Revolución cultural en la comunidad
28/9/2018
Cuando se acerca la votación de Cubavsbloqueo donde nuestro país y la mayoría de los miembros de la Organización de Naciones Unidas reclaman enérgicamente el cese del injusto cerco comercial, económico y financiero con carácter extraterritorial, el ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, ratificó durante un recorrido por las casas de Cultura del Cotorro y Arroyo Naranjo “que este sistema no está exento de las afectaciones del bloqueo, fundamentalmente en los insumos necesarios para poder trabajar con los grupos portadores, agrupaciones y el talento local que nos identifica como nación”.
Fotos: Juan Carlos Borjas
En el recorrido constató además el trabajo que se realiza en ambas casas de Cultura, recientemente reparadas y que constituyen referentes de la cultura en esos municipios. En cada una de las áreas conoció de cerca el empeño de los jóvenes instructores de arte en favor del desarrollo sociocultural y comprobó el sentido de pertenencia de los trabajadores de estas instituciones.
Compromiso con el arte
En el Cotorro, el ministro intercambió con los trabajadores y brigadistas, quienes se enfrentan a esta noble profesión siempre comprometidos con el arte. Asimismo reconoció el trabajo que allí realizan con la tercera edad, fundamentalmente el vinculado con los niños y adolescentes, lo que es insustituible y lo calificó como el trabajo más hermoso que se hace desde el sistema institucional de la cultura.
Constató, además, que la restauración de estos centros es resultado del esfuerzo que se hace en la capital como parte del programa de celebración de los 500 años de la ciudad. Esta labor se debe multiplicar en otros territorios en pos de rescatar estas casas, considerando el papel que desempeñan dentro del programa cultural.
La Casa de Cultura municipal Cotorro en 1962 perteneció al Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación. Se le entregó a la Dirección Municipal de Cultura el 24 de marzo de 1978 por acuerdo de la Asamblea del Poder Popular. Desde entonces se sometió a remodelaciones en la segunda planta para que funcionara como teatro, fue inaugurada el 13 de marzo de 1982.
La directora de la institución, Emma Sánchez Blanco, puntualizó que actualmente cuentan con una fuerza técnica de 45 profesores instructores de arte, de ellos 33 ubicados en escuelas y 12 en dicha sede. Allí radican los proyectos comunitarios Soñarte y CC Coralillo, de música y teatro, respectivamente. Entre los eventos que se realizan en el territorio destacan los Festejos de San Pedro, por su colorido y su arraigo cultural en los habitantes.
Entusiasmo multiplicado
Al finalizar la tarde, en la Casa de Cultura Justo Vega, de Arroyo Naranjo, el Ministro fue recibido por un colectivo entusiasta, consciente de la importancia de la labor que realizan. Apreció la creación artesanal de los aficionados del territorio e intercambió con instructores de diferentes generaciones. Se interesó además por el trabajo con las unidades artísticas en las diferentes manifestaciones, la preparación metodológica, los convenios de colaboración con otras instituciones y la labor al interior de la comunidad. Finalmente disfrutó de la actuación del coro infantil del proyecto Cascabelito.
La casa de Cultura de Arroyo Naranjo data de los años 20. Sus primeros inquilinos fueron la familia Ravoni, dueña de la fábrica de Ironbeer, que vendió el local a un concejal del gobierno de Carlos Prío Socarrás. Más tarde su nuevo propietario, Mauline, instaló una funeraria y posteriormente, como parte de la política cultural del país, el 20 de junio de 1981 se inauguró como Casa de Cultura Municipal con el nombre del destacado repentista Justo Vega.
La directora de la instalación, Susel Velázquez, puntualizó que cuenta con una fuerza técnica de 34 instructores de arte, de ellos 7 ubicados en las escuelas y 25 en la sede. Allí radican los proyectos comunitarios El Guayabo, El Libro y la Literatura, Mi Barrio se mueve, JCB proyecto Danzario, Alianza Artesanal y Muñeca negra, los dos últimos de artesanía. El municipio desarrolla diversas actividades como los festejos de Managua, la gala en Homenaje al Caballero de la Décima, Justo Vega, y los concursos José Antonio Méndez y José Fowler.
En cifras
El Consejo Nacional de Casas de Cultura (CNCC) tiene 343 instalaciones en todo el país, de ellas 166 municipales, 13 centros provinciales, dos departamentos en las provincias de Artemisa y Mayabeque y uno en el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Al respecto, el presidente del CNCC, Diango González, explicó a la prensa que desde los gobiernos locales se ha elaborado un plan de reparación, a partir del cual ya se han revitalizado 77 instituciones en los últimos tres años. El programa forma parte de las prioridades del Ministerio, así como el seguimiento de la reparación de los inmuebles que todavía no se han incorporado a este plan, financiado por el propio fondo territorial. Además se trabaja en la dotación de la fuerza técnica y el equipamiento necesario para poner en marcha las unidades artísticas en cada una de las manifestaciones en el aniversario cuarenta de creado el Programa Nacional de Casas de Cultura.
Entre los principales eventos culturales multidisciplinarios del CNCC están la Jornada Nacional Cucalambeana, la Feria Nacional de Arte Popular de Ciego de Ávila, el Festival de Teatro “Olga Alonso” de Fomento; AFIDANZA, en Sancti Spíritus; la Fiesta de la Danza, en Villa Clara, los Festivales de la FEU en sus distintos niveles, el Concurso Escaramujo y dos movimientos de artistas aficionados.
Al cierre de 2017 se habían realizado más de 300 000 talleres, entre apreciación y creación, con amplia participación de las comunidades. Asimismo, se reportaron más de 60 000 unidades artísticas en todo el país, de ellas 484 categorizadas a nivel nacional, específicamente 326 en música, 57 en artes plásticas, 46 en teatro y 6 en literatura.
De igual forma, hasta la actualidad se han registrado más de 300 proyectos y 60 iniciativas comunitarias, acompañadas por los instructores de arte y egresados de Socioculturales. El trabajo que ellos realizan contribuye al fomento de los talleres de repentismo infantil, apoyados en los especialistas de los grupos portadores del punto guajiro, tradición incluida como parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Una labor insustituible
Acompañaron al titular la viceministra Kenelma Carvajal; Liset Martínez, directora provincial de Cultura de La Habana; Liliam Mendoza, presidenta de la Brigada José Martí de Instructores de Arte; además de otros directivos del sector. Como colofón, Alpidio felicitó a ambos colectivos y los exhortó a continuar siendo referentes en la comunidad.
“El programa cultural de la Revolución Cubana descansa fundamentalmente en el trabajo de los instructores de arte, y su génesis está expresada por Fidel en las Palabras a los intelectuales en 1961, donde ya se habla de la necesidad de formar instructores y tratar de llevar el arte a las comunidades. Desde el principio de la Revolución, Fidel fue aportando y enriqueciendo el gran programa de desarrollo cultural del país.
“Tenemos que trabajar en función de la recuperación del movimiento de aficionados en todo el país, empeño en el que las casas de cultura son como entes fundamentales, así como también en la preservación del patrimonio cultural inmaterial de la nación. Insustituible es la labor que realizan los instructores y los especialistas que laboran en las Casas de Cultura del país, con cubanos de todas las edades, y muy especialmente con las personas con capacidades diferentes.
“Es uno de los trabajos más nobles que se hacen desde el sistema de instituciones de la cultura, que es un fruto genuino de la Revolución. Ustedes acercan el arte al público y lo preparan, en primer lugar, para que aprendan a disfrutarlo. Además, una buena parte de la programación cultural de cada uno de los municipios se alimenta de lo que hacen.
“Esta labor demuestra cuánto se puede hacer desde una instalación como esta y cuántos resultados se pueden alcanzar. El Programa de Casas de Cultura es quizá el que mejor expresa la vocación democratizadora del programa cultural de la Revolución Cubana”, concluyó Alpidio Alonso Grau.