burlaba de los soldados de Batista, entre los cuáles había asesinos. Es olvidar que Marcos Behamaras y Zumbado hacían humor atacando al Imperio y sus representantes, los mismos que también masacraban pueblos y nos imponían el peor bloqueo.El humor es arma de combate, pero no solo para criticar nuestros defectos. También para denunciar a nuestros enemigos, y en eso, muchos humoristas nuestros…”como que no lo sienten”.